Francisco Aular
Lectura devocional: Salmo 119:49-56
Recuerda la promesa que me hiciste;
es mi única esperanza. (…) Medito en tus antiguas ordenanzas; oh
SEÑOR, ellas me consuelan. Salmo 119:49,52 (NTV)
Sin la esperanza y el consuelo que me da la Biblia no
pudiera vivir.
La Biblia es el libro de la esperanza y del consuelo
porque es el Libro de Dios para encontrar una razón para vivir y luchar. Dios
nos ha dejado en este sagrado Libro, su Voluntad para que el ser humano lo
encuentre a Él y sea feliz, porque su Voluntad es siempre buena, agradable y
perfecta (Romanos 12:1); no existe desesperación humana tan grande o
sufrimiento que no encuentre en la Biblia esperanza y consuelo (2 Corintios
1:3-11); no hay dolor, por muy diferente sea el motivo que lo produzca, que no
encuentre en las doradas páginas del Libro de los libros esperanza y consuelo;
no existe pecado demasiado tenebroso que no pueda ser iluminado por la
esperanza y consuelo para el arrepentimiento para con Dios y del perdón de Dios
que surge de su Palabra, siempre como un faro luminoso que penetra en las
tinieblas del mundo: “¿Qué Dios hay como tú, que perdone la maldad y pase por alto el delito
del remanente de su pueblo? No siempre estarás airado, porque tu mayor placer
es amar. Vuelve a compadecerte de nosotros. Pon tu pie sobre nuestras maldades
y arroja al fondo del mar todos nuestros pecados” (Miqueas 7:18,19 NTV); la
Biblia es el libro de la esperanza y consuelo porque JESUCRISTO es el centro de
la misma, Él es el centro de la historia pasada, presente y futura; JESÚS se
encuentra sustentando todo el mensaje la Biblia, desde el Génesis, cuando es
profetizado (Génesis 3:15) hasta su triunfo final en compañía de los suyos en
la Nueva Jerusalén (Apocalipsis 21:2) ¡Bendito y alabada sea Dios por dejarnos
su Palabra! Toda la Biblia es esperanza y consuelo.
En efecto, según el salmista en el
Salmo 119, la Biblia es la única fuente de la verdadera esperanza y consuelo
que Dios nos ha dejado: “Recuerda la promesa que me hiciste; es mi única esperanza (v.49); la Biblia
es el libro de la esperanza y el consuelo por su gran poder transformador: “Tu
promesa renueva mis fuerzas; me consuela en todas mis dificultades” (v.50); la
Biblia es nuestra esperanza y consuelo en medio de las burlas y persecuciones
que nuestros familiares, compañeros de trabajo y amigos, nos puedan dar por ser
nosotros amantes de la Palabra de Dios, pero la Palabra me dará la firmeza para
mantener mis convicciones: “Los orgullosos me tratan con un desprecio total, pero
yo no me aparto de tus enseñanzas… Medito en tus antiguas ordenanzas; oh
SEÑOR, ellas me consuelan” (vv.51,52); aunque mantenga una fuerte indignación
contra aquellos que rechazan la Palabra y la desprecian, y aun conmigo mismo
cuando le fallo a Dios, no dejo que amarguen mi carácter, porque no soy un
fanático religioso legalista, sino un cristiano feliz con su Señor, por lo
tanto, mantengo una canción de esperanza y consuelo en mis labios: “Me pongo
furioso con los perversos, porque rechazan tus enseñanzas. Tus decretos han sido
el tema de mis canciones en todos los lugares donde he vivido” (vv.53,54); la
Biblia es el libro de la esperanza y consuelo, y ella será mi única norma de fe
y práctica desde ahora y para siempre, porque en la Biblia encuentro esperanza
y consuelo, y, sé que Dios es quien Él dice ser, Dios puede hacer lo que Él
dice que puede hacer, yo soy quien Dios dice quien soy, todo lo puedo en Él y
su Palabra, y por eso, la Biblia está viva y activa en mí: “De noche reflexiono
sobre quién eres, SEÑOR; por lo tanto, obedezco tus enseñanzas. Así paso mis días:
obedeciendo tus mandamientos (vv.55,56). Sí, ¡la Biblia es mi esperanza y consuelo!
¡Gloria a Dios!
Oración:
Amado Padre
Celestial:
Bendito y
alabado seas por dejarnos tu Palabra que permanece para siempre, ella es el
ancla sobre la cual se aferran mi fe, mi esperanza y mi amor; no son mis
emociones las que iluminan mi sendero, sino la luz de tu Palabra. Ayúdame a ser
un ser humano conforme a tu Plan Eterno encontrado en tu Palabra. En el nombre
de JESÚS. Amén.
Perla de hoy:
Sin la esperanza y el consuelo que me da la Biblia no
pudiera vivir.
Interacción:
¿Qué
me dice Dios hoy por medio de su Palabra?
¿Existe
alguna promesa a la cual pueda aferrarme?
¿Existe
alguna lección por aprender?
¿Existe
alguna bendición para disfrutar?
¿Existe
algún mandamiento por obedecer?
¿Existe
algún pecado por evitar?
¿Existe
un nuevo pensamiento para llevarlo conmigo?
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