Francisco
Aular
Lectura
devocional: 2 Corintios 8.1-15
Porque ya conocéis la gracia de nuestro Señor Jesucristo, que por amor
a vosotros se hizo pobre, siendo rico, para que vosotros con su pobreza fueseis
enriquecidos. 2 Corintios 8:9 (RV60)
Estaba viajando
por la carretera 95 hacia Richmond en Virginia, Estados Unidos, iba escuchando
un programa de radio evangélico, y entonces el predicador tomó, este versículo
de Segunda a los Corintios, y le dio una vuelta a favor de la “teología de la
prosperidad”, en donde también hizo pedazos a una sencilla regla de
interpretación bíblica: “Sacar un versículo fuera de su contexto, es un
pretexto.” El argumento del predicador citado era que JESÚS bajó del cielo para
hacer ricos en bienes materiales a los pobres socialmente hablando. ¿Es esto
así? Al contrario Pablo el autor de esta Carta, está dando testimonio en todo el pasaje devocional de hoy, de
la generosidad de los hermanos pobres de la Provincia de Macedonia: “que en
grande prueba de tribulación, la abundancia de su gozo y su profunda pobreza
abundaron en riquezas de su generosidad.” (2 Corintios 8:2 RV60). Una vez oí al
famoso predicador Billy Graham, hablándonos de la generosidad de los hermanos
de humilde condición en el Reino, con estas palabras: “No son las donaciones de
los hermanos ricos, -que de vez en cuando nos llegan-, que sostienen nuestro
ministerio…Sino el aporte constante, año tras año, de los hermanos que envían
veinte dólares mensuales.”
Ahora bien, desde que el ser humano pecó y fue echado del
Paraíso, empezó a multiplicarse y esparcirse sobre la tierra, entre otras
cosas, quedó establecida la gran controversia entre pobres y ricos, los que
tienen menos envidiando a los que tienen más; los ricos despreciando muchas
veces y explotando a los pobres con el fin de ser más ricos. Los políticos
utópicos han explotado esta situación a extremos increíbles. Los pobres
sociales son la excusa para ir en contra de los ricos, y hasta citan a JESÚS
con palabras fuera de contexto. Desde luego, ellos no saben que JESÚS, se hizo
pobre, siendo rico; mientras que otros se hacen ricos, siendo pobres.
En efecto, en este devenir de la vida y de las
generaciones a través del tiempo del ser humano sobre la tierra, podemos ver
que en el terreno social, ocurren las siguentes circunstancias: Primero, pobres
que se han hecho ricos por haberles favorecido rápidamente la fortuna por
muchas vías; segundo, ricos que han caído en la pobreza por razones inversas,
lo perdieron todo; y tercero, ricos que han ayudado a personas pobres a subir
de nivel social. Pero en Navidad por encima de todo lo que han hecho los
comerciantes, encierra el hecho único de un gran suceso: JESÚS, “se hizo pobre,
siendo rico” para enriquecer con Su pobreza a muchísimos desvalidos de la más
pobre condición espiritual y social. Entre los cuales me siento identificado.
Una buena manera de acercarnos a una verdadera exégesis o
significado de este texto es la de verlo desde el punto de vista del costo de
nuestra salvación. Desde tal punto de vista, ¿cuál es el costo de nuestra
salvación?, ¿Cuánto le costó a Dios nuestra salvación para dárnosla
completamente gratis, vale decir, por gracia?, y también ¿Cómo agradecerle a
JESÚS lo que ha hecho por nosotros los seres humanos pecadores?
Pero debemos responder primero otra
pregunta: ¿Quién es JESÚS, el que nació humildemente en el pesebre de Belén?: “Entonces la Palabra se
hizo hombre y vino a vivir entre nosotros. Estaba lleno de fidelidad y amor
inagotable. Y hemos visto su gloria, la gloria del único Hijo del Padre.” (
Juan 1:4 NTV). “El Verbo”, “la Palabra”, el Hijo de Dios se hizo hombre, tomó
con toda su plenitud la vida humana para darnos con toda su plenitud la vida
eterna. Me quedo de una sola pieza de la manera como San Pablo, describe a
JESÚS: Cristo es la imagen
visible del Dios invisible.
Él ya existía antes de
que las cosas fueran creadas y es supremo sobre toda la creación porque, por medio de
él, Dios creó todo lo que existe en los lugares celestiales
y en la tierra. Hizo las cosas que podemos ver y las que no podemos ver, tales como tronos, reinos, gobernantes y
autoridades del mundo invisible.
Todo fue creado por
medio de él y para él. Él ya existía antes de todas las cosas y mantiene unida toda la creación. Cristo también es la cabeza de la iglesia,
la cual es su cuerpo. Él es el principio,
es supremo sobre todos los que se levantan de los muertos.
Así que él es el primero en todo. Pues a Dios, en toda su plenitud,
le agradó vivir en Cristo, y por medio de él, Dios reconcilió consigo todas las cosas. Hizo la paz con todo lo que existe en el cielo y en
la tierra,
por medio de la sangre
de Cristo en la cruz. (Colosenses 1: 15-20 NTV).
Decir que JESÚS
dejó el cielo para venir a la tierra con la finalidad de darme riquezas
materiales las cuales al final de esta vida temporal, se quedarán detrás de mí,
es por decir lo menos ¡una falta de respeto a la Majestad del Hijo de Dios!
Como lo dijera Jim Elliot el mártir cristiano que murió en la selva ecuatoriana
de manos de los indios aucas: “No es ningún tonto el que deja lo que puede
perder por lo lograr lo que es eterno.” El verdadero propósito para servir a
Dios, es la Cruz y una toalla, y no la riqueza, ni mucho menos la espada.
Así el Apóstol nos pone
este desafío el verdadero motivo para darle a Dios nuestros diezmos, ofrendas,
dones y aun la vida misma, es la gratitud:
“Porque ya conocéis la gracia de nuestro Señor Jesucristo, que por amor a
vosotros se hizo pobre, siendo rico, para que vosotros con su pobreza fueseis
enriquecidos.” 2 Corintios 8:9 (RV60). ¡No tengas en poca cosa a Aquel que
celebramos en esta Navidad!
JESÚS, se dio por
nosotros, y nosotros agradecidos nos debemos dar por completos a Él. Aquel que
dijo: “Mía es la plata, y mío es el oro —afirma el Señor Todopoderoso—.”
(Hageo 2:8, NVI) En Navidad: “Se hizo pobre, siendo rico…”
Oración:
Padre Todopoderoso:
Al pensar en el verdadero significado de la Navidad,
tengo el privilegio, como tu hijo, de no verte nada más como el Creador, sino,
ver también, tu despliegue de amor para conmigo pecador. Gracias por tu plan de
salvación el cual ideaste y llevaste a cabo por la obra de mi Redención por
medio de Jesucristo, tu Hijo amado, por cuyos méritos oro. Amén.
Perla de hoy:
En Navidad: JESÚS, tomó con toda su
plenitud la vida humana para darnos con toda su plenitud la vida eterna.
Interacción:
¿Qué me dice Dios hoy por medio de su Palabra?
¿Existe alguna promesa a la cual pueda aferrarme?
¿Existe alguna lección por aprender?
¿Existe alguna bendición para disfrutar?
¿Existe algún mandamiento a obedecer?
¿Existe algún pecado a evitar?
¿Existe algún pensamiento para llevarlo conmigo?
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