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Lectura devocional: 1 Corintios 15:50-58
Mas gracias sean dadas a Dios, que nos da la victoria por medio de
nuestro Señor Jesucristo. 1 Corintios 15:57
(RV60)
La XXVI de la Asamblea
Anual de la Convención Nacional Bautista de Venezuela, se celebró en la ciudad
de Guanare, del 3-7 de enero de 1977; el lema era: “Somos victoriosos en
Cristo”, basado en 1 Corintios 15:57. En la primera sesión se dio lectura a una
carta de los artistas José Luis Rodríguez “El Puma” y Lila
Morillo, la cual se presentó a consideración de la Asamblea; era un proyecto
Evangelizador de gran envergadura. La cantidad de dinero que el plan exigía,
nos confrontó con la realidad de no tener fondos para respaldar financieramente como Convención, un
plan como el que estos reconocidos artistas solicitaban. La conclusión de la
Asamblea fue apoyar el Plan a nivel de promoción. Así lo hicimos.
Al final de la primera sesión, llegó el momento de
presentar mi informe como director del recién estrenado Departamento de
Evangelización de la Convención y dentro del informe me correspondería dar a
conocer el Plan Nacional de Evangelización 1977-1980. Yo había dedicado muchas
horas a la elaboración del Plan, la Junta de Misiones presida por el misionero
Donald Smith, lo había aprobado, pero la verdadera hora, tanto para el Plan
como para mí, había llegado.
Entonces, el presidente de la Convención, Igdalías
Núñez me dijo por el micrófono: “Mirá Francisco solo tenéis diez minutos,
máximo quince. Empezá, pues”; me acuerdo tanto de sus palabras como de su
marcado acento maracucho. Esbocé en ese tiempo, como pude, todo el Plan. Para
la exposición, me ayudé con unas cartulinas y como lo traía impreso, muchos me
iban siguiendo en la lectura. Al terminar me pareció que en la mente de los
asistentes todos estaba tan claro como en la mía. Me equivoqué. La discusión
del Plan se tomó toda la sesión de la tarde y parte de la mañana siguiente;
recordé que en alguna parte leí un pensamiento que dice: “Nadie valora el
triunfo si antes no ha sido cuestionado”. Los que han estado cerca de mí en
todos estos años, saben que me refiero a la reunión de Guanare como la
plataforma de lanzamiento de la Marcha Evangelizadora, porque así fue.
Agradezco al Señor que Él había trabajado conmigo
primero en privado, aquella tarde en Maracay -unos meses antes de llegar a
Guanare- aprendí como ser lleno del Espíritu Santo, y había llegado la
oportunidad de dejar en Sus manos, nuestra victoria. Así en medio de aquel
fuego de opiniones para aprobar el Plan, el mismo Señor de la Marcha y todo
plan que en Su gracia nos inspire, siguió adelante; el hermano Pr. Morandi,
quien había sido mi profesor de evangelización en el Seminario y estaba muy
contento, me pasó un papelito que decía: “Querido Aular: recuerda que sólo se
lanzan palos al mango que da frutos”. Esto me hace reflexionar también sobre
cómo se sienten algunos hermanos nuevos en la fe, en medio de algunas de estas
reuniones en las cuales con toda la libertad, no expresamos. Esto lo digo,
porque había conocido a una señorita muy linda en Margarita, discípula de
Boanerge y Luz Marina de De Armas, y Boanerge me contó que mientras se
desarrollaba la reunión, la joven -que desconocía esa manera de discusión
democrática y amplia-, le decía insistentemente, “¡Boanerge defienda usted al
hermano Francisco!”, pero Boanerge le respondía: “¡No te preocupes, porque allí
donde tú lo ves, Francisco tiene más paz que yo!”…
Sin embargo, al día siguiente: ¡Dios cambió tanto el
tono de aquella reunión, como la dirección que tomaba! El siempre bien
recordado hermano Guillermo Núñez Bríñez, solicitó que cesaran todas las
preguntas y pidió el voto. Otra vez, Sonó la voz inconfundible de Igdalías repitiendo
la moción: “Que se aprueba el Plan Nacional de Evangelización presentado ante
esta Asamblea por el Director del Departamento de Evangelización, hermano
Francisco Aular”. Me quede sentado y atónito, mientras la Asamblea votaba y
aplaudía, todo al mismo tiempo. Así lo reseño el Luminar Bautista en su edición
número 242: “Aprobación del Plan Nacional de Evangelización, propuesto por el
Rev. Francisco Aular, para alcanzar a Venezuela para Cristo”. Con ese voto
nació, por lo menos en papel, la Marcha Evangelizadora. Sin el apoyo de esa
Asamblea no hubiéramos tenido el nacimiento del Plan Nacional de Evangelización
con sus dos brazos principales: La Marcha Evangelizadora y el Ministerio
Discipular. Después de cuarenta años de pruebas y triundos, la Marcha
Evangelizadora sigue en pie por la autoridad que nos diera aquella memorable e
inolvidable Asamblea Anual de nuestra amada Convención venezolana. Sólo podemos
decir: “Somos victoriosos en Cristo”.
Cuando este año, lleguemos a Barquisimeto los días
14-20 de agosto para la acción de gracias al Señor por los 40 años de la Marcha
Evangelizadora, el lema de la XXVI, lo volveremos a repetir: “Somos victoriosos
en Cristo” ¡Los espero!
Oración:
Amado
Padre Celestial:
Perla de hoy:
¡La Marcha Evangelizadora no es para contarla, sino
para vivirla!
Interacción:
¿Qué me dice Dios hoy por medio
de su Palabra?
¿Existe alguna promesa a la cual
pueda aferrarme?
¿Existe alguna lección por
aprender?
¿Existe alguna bendición para disfrutar?
¿Existe algún mandamiento por
obedecer?
¿Existe algún pecado por evitar?
¿Existe algún pensamiento para
llevarlo conmigo?
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