Francisco
Aular
Lectura
devocional: Romanos 5:1-10
…Porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros
corazones por el Espíritu Santo que nos fue dado. Romanos 5:5b. (RV60)
En los años sesenta se puso muy de
moda lo que se llamó la “revolución del amor”, no era raro encontrar en las camisetas
que lucían los jóvenes, las palabras de San Agustín, padre de la Iglesia: “Ama
y haz lo que quieras”, por supuesto que la frase no era tomada como una alusión
al amor de Dios “Ágape”, base de la cita del hombre de Dios, sino al amor
carnal “eros”. El primero, el ágape, es el amor que se da incondicionalmente,
tal y como el amor de Dios que tan bien lo expresa el apóstol Juan en su
inmortal cita: Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo
unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida
eterna. (Juan 3:16). El segundo tipo de amor,
“eros”, es el amor pasional, un amor para nutrir nuestro ego y nuestros deseos;
está en el corazón del amor interesado en lo sexual en vez de en lo espiritual;
este es el tipo de amor que siempre quiere algo a cambio, ¡generalmente acaba
tal y como comienza!, fácilmente se puede convertir en odio al final: “Luego la
aborreció Amnón con tan gran aborrecimiento, que el odio con que la aborreció
fue mayor que el amor con que la había amado” ( 2 Samuel 13:15 RV60). ¡Usted
puede ver este tipo de amor en los actores y actrices de Hollywood o en los artistas
que el mundo aplaude, y que van de fracaso en fracaso sin encontrar
satisfacción!
¿Acaso hemos nacido solamente para este tipo de amor meramente
corporal, o para mostrar el amor de Dios a través de nosotros el cual nos es
dado por el nuevo nacimiento? ¿Es posible que podamos los cristianos nacidos de
nuevo amar como Dios amó? ¡Claro que sí! Ahora bien, hace muchos años, un
hombre de Dios, el cual respeto mucho, me aconsejó: “Procura mantenerte lejos
de la gente, no te encariñes con ellos, no te abras tanto, mantén la distancia;
no corras riesgos”… ¡A la verdad, les confieso, que he hecho todo lo contrario!
¡Es imposible para mí servir al pueblo de Dios sin correr el riesgo de amarlos
y amarlos hasta el fin! El hecho es que cuando amamos con el amor de Dios,
corremos riesgos. Las personas fácilmente pueden herirnos, decepcionarnos,
criticarnos y al final abandonarnos, sin embargo, el amor de Dios en nosotros
es un perfume que queda cuando nos abandonan o nosotros, por amor, salimos.
JESÚS nos amó y corrió el riesgo de ser humillado, herido y abandonado
momentáneamente por aquellos a los cuales amó, pero al final su amor triunfó,
triunfa y vencerá.
La Biblia nos desafía a que corramos el riesgo y amemos a los
demás de manera incondicional, este es el tipo de amor que no se da para
obtener ganancia personal, sino por el contrario, para darse y sin medida a los
demás, así lo dijo Pablo: “todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo
soporta” (1 Corintios 13:7 RV60). ¿Has sido herido por amar así? Debes saber
que el amor “Ágape” en nosotros, va mucho más allá de las heridas de la vida,
de los aparentes fracasos, porque a veces, pareciera, que solamente los
perdedores aman; si en verdad es el amor de Dios en ti, el cuidado del Padre
que es amor (1 Juan 4:8) nunca te abandonará, y podrás decir como el Apóstol: “Y
yo con el mayor placer gastaré lo mío, y aun yo mismo me gastaré del todo por
amor de vuestras almas, aunque amándoos más, sea amado menos” (2 Corintios
12:15). Así que “¡Arriésgate a amar como Dios ama!
Oración:
“Si fuera tinta todo el mar,
Y todo el
cielo un gran papel
Y cada
hombre un escritor,
Y cada hoja
un pincel.
Nunca podría
describir
El gran amor
de Dios.
Que al
hombre pudo redimir
De su pecado
atroz.
(Himnos de Fe y Alanza, número 42, segunda
estrofa
Perla de hoy:
Arriésgate a amar con el amor de
Dios, el cual es para siempre.
Interacción:
¿Qué me
dice Dios hoy por medio de su Palabra?
¿Existe
una promesa a la cual pueda aferrarme?
¿Existe
una lección por aprender?
¿Existe
una bendición para disfrutar?
¿Existe
un mandamiento por obedecer?
¿Existe
un pecado por evitar?
¿Existe
un nuevo pensamiento para llevarlo conmigo?
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