Francisco Aular
faular
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Lectura devocional: Filipenses 4:10-20
Sé lo que es vivir en la pobreza, y lo que es vivir en la
abundancia. He aprendido a vivir en todas y cada una de las circunstancias,
tanto a quedar saciado como a pasar hambre, a tener de sobra como a sufrir
escasez. Todo lo puedo en Cristo que me fortalece. Filipenses 4:12-13 (NVI)
Alguien
dijo: “La felicidad es apreciar lo que ya se ha conseguido”. En ese sentido el
Apóstol Pablo nos dio su ejemplo: “Es
más, todo lo considero pérdida por razón del incomparable valor de conocer a
Cristo Jesús, mi Señor. Por él lo he perdido todo, y lo tengo por estiércol, a
fin de ganar a Cristo” (Filipenses 3:8 NVI) ¡Teniendo a JESÚS, Pablo lo
tenía todo!
Sin
embargo, a través de la historia los seres humanos han buscado la felicidad en
lugares equivocados. A la pregunta: ¿Dónde
está la felicidad? Respondemos: No está en Hollywood. Marlene Dietrich, una
famosa artista de otros tiempos, dijo: “No, no soy feliz. Poseo la felicidad de
la época. En los días en que vivimos no creo sea posible ser feliz”. La
felicidad no está en la fama. Elvis Presley, el famoso rey del rock and roll, pese a la enorme
aclamación que recibía y haber sido el artista mejor pagado de su época en toda
la historia del cine, contestó a la pregunta “si era feliz”: “Les voy a decir
una cosa: a veces me rodea una gran soledad. Muchas veces me siento infeliz y
no sé que camino seguir. No sé que es lo que debo hacer para ser feliz”. La
felicidad tampoco está en el ateísmo. Voltaire, uno de los más refinados
incrédulos, exclamó: “¡Ojalá nunca hubiera nacido!”. No está en los placeres.
Lord Byron, vivió una vida disipada en los placeres. Él dijo: “El dolor, la
miseria y la pena son mi porción peculiar”. Contrario a lo que pensamos, la
felicidad tampoco está en el dinero y los bienes materiales: Jay Gould, uno de
los grandes multimillonarios estadounidense dijo en su lecho de muerte:
“Supongo que he sido el hombre más miserable del mundo”. No está en el poder y
la gloria militar. Alejandro el Grande conquistó todo el mundo conocido en su
época. Después de esta hazaña lloró y dijo: “No hay más mundo que conquistar”.
Mira a tu alrededor: todo lo que
veas que no puedes comprar con todo el dinero del mundo y te puedas llevar al
salir de aquí, esa es la felicidad. Desde hace más de cinco
décadas, descubrí que la felicidad no es algo, sino alguien: JESÚS. ¡Teniéndolo
a Él, lo tengo todo! Tanto en esta vida temporal como en la vida eterna que
comienza en el mismo día en que deposito toda mi confianza de salvación
únicamente en JESÚS. No quiero decir que no sufrirás y tendrás problemas, como
yo los he tenido, y sin duda los tendré. Pero con JESÚS serás fortalecido y
nunca estarás por debajo de las circunstancias, sino por encima. Y podrás afirmar como San Pablo: “Todo lo puedo en Cristo que me fortalece”.
Oración:
PADRE eterno:
Alabo en esta hora Tu santo nombre, y te
doy gracias por ser Tu hijo por medio del sacrificio de Tu amado Hijo JESÚS. Mi
felicidad es servirte y ser parte de Tu plan de redención para este mundo, que
yo no desmaye en cumplir con mi misión histórica de proclamar Tu salvación a
los que Tú pongas en mi camino. En el nombre de JESÚS, amén.
Perla
de hoy:
La verdadera felicidad no es contentarnos por lo que
hemos logrado, sino por lo que JESÚS ha logrado en nosotros.
Interacción:
¿Qué
me dice Dios hoy por medio de su Palabra?
¿Existe
una promesa a la cual pueda aferrarme?
¿Existe
una lección por aprender?
¿Existe
una bendición para disfrutar?
¿Existe
un mandamiento por obedecer?
¿Existe
un pecado por evitar?
¿Existe
un nuevo pensamiento para llevarlo conmigo?
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