miércoles, 10 de septiembre de 2014

¡Hoy viviré con alegría!

Francisco Aular
faular @hotmail.com
Lectura devocional: Filipenses 4:1-23
¡Vivan con alegría su vida cristiana! Lo he dicho y lo repito: ¡Vivan con alegría su vida cristiana! Filipenses 4:4 (La Biblia en lenguaje actual)
¡Hoy viviré con alegría! Porque que Dios puso gozo, puso alegría en mí, el día en que nací de nuevo; sí el gozo o la alegría del cristiano nacido de nuevo es inseparable de la obra del Espíritu Santo: “Porque el reino de Dios no es cuestión de comidas o bebidas sino de justicia, paz y alegría en el Espíritu Santo” (Romanos 14:17 NVI) Una de las nueve cualidades que componen el fruto del Espíritu, es la alegría en el cristiano “con gozo del Espíritu Santo” (1 Tesalonicenses 1:6 RV60) La Biblia me dice que una de las características de los primeros cristianos era la alegría contagiosa que poseían: “Y los discípulos estaban llenos de gozo y del Espíritu Santo” (Hechos 13:52 RV60)
¡Hoy viviré con alegría! Y mostraré a los que me rodean que no es el propósito de Dios que el ser humano viva una vida negativa, derrotada y miserable. Sé que algunos piensan que ser cristiano es vivir siempre con la cara larga, triste, retraído y que solo espera morirse para ser feliz en el más allá. Contrario a esto, la Biblia afirma que Dios quiere que vivamos con alegría, una vida hasta lo máximo, hasta la plenitud, JESÚS dijo: “Yo he venido para que tengan vida, y la tengan en abundancia” (Juan 10:10b NVI)
¡Hoy viviré con alegría!, la cual hace un efecto contagioso para todos los que me rodean porque la alegría que ven en mí es la fuerza del amor de Dios en todo mi ser. Es un gozo que también está unido al hecho de que JESÚS es mi SEÑOR Y SALVADOR. ¡Qué hermoso es vivir para JESÚS! Y tener plena confianza en Sus promesas:Les he dicho esto para que tengan mi alegría y así su alegría sea completa” (Juan 15:11 NVI) Por otro lado, la alegría del mundo es pasajera porque su propósito es distraerme, divertirme y muy a menudo es producto de los placeres pecaminosos del mundo, el demonio y la naturaleza pecaminosa en todo ser humano.
¡Hoy viviré con alegría! Me empino sobre mis pies y extiendo mis brazos hacia el cielo en señal de gratitud a mi Dios eterno quien tuvo misericordia de mí. No merecía su salvación hace 51 años, cuando vine a Él. Todavía esa salvación no la merezco, ni la mereceré. Por eso, es un regalo que el Padre nos ha dado en JESÚS. Mucho menos merecía el hecho de que el Espíritu me diera dones y pusiera en mí, cualidades desconocidas, como Su amor en mí a través del fruto del Espíritu Santo. Cualquiera que sea mi situación que me toque vivir en medio de un mundo que no tiene arreglo, a pesar de los problemas y tempestades de la vida, no pierdo de vista lo que el SEÑOR, me prometió: “En el último día, el más solemne de la fiesta, Jesús se puso de pie y exclamó: — ¡Si alguno tiene sed, que venga a mí y beba! De aquel que cree en mí, como dice la Escritura, brotarán ríos de agua viva. (Juan 7:37-38 NVI)
¡Hoy viviré con alegría! Porque le creo a JESÚS, y no confío en mis sentimientos que son traicioneros, deposito mi fe en Sus promesas y tengo fuerzas para vivir en ellas. No se me promete un riachuelo, ni un goteo; sino: “aquel que cree en mí, como dice la Escritura, brotarán ríos de agua viva”…En efecto, “ríos de agua viva” cuyas aguas al compararlas ni siquiera la maravilla de las Cataratas de Niágara, se le aproximan. No, yo no estoy aquí para andar quejándome por todo, y echándoles la culpa a otros por lo que me ha sucedido. No dejaré que nadie, ni nada haga en mí una basura que tape esa corriente de agua viva para otros.
¡Hoy viviré con alegría! Y dejaré que esos ríos de aguas vivas circulen a través de mí para calmar la sed de los demás seres humanos de mi generación. No lo haré en mis propias fuerzas; sino con la alegría que es la fuerza del amor. Sí, pase lo que pase, seguiré los consejos paulinos en todo ese precioso capítulo 4 de Filipenses, llamada con propiedad la Epístola de la alegría: ¡Vivan con alegría su vida cristiana! Lo he dicho y lo repito: ¡Vivan con alegría su vida cristiana! Filipenses 4:4 (La Biblia en lenguaje actual) Sí, ¡Hoy viviré con alegría!
Invitación:
He dedicado mi vida, desde el día en que tuve mi encuentro con la verdad de Dios, a predicar este maravilloso descubrimiento: La salvación es el regalo del amor de Dios por el pecador. Pero no se aplica al pecador en forma universalista o automática: “No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos” (Mateo 7:21 RV60). Es necesario hacer una decisión y una invitación para que el SEÑOR te perdone tus pecados, te salve y more en ti para siempre. Si has comprendido lo que hemos estudiado hoy, y nunca has hecho esta decisión, este es el preciso momento para aceptar este amor de Dios en tu vida, ¿te gustaría aceptar el regalo de la vida eterna en JESÚS, y confiar únicamente en Él para la salvación como dice Su Palabra? Si es así, ora conmigo…
Oración:
“Señor JESÚS, gracias por amarme, vengo ahora delante de Ti sabiendo que soy un(a) pecador(a) y que Tu moriste por mí. Ahora mismo me arrepiento de todos mis pecados y recibo con todo gozo el regalo de Tu salvación, y te confieso como mi Señor y Salvador. ¡Gracias JESÚS por esta salvación y ayúdame a serte fiel! Amén.[i]
Perla de hoy:
La felicidad es nuestra cuando permitimos que la alegría de JESÚS, sea nuestra por la fe.


[i] Si has hecho esta oración con sinceridad y de corazón, eres salvo. ¡Bienvenido a la familia de Dios! Esto es apenas el comienzo de la verdadera razón de por qué, estás en la tierra. Si quieres unirte a mi grupo discipular en internet, y estudiar conmigo un material de discipulado inicial, escríbeme, ahora mismo. Gracias.

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