Francisco Aular
Guíame, Señor, por tu camino; dirígeme por la
senda de rectitud, por causa de los que me acechan. Salmo 127:11(NVI)
Estamos en un mundo
caótico, y por eso es importante saber, ¿quién o qué guía nuestras vidas? La
respuesta que usted dé es muy importante. Algunos se guían por el azar o la
buena suerte; a otros los guían “líderes ciegos” condenándolos a caer en hoyos
en los que ellos mismos caerán; otros son guiados por resentimientos que
sienten contra otros, y la esperanza de ellos está cifrada en la venganza; a
otros más los guía el interés materialista, darían todo por tener una cifra
grande para agregar a sus cuentas; sé que también existe motivos que son
nobles, como el trabajo productivo, la ciencia, la educación, la tecnología, el
arte, en fin, muchas otras cosas. Así que, todo nuestro enfoque está sobre
nuestro andar meramente humano, y ello puede conducirnos a exclamar, como lo
dice la Palabra de Dios: “En vano he trabajado; he gastado mis fuerzas sin
provecho alguno” (Isaías 49:4; NVI).
¡Cuán diferente es
depositar nuestra fe y confianza en JESÚS para que Él nos guíe!, por eso dijo
siete veces, “Yo soy”: “Jesús
les dijo: Yo soy el pan de vida; el que a mí viene, nunca tendrá hambre; y el
que en mí cree, no tendrá sed jamás” (Juan 6:35); “otra vez Jesús les habló,
diciendo: Yo soy la luz del mundo; el que me sigue, no andará en tinieblas,
sino que tendrá la luz de la vida” (Juan 8:12); “yo soy la puerta; el que por
mí entrare, será salvo; y entrará, y saldrá, y hallará pastos” (Juan 10:9); “yo
soy el buen pastor; el buen pastor su vida da por las ovejas” (Juan 10:11); “le
dijo Jesús: Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque esté
muerto, vivirá. Y todo aquel que vive y cree en mí, no morirá eternamente”
(Juan 11:25,26); “Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida;
nadie viene al Padre, sino por mí” (Juan 14:6); “yo soy la vid, vosotros los
pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto; porque
separados de mí nada podéis hacer” (Juan 15:5). El Todopoderoso “Yo soy”, el
que era, el que es y el que será, ¡va con nosotros hasta el fin del mundo! Aquí
me sale natural un gran: ¡Aleluya!
En efecto, JESÚS,
quien vino del cielo, vivió entre nosotros, murió y resucitó, se ha ganado el
mérito de ser nuestro Señor, Salvador y Guía, así lo proclamaron sus discípulos
delante de aquellos que lo habían crucificado: “Este Jesús es la piedra
reprobada por vosotros los edificadores, la cual ha venido a ser cabeza del
ángulo. Y en ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el
cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos” (Hechos 4:11,12; RV60).
Por todo ello, yo
me uno a los millones, que ante la pregunta sobre quién los guiará, responderán
llenos de confianza y certidumbre: ¡Me guía JESÚS!
Oración:
Amado Padre
Celestial:
Señor del tiempo y
de la eternidad, me has escogido para ser tu hijo antes de la fundación del
mundo. Recuérdame cuán breve es mi tiempo sobre la tierra, por ello, mis días
están contados y así mi vida llegará a su final; pero sé qué tan dueño eres del
más allá y de este lado. Tuyo es el ayer, el hoy y el mañana. Dame fuerzas,
claridad y seguridad en mi voz para yo decirles a todos que Tú eres mi guía. En
el nombre de JESÚS, amén.
Perla de hoy:
Cuanto más cerca de
Dios caminemos cada día, tanto más claramente veremos su guía.
Interacción:
¿Qué
me dice Dios hoy por medio de su Palabra?
¿Existe
una promesa a la cual pueda aferrarme?
¿Existe
una lección por aprender?
¿Existe
una bendición para disfrutar?
¿Existe
un mandamiento a obedecer?
¿Existe
un pecado a evitar?
¿Existe
un nuevo pensamiento para llevarlo conmigo?
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