Francisco Aular
faular @hotmail.com
Lectura devocional: Mateo 24:33-51
Pero entiendan esto: Si un dueño de casa supiera a qué
hora de la noche va a llegar el ladrón, se mantendría despierto para no dejarlo
forzar la entrada. Por eso también ustedes deben estar
preparados, porque el Hijo del hombre vendrá cuando menos lo esperen…“Mas vosotros, hermanos, no estáis en
tinieblas, para que aquel día os sorprenda como ladrón en la noche” Mateo 24:43,44; 1 Tesalonicenses 5:4 Mateo 24:43,44 (NVI)
Hace una semana, el Secretario General de las
Naciones Unidas: Ban
Ki-moon, delante
de la Asamblea General que reunía a los presidentes de muchas
naciones, dijo: "Pareciera que el mundo se está viniendo
abajo"...Este hombre no está equivocado, este mundo como lo conocemos,
llegará a su final. Ciertamente, el mundo entero esta
siendo sacudido en estos días por distintos tipos de pánicos: pánico del
militarismo y armamentismo, descontrolados; pánico al terrorismo y entre ello,
las huestes infernales del extremismo musulmán que avanza cortándole la cabeza
a todo aquel que se le opone; pánico del hambre en el mundo, pánico ecológico –la
realidad del calentamiento global de nuestro planeta-. Ahora bien, el Señor
Jesucristo profetizó sobre días como estos, diciendo: “Porque
se levantará nación contra nación, y reino contra reino; y habrá pestes, y
hambres, y terremotos en diferentes lugares.” (Mateo 24:7 RV60).
No obstante delante de este panorama desalentador, los
cristianos nacidos de nuevo sabemos que vivimos en el tiempo de la gracia, el
tiempo de la iglesia. Este período escatológico (doctrina de los últimos
tiempos) termina con el arrebatamiento de JESÚS de Su Iglesia para reunirse
conjuntamente con Él, en el aire como dice el Apóstol Pablo (1 Tesalonicenses
4:17). Este gran acontecimiento escatológico, será sin advertencia vendrá “como
ladrón en la noche.” Por lo tanto, en todo momento debemos estar listos “porque
el Hijo del hombre vendrá cuando menos lo esperen.”
Por
ello, los cristianos nacidos de nuevo y que permanezcan basados en la esperanza
gloriosa del retorno de JESÚS por Su Iglesia, no deberían ser sorprendidos por
las señales de los tiempos de Dios que estamos viendo; ¡JESÚS volverá por Su
Iglesia como ladrón en la noche! Ante esta verdad, debemos cobrar ánimo y
predicar el evangelio como nunca antes lo hemos hecho. Como en los días en que
Noé enunciaba el diluvio, y los demás se burlaban de sus prédicas, nosotros
debemos preparar a nuestras iglesias para que se lancen de una vez por toda la
tierra como pequeñas arcas en búsqueda de los que oirán, se arrepentirán y se
salvarán. ¡No podemos ser cómplices en la perdición de nuestra generación,
guardando silencio!
A la doctrina
del retorno de JESÚS “como ladrón en la noche” para llevarse a Su Iglesia, la
Biblia la llama la bendita esperanza. Los cristianos nacidos de nuevo debemos
estar listos pero sin abrigar temores en nuestros corazones: “Mas vosotros, hermanos, no estáis en
tinieblas, para que aquel día os sorprenda como ladrón en la noche” (1
Tesalonicenses 5:4) Recuerda que las lamentaciones miran hacia atrás, las
preocupaciones miran alrededor, pero la esperanza mira hacia arriba en donde
está JESÚS.
Hace algun
tiempo, fuimos tres pastores a visitar a un colega en sus momentos antes de
morir, víctima del cáncer. Dios le dio fuerzas para atendernos, se esperaba que
nosotros le lleváramos consuelo, pero la esperanza que aquel siervo de Dios
tenía en JESÚS, nos predicó a nosotros. Oramos para despedirnos, los cuatro
sabíamos que nunca más en esta vida estaríamos reunidos en esta tierra, había
ese dejo de tristeza que dejan las despedidas, no lo niego. Sin embargo, el moribundo
oró de último, y me conmovió cuando escuché su oración: “¡Padre pon alas a mi
esperanza para volar hacia Ti!” Aquel hombre al igual que nosotros, nos
encontraremos tarde o temprano frente a un encuentro definitivo con nuestro
Padre Celestial y la esperanza es el canto a la seguridad que tenemos en la
misericordia, el amor y el perdón de nuestro Dios.
Igualmente,
no sabemos si esta misma noche, a la medianoche escuchemos la voz de nuestro
amado y bendito Señor y Salvador JESÚS, levantándonos para irnos con Él, y de esta
manera podremos decir también: “¡Padre, pon alas a mi esperanza para volar
hacia Ti!”.
Oración:
Amado Padre Celestial:
En esta hora me humillo delante de tu grandeza y
majestad. Sólo tu sabes el día y la hora en que le dirás a JESÚS, “¡Llegó la
hora. Hijo ve a buscar a Tu Iglesia!” ¡Ah cuanto deleite habrá en tus
redimidos! Aquellos que murieron, en ti serán levantados con cuerpos gloriosos
para elevarse hacia la magna reunión contigo. Los que vivamos seremos
transformados con cuerpos glorificados para vivir contigo para siempre. Habrá
galardones para los que lo merezcan. Pero yo sólo tendré ojos para ver a JESÚS
y decirte con todos tus seres angelicales: ¡Cordero de Dios eres digno de recibir
la gloria, la honra y el honor! Amén.
Perla de hoy:
En
la nave que se mece por las sacudidas de las olas, la esperanza es el ancla que
se aferra a lo que no vemos.
Interacción:
¿Qué me dice Dios hoy por
medio de su Palabra?
¿Existe una promesa a la
cual pueda aferrarme?
¿Existe una lección por
aprender?
¿Existe una bendición para
disfrutar?
¿Existe un mandamiento a
obedecer?
¿Existe un pecado a evitar?
¿Existe un nuevo pensamiento
para llevarlo conmigo?
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