Francisco Aular
Lectura devocional: Efesios 5:21-30
…Como Cristo amó a la iglesia, y se
entregó a sí mismo por ella. Efesios 5:25b. (RV60)
Grecia, en los tiempos en lo cuales se
escribió el Nuevo Testamento, era la cuna de la democracia o “gobierno del
pueblo y para el pueblo”, no había un gobierno central, estaba organizada por
ciudades estados; cada ciudad principal tenía su propio gobierno. La tarea de
gobernar recaía en ciudadanos competente para la buena y recta administración,
debían residir en la ciudad y eran llamados a formar la “ekklesía” o asamblea
legislativa, el significado de la palabra “ekkesía”, era los “llamados afuera”,
o escogidos con el propósito del servicio a su comunidad. El vocablo griego
“ekkesia” fue utilizado primeramente por JESÚS para referirse a las agencias
del reino de Dios en esta tierra, o sea, a las distintas asambleas que se
congregan en el nombre de JESÚS, quien es la cabeza de la “ekklesía” o de Su “Iglesia”
que el término castellanizado. Es igualmente importante saber que de las ciento
diez veces que se habla de la iglesia cristiana en el Nuevo Testamento, noventa
y dos veces se refiere a lo que hoy denominamos la iglesia local, cuando se
dice por ejemplo “la iglesia de Jerusalén”, “las iglesias de Galacia”, “la
iglesia que está en tu casa”. Por supuesto que también se utiliza el término
iglesia para designar en sentido figurado, el Cuerpo total de los miembros de
la Iglesia de JESÚS escogidos tanto en la tierra como en los cielos que son y
serán parte de la familia de Dios en la Nueva Jerusalén, la ciudad que está por
venir, al final de la historia de la humanidad.
Por el Nuevo Testamento, está claro que
JESÚS, tuvo interés en fundar Su Iglesia (Mateo 16:18), que la amó y se entregó
a la muerte por ella (Efesios 5:25) ¡El alto precio que el SEÑOR dio por Su
Iglesia, nos da una idea del valor que la Iglesia tiene delante de Sus ojos! En
efecto, JESÚS murió para “congregar en uno a los hijos de Dios que estaban
dispersos” (Juan 11:52) Este cuerpo redimido por la sangre de JESÚS, ha sido
elegido para ser aquí en la tierra, en cada grupo local establecido en una
comunidad “columna y baluarte de la verdad” (1 Timoteo 3:15), y, desde allí
proyectar su influencia bienhechora y la fe salvadora hacia el mundo entero “Por
tanto, vayan y hagan discípulos de todas las naciones, bautizándolos en el
nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, enseñándoles
a obedecer todo lo que les he mandado a ustedes. Y les aseguro que estaré con
ustedes siempre, hasta el fin del mundo” (Mateo 28:19-20 NVI) “Vayan” es el
imperativo que nos mueve hacia la evangelización por dondequiera que Dios nos
lleve en esta tierra; “hagan discípulos de todas las naciones” es el imperativo
que enfatiza el discipulado a todo nuevo creyente. De esta manera el creyente
nace pero el discípulo se hace. E igualmente, esto también es una gran verdad,
a las iglesias locales, Dios le ha dado autoridad para enfrentar con éxito los
ataques de las otras “autoridades espirituales” sean físicas o supra normales
“…edificaré mi iglesia, y las puertas del reino de la muerte no
prevalecerán contra ella” (Mateo 16:18b NVI), “El fin de todo esto es
que la sabiduría de Dios, en toda su diversidad, se dé a conocer ahora, por
medio de la iglesia, a los poderes y autoridades en las regiones celestiales”
(Efesios 3:10 NVI)
De manera que la iglesia local a la cual
usted asiste, es su hogar espiritual, allí es como el gimnasio en donde usted
se entrena para aprender a amar, a perdonar y crecer hacia la madurez en la
vida cristiana. Y sobre todo, aprender a amar a lo que JESÚS ama a Su iglesia
con un amor supremo.
Oración:
Padre eterno:
Gracias Señor por haberme traído desde hace 47 años
a tu iglesia para entrenarme en tus caminos y aprender a servirle a mi prójimo
con todo gozo y entusiasmo. Ayúdame a servir como tú lo harías. En el Nombre de
JESÚS, amén.
Perla de hoy:
La iglesia se compone de gente
como nosotros, debemos hacer de ella lo que Dios quiere que sea.
Interacción:
¿Qué
me dice Dios hoy por medio de su Palabra?
¿Existe
una promesa a la cual pueda aferrarme?
¿Existe
una lección por aprender?
¿Existe
una bendición para disfrutar?
¿Existe
un mandamiento por obedecer?
¿Existe
un pecado por evitar?
¿Existe
un nuevo pensamiento para llevarlo conmigo?
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