Francisco Aular
faular@hotmail.com
Porque para
mí el vivir es Cristo, y el morir es ganancia. Filipenses 1:21 (RV60). En esta vida nueva, no importa si uno es
judío o gentil, si está o no circuncidado, si es inculto,
incivilizado, esclavo o libre. Cristo es lo único que importa, y él
vive en todos nosotros. Colosenses 3:11 (NTV)
George Bernad Shaw escribió:
“Esta es la verdadera felicidad de
la vida: ser usado para un propósito y poder reconocer su supremacía; ser una
fuerza de la naturaleza en lugar de algo inconstante, un saco de males y
lamentos, siempre quejándose de que el mundo no se ha dado la tarea de hacerlo
a uno feliz”.
Ciertamente, conocer la razón para
vivir, da un significado a nuestras vidas;
la verdad es que sin Dios la vida es sin sentido, sin significado ni esperanza;
vivir sin fe, esperanza y amor es vivir sin paz, muy diferente es la vida del
que ha puesto en Dios su confianza, porque puede exclamar: “¡Tú guardarás en
perfecta paz a todos los que confían en ti; a todos los que concentran en ti
sus pensamientos!” (Isaías 26:3 NTV). Igualmente, cierto es que nada estimula más la vida que sentirse con una
razón para vivir, el Apóstol lo dijo así:
“Pero mi vida no vale nada para mí
a menos que la use para terminar la tarea que me asignó el Señor Jesús, la
tarea de contarles a otros la Buena Noticia acerca de la maravillosa gracia de
Dios” (Hechos 20:24 NTV).
¡Nadie ha igualado la obra
maravillosa que Dios hizo por medio del apóstol Pablo de Tarso y su única razón
para vivir! Pues bien, cierro el párrafo con este pensamiento, conocer la razón para vivir nos prepara para
la eternidad:
“Porque para mí el vivir es
Cristo, y el morir es ganancia” (Filipenses 1:21 RV60.)
El gran apóstol Pablo vivió,
sufrió y murió. Nerón, el déspota que ordenó su muerte, pensó librarse de él,
pero el gran hombre de Dios, camino del cadalso exclamó:
“He peleado la buena batalla, he
terminado la carrera y he permanecido fiel. Ahora me espera el premio, la corona
de justicia que el Señor, el Juez justo, me dará el día de su regreso; y el
premio no es sólo para mí, sino para todos los que esperan con anhelo su venida”
(2 Timoteo 4:7,8 NTV).
Dios tiene una razón para que
vivamos, no solamente, la vida humana que heredamos de nuestros padres, sino
también la vida eterna a través de nuestro nuevo nacimiento (Juan 3:3). Esa
razón es ¡JESÚS!, en efecto, JESÚS o Cristo es el misterio o secreto de Dios
para completar su Plan de Salvación para el ser humano:
“Quiero que ellos cobren ánimo y
estén bien unidos con fuertes lazos de amor. Quiero que tengan la plena
confianza de que entienden el misterioso plan de Dios, que es Cristo mismo”
(Colosenses 2:2 NTV).
Alguien dijo:
“El mundo está necesitando un
credo para creer, una razón para vivir, una canción para cantar y una bandera
para alzar”. Solamente Dios tiene una respuesta:
¡JESÚS! Él es nuestra única
esperanza. Él es la Razón para vivir.
Oración:
Amado Padre
Celestial:
Dios mío,
enséñame de tal modo a valorar mis días sobre la tierra que se llene mi corazón
de sabiduría. Ayúdame ahora a formular propósitos santos y firmes basados en la única razón por la
cual estoy todavía aquí, en armonía total con tu voluntad. Asísteme Señor,
impúlsame con tu Santo Espíritu para vivir y morir para tu honra y gloria. En
el nombre de JESÚS, amén.
Perla
de hoy:
El nombre de JESÚS es precioso
para lo que vivimos para su honra y gloria, porque Él es nuestra única Razón
para vivir y morir.
Interacción:
¿Qué me dice Dios hoy
por medio de su Palabra?
¿Existe alguna promesa
a la cual pueda aferrarme?
¿Existe alguna lección
por aprender?
¿Existe alguna
bendición para disfrutar?
¿Existe algún mandamiento
a obedecer?
¿Existe algún pecado a
evitar?
¿Existe algún pensamiento
para llevarlo conmigo?
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