Francisco
Aular
Jueves, 9 de octubre de 2014
Lectura devocional: Salmo 10
Oh SEÑOR,
¿por qué permaneces tan distante? ¿Por qué te escondes cuando estoy en apuros? Salmo 10:1 (NTV)
Miro al mundo a mi alrededor y
consternado veo el cumplimiento exacto de las palabras del profeta, cuando
escribió, (unos 700 a. de J.C): “¡Ay de los que a lo malo dicen bueno, y a lo
bueno malo; que hacen de la luz tinieblas, y de las tinieblas luz; que ponen lo
amargo por dulce, y lo dulce por amargo!” (Isaías 5:20 RV60). Entonces, en tono
reverente le pregunto al Señor: “¿Acaso no ves SEÑOR que el mundo está
desenfrenado como nunca antes? ¿Cuánta injusticia en los tribunales? ¿Cuántos
asesinatos en las calles y en las plazas? ¿Cuánta arrogancia en los gobiernos y
en los hombres que nos dirigen? Tú no estás en ninguno de sus pensamientos
porque se inclinan delante de sus ídolos y buscan los consejos de los satánicos
en vez de tu Palabra. ¿Cuántas muertes y lágrimas en las distintas guerras que
hoy se libran en el mundo? ¿Cuánto irrespeto al ser humano se muestra al apoyar
al terrorismo que hacen volar en pedazos los cuerpos de sus enemigos y de
inocentes? ¿Acaso SEÑOR tú no vez todas estas cosas o no las sabes? Sí lo sabes,
¿es que no te importa? Y si te importa, ¿por qué y para qué te tardas en
intervenir? ¿Cuánto demorarás SEÑOR en bajar desde el cielo con tu mazo de
llaves en la mano y acabar con todo esto de una vez? Preguntas como éstas se
hace David en este Salmo. El rey David descubrió que Dios lo sabe. Dios se
preocupa, y tiene un plan eterno, inmutable. Nada ni nadie podrá cambiar ese
plan.
La verdad de las cosas es que Dios
no se ha alejado de nosotros, sino que nosotros nos hemos alejado de Él.
Todavía tengo fresca en la mente las dantescas escenas de los aviones piloteados
por los terroristas que atacaron las Torres Gemelas de Nueva York, y la
posterior angustia de ese nefasto día en Estados Unidos. Mary y yo nos
encontrábamos cerca del Pentágono, y por la radio, un taxista narraba los
efectos del impacto de un avión sobre aquel símbolo de la defensa de la nación
estadounidense. Ahora bien, aquellos días visité decenas de hogares, llevando consuelo
y esperanza a las personas con los Salmos y otros pasajes que nos hablan de la
confianza en Dios. La pregunta reiterativa que me hacían, era: “¿Dónde estaba
Dios que permitió todo esto?”… Esta misma pregunta se le hizo a Anne Graham -la
hija mayor de famoso evangelista Billy Graham y ministra muy versada en la
Palabra de Dios-, un periodista: "¿Cómo pudo
Dios permitir que sucediera esto?" Anne Graham dio una respuesta
sumamente profunda y llena de sabiduría, dijo: "Al igual que nosotros,
creo que Dios está profundamente triste por este suceso, pero durante años hemos
estado diciéndole a Dios que salga de nuestras escuelas; que salga de nuestro gobierno, y que salga
de nuestras vidas. Y siendo el caballero que es, creo que se ha retirado
tranquilamente. ¿Cómo podemos esperar que Dios nos dé su bendición y su
protección cuando le hemos exigido que nos deje estar solos?".
Ciertamente, nosotros nos alejamos
de Dios con nuestra incredulidad en su Palabra; sin fe en que nuestras
oraciones serán oídas por Él; nos olvidamos que Él nos ama y nos perdona;
ponemos a un lado la asistencia y participación en la familia espiritual,
nuestra iglesia; nos avergonzamos de ser sus hijos por la adopción que Él ha
hecho a través de su hijo JESÚS; nos olvidamos de las promesas de Dios, y en
nuestra soberbia e indiferencia pensamos que “Dios ha muerto”, porque, “los
malvados son demasiados orgullosos para buscar a Dios; parece que piensan que
Dios está muerto” (v.4, NTV); pensamos vivir eternamente, y en nuestra
arrogancia pensamos y decimos, “¡jamás nos sucederá algo malo! ¡Estaremos para
siempre sin problemas!” (v.6, NTV). Sé que Maximillien Robespierre (1758-1794),
uno de los líderes de la Revolución Francesa cometió muchos errores, pero dijo
una gran verdad al afirmar, palabras más palabras menos: “Dios es importante
para el mundo, no lo podemos gobernar sin Él. Si no existe, tendremos que
inventarlo”.
Pues bien, la vida de David, nos
dice que a la pregunta, “¿dónde estás Dios mío?”, él encontró la respuesta y también
descubrió un propósito para vivir y servir a los demás confiando en Dios:
“Porque a la verdad David, habiendo servido a su propia generación según la
voluntad de Dios, durmió, y fue reunido con sus padres…” (Hechos 13:36, RV60).
Oración:
Padre
eterno:
Aquí estoy
ciertamente vigilante de la situación espiritual de mi generación; mi oración
por este mundo convulsionado es para salvación. Ayúdame a llevar tu fe, tu
esperanza y tu amor. En nombre de JESÚS. Amén.
Perla
de hoy:
La verdad de las cosas es que Dios
no se ha alejado de nosotros, sino que nosotros nos hemos alejado de Él.
Interacción:
¿Qué
me dice Dios hoy por medio de su Palabra?
¿Existe
una promesa a la cual pueda aferrarme?
¿Existe
una lección por aprender?
¿Existe
una bendición para disfrutar?
¿Existe
un mandamiento por obedecer?
¿Existe
un pecado por evitar?
¿Existe
un nuevo pensamiento para llevarlo conmigo?
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