Francisco Aular
¿Y qué beneficio obtienes si ganas el mundo entero pero pierdes tu propia alma? ¿Hay algo que valga más que tu alma? Marcos 8:36,37 (NTV)
Todo ser humano es una muestra de grandeza y miseria; es único, puede ganar o perder; en sí, lleva el germen del triunfo y también el de la derrota; puede alcanzar la grandeza en todo lo que se proponga, humanamente hablado, pero al mismo tiempo, puede perder. Es la paradoja existencial, el ser humano se puede lanzar con todas sus fuerzas, y con espléndida consagración de todas sus facultades, alcanzar algún ideal anhelado. La meta de algunos es ser alguien en esta vida por medio de las riquezas materiales, el oro es el último pensamiento al acostarse y el primero al levantarse, a ello consagra su tiempo, comodidad, salud, familia, y hasta el verdadero propósito de la vida, conocer a JESÚS, con tal de incrementar sus ganancias. Ahora bien, la pregunta de JESÚS está allí: ¿Y qué beneficio obtienes si ganas el mundo entero pero pierdes tu propia alma?
Otros seres humanos nacieron para dominar a sus congéneres por todos los medios posibles; llegar al poder y permanecer en él, es el todo de sus vidas. Ningún sacrificio les parece demasiado grande para obtener un cetro y conquistar un trono. Creen que el mundo no podrá sobrevivir sin ellos -como Alejandro el Grande ante lo inevitable de la muerte-, lloran porque ya no podrán conquistar más mundos, o como Nerón, mueren tocando la lira y diciendo: “¡Qué gran hombre pierde este mundo!”. Sin embargo, la pregunta de JESÚS resuena en medio de tantos reinos y seres humanos poderosos que han existido: ¿Y qué beneficio obtienes si ganas el mundo entero pero pierdes tu propia alma?
También hay otros que se consagran al estudio concienzudo, y con paciencia, pasan los mejores años de sus preciosas vidas, y dedican sus mejores esfuerzos para desentrañar los misterios de la ciencia. Sin duda, el mundo moderno les debe mucho a estos hombres y mujeres que arriesgan sus vidas cada día en los laboratorios, a los médicos y profesionales de la enfermería, que día tras día están allí como apóstoles, sirviendo, alentando, sin un sueldo digno, y muchas veces, sin ningún reconocimiento de las autoridades de la salud de una nación; a los científicos que están al frente de sus alumnos en las universidades, enseñándoles los derroteros que llevan a un mundo mejor para el progreso y la felicidad, sin duda, que la búsqueda en los tesoros de la ciencia es una vocación, más que una profesión. No obstante, la pregunta de JESÚS sigue en pie: ¿Y qué beneficio obtienes si ganas el mundo entero pero pierdes tu propia alma?
La verdad bíblica acerca de la salvación y perdición, no es algo que los cristianos nacidos de nuevo hemos inventado. En efecto, toda la Biblia nos enseña que el ser humano tiene la riqueza morando en él: el alma, y es tan valiosa que ningún tesoro material la puede comprar: ¿Hay algo que valga más que tu alma?, pero al mismo tiempo tan frágil, que la podemos perder: ¿Y qué beneficio obtienes si ganas el mundo entero pero pierdes tu propia alma? Pues bien, en el plano divino, el alma, o también podemos decirlo, el ser humano, es tan importante que hay que buscarlo y salvarlo a cualquier precio, esté donde esté, así que a esa divina vocación se dedicó JESÚS, lo definió como su misión en la vida: “Pues el Hijo del Hombre vino a buscar y a salvar a los que están perdidos” (Lucas 19:10). Pasar el mensaje de la salvación a todo ser humano ha sido la vocación de los misioneros y de las iglesias a través de los siglos, y sin duda como lo prometió el mismo Señor JESÚS, Él va con nosotros en esa Gran Comisión (Mateo 28:19-20). ¡Ganados o perdidos delante de Dios, esa es la condición del ser humano! Y revela su grandeza o su miseria.
Oración:
Ayúdame Señor JESÚS a cumplir con el propósito dominante que te trajo del cielo a la tierra y te condujo a la cruz, la salvación de los seres humanos. Haz que crezca en mí tu pasión por la salvación de mi generación. Amén.
Perla de hoy:
¿Y qué beneficio obtienes si ganas el mundo entero pero pierdes tu propia alma? ¿Hay algo que valga más que tu alma?
Interacción:
¿Qué te dice Dios hoy por medio de su Palabra?
Y en respuesta a ello…
¿Qué le dices tú a Él?
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