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Yo soy el pan vivo que descendió del cielo; si alguno comiere de este
pan, vivirá para siempre; y el pan que yo daré es mi carne, la cual yo daré por
la vida del mundo. Juan 6:51
Teníamos que hacer un largo viaje el hermano Jesús Bolívar y yo, y
pasé a recogerlo a su casa en mi auto. El hermano Bolívar, quien era un recién
convertido al Evangelio, era un anciano que siempre en aquellos tiempos, me
acompañaba en los viajes por todo el país, predicando el evangelio y enseñando
en las iglesias sobre la oración, la evangelización y el discipulado. En verdad
el hermano Bolívar era un hombre de la Palabra y oración. Así que en el día del
viaje pasé a buscarlo a su casa -él era viudo y vivía solo-; cuando llegué, él
estaba en su tiempo devocional, y no queriendo interrumpirlo, le hice señas de
que yo lo esperaba en el auto. Pasaron unos minutos, llegó, y al sentarse me
dijo: “¡Perdóneme, hermano pastor, pero estaba comiéndome al SEÑOR JESÚS, mi
pan de vida diario!”…
Contrariamente algunos de los que vienen a JESÚS, tanto en los los
tiempos bíblicos como en el día de hoy, vienen por lo que Él puede hacer por
ellos en el sentido material -obviamente por lo que es temporal y no por lo
espiritual que es eterno, como lo hizo aquella multitud a la cual Él sació el hambre física-, El
SEÑOR les advierte: “Respondió
Jesús y les dijo: De cierto, de cierto os digo que me buscáis, no porque habéis
visto las señales, sino porque comisteis el pan y os saciasteis” (Juan 6.26).
¿Qué quiso decir JESÚS con “Yo soy el pan de de la vida”? Sin
duda, sabemos que el pan o comida, sostiene nuestra vida física, sin pan es
imposible vivir en este mundo, pero JESÚS cuando nos habla de vida, se refiere
a la “vida Zoé”, la que viene del cielo, en otras palabras se refiere a Él mismo.
¡Eso es muchísimo más importante que la vida física! Todos los milagros que
hizo JESÚS en su tiempo eran para mostrarle, principalmente a los judíos, las
señales espirituales para que supieran que Él era y es el Mesías prometido, el enviado
de Dios, la bendita Segunda Persona de la trinidad. Pues bien, ¿cuál es el
sentido espiritual de la vida “Zoé”? Es la nueva relación que el ser humano,
nacido de nuevo, experimenta con Dios; mediante esta vida ingresamos a la
familia de Dios –ese es su Plan desde antes de que el mundo fuese, en la
eternidad pasada, adoptarnos como sus hijos, para que vivamos con Él, en la
eternidad futura-, tanto aquí como allá –como me enseñó el sabio anciano- ¡JESÚS
es el pan que satisface eternamente!
Perla de hoy:
Al comer del Pan que
JESÚS nos ofrece experimentamos la completa satisfacción de Su vida abundante.
Oración:
¡Qué motivos
de alabanzas me das hoy para traértelas delante de ti! Lleno eres de
misericordia, de justicia y poder. Gracias por enviarnos la Vida Eterna en tu
Hijo amado el verdadero pan para los hambrientos de ti y de tu salvación. Ayúdame
Señor a proclamar que tu Hijo es el verdadero pan para siempre. En el nombre de
JESÚS. Amén.
Interacción:
¿Qué me dice Dios hoy por medio de su Palabra?
¿Existe alguna promesa a la cual pueda aferrarme?
¿Existe alguna lección por aprender?
¿Existe alguna bendición para disfrutar?
¿Existe algún mandamiento a obedecer?
¿Existe algún pecado a evitar?
¿Existe algún pensamiento para llevarlo conmigo?
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