Francisco Aular
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No actúen sin pensar, más bien procuren entender lo que el Señor quiere que hagan. No se emborrachen con vino, porque eso les arruinará la vida. En cambio, sean llenos del Espíritu Santo. Efesios 5:18 (NTV)
La joven Daisy Guillén vino al primer Adiestramiento sobre cómo ser llenos del Espíritu Santo, cómo evangelizar y cómo discipular. Nunca he podido olvidar su relato de lo que Dios hizo por medio de ella, en aquella Primera Marcha Evangelizadora. Todavía me parece oírla en su testimonio al final del evento; conmocionada, dijo entre lágrimas: “¡Nunca en mi vida anterior, a pesar de ser cristiana y haber nacido en un hogar cristiano, había conducido una persona a los pies del Señor, y en esta Marcha Evangelística (sic), en un solo día, el Espíritu Santo por medio de mí, hizo posible que cinco personas vinieran al Señor en un solo día! Nada ni nadie me podrá quitar este gozo…”.
Desde luego, aquella joven no fue la única. Los testimonios tanto de los evangelizadores como de los nuevos convertidos que estaban allí, hicieron que todos los que presenciábamos aquel servicio, también explotáramos con voces de júbilo, aplausos y alabanzas al Señor. Por primera vez en todos los años de nuestra vida cristiana, parecíamos borrachos del gozo del Señor al ver a tantos cristianos nacidos de nuevo. ¡Gracias al Señor han pasado 34 años de aquel servicio y la borrachera producida por el Espíritu Santo no se nos ha quitado! Sé que en este mismo instante en el cual escribo este devocional, Aquel que llevó a Felipe al desierto para hablarle a un hombre según el relato de Hechos capítulo ocho, también está conduciendo la evangelización de una persona, porque un hombre o una mujer de Dios, llenos del Espíritu Santo, les está llevando el Mensaje. ¡Bendito y alabado sea nuestro Dios!
En efecto, la alegría en muchas ceremonias judías es representada por el vino. El apóstol Pablo sugiere en los versículos anteriores al citado, que el cristiano lleno del Espíritu Santo puede llegar a conocer y hacer la voluntad de Dios, y por ello, experimentar tal gozo en el Señor, que parecería un borracho al relatar lo que Dios ha hecho en su vida.
Ahora bien, el propósito de la llenura del Espíritu Santo es recibir el poder y la dirección de Dios para ser evangelizadores eficaces al presentar el Mensaje de la Buena Noticia de salvación. Así lo prometió el Señor antes de su partida a los cielos: “Pero recibirán poder cuando el Espíritu Santo descienda sobre ustedes; y serán mis testigos, y le hablarán a la gente acerca de mí en todas partes: en Jerusalén, por toda Judea, en Samaria y hasta los lugares más lejanos de la tierra” (Hechos 1:8 NTV).
Oración:
Amado Padre Celestial:
Ahora sé que tu Espíritu Santo me atrajo a ti conforme a tu plan eterno. Muchos, en este día, están esperando que le lleve tu Mensaje de Salvación. Espíritu Santo, te confieso mis pecados y te ruego me limpies y me llenes de tu poder para la evangelización eficaz. En el nombre de JESÚS. Amén.
Perla de hoy:
El propósito de la llenura del Espíritu Santo es que continuamente estemos alabando a nuestro Dios, y transmitiendo su Mensaje de salvación a otros.
Interacción:
¿Qué te dice Dios hoy por medio de su Palabra?
Y en respuesta a ello…
¿Qué le dices tú a Él?
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