jueves, 30 de junio de 2011

Una Razón para vivir

Francisco Aular


Porque para mí el vivir es Cristo, y el morir es ganancia. Filipenses 1:21 (RV60). En esta vida nueva, no importa si uno es judío o gentil, si está o no circuncidado, si es inculto, incivilizado, esclavo o libre. Cristo es lo único que importa, y él vive en todos nosotros. Colosenses 3:11 (NTV)


George Bernad Shaw escribió: “Esta es la verdadera felicidad de la vida: ser usado para un propósito y poder reconocer su supremacía; ser una fuerza de la naturaleza en lugar de algo inconstante, un saco de males y lamentos, siempre quejándose de que el mundo no se ha dado la tarea de hacerlo a uno feliz”. Ciertamente, conocer la razón para vivir, da un significado a nuestras vidas; la verdad es que sin Dios la vida es sin sentido, sin significado ni esperanza; vivir sin fe, esperanza y amor es vivir sin paz, muy diferente es la vida del que ha puesto en Dios su confianza, porque puede exclamar: “¡Tú guardarás en perfecta paz a todos los que confían en ti; a todos los que concentran en ti sus pensamientos!” (Isaías 26:3 NTV). Igualmente, cierto es que nada estimula más la vida que sentirse con una razón para vivir, el Apóstol lo dijo así: “Pero mi vida no vale nada para mí a menos que la use para terminar la tarea que me asignó el Señor Jesús, la tarea de contarles a otros la Buena Noticia acerca de la maravillosa gracia de Dios” (Hechos 20:24 NTV). ¡Nadie ha igualado la obra maravillosa que Dios hizo por medio del apóstol Pablo de Tarso y su única razón para vivir! Pues bien, cierro el párrafo con este pensamiento, conocer la razón para vivir nos prepara para la eternidad: “Porque para mí el vivir es Cristo, y el morir es ganancia” (Filipenses 1:21 RV60.) El gran apóstol Pablo vivió, sufrió y murió. Nerón, el déspota que ordenó su muerte, pensó librarse de él, pero el gran hombre de Dios, camino del cadalso exclamó: “He peleado la buena batalla, he terminado la carrera y he permanecido fiel. Ahora me espera el premio, la corona de justicia que el Señor, el Juez justo, me dará el día de su regreso; y el premio no es sólo para mí, sino para todos los que esperan con anhelo su venida” (2 Timoteo 4:7,8 NTV).

Dios tiene una razón para que vivamos, no solamente, la vida humana que heredamos de nuestros padres, sino también la vida eterna a través de nuestro nuevo nacimiento (Juan 3:3). Esa razón es ¡JESÚS!, en efecto, JESÚS o Cristo es el misterio o secreto de Dios para completar su Plan de Salvación para el ser humano: “Quiero que ellos cobren ánimo y estén bien unidos con fuertes lazos de amor. Quiero que tengan la plena confianza de que entienden el misterioso plan de Dios, que es Cristo mismo” (Colosenses 2:2 NTV).

Alguien dijo: “El mundo está necesitando un credo para creer, una razón para vivir, una canción para cantar y una bandera para alzar”. Solamente Dios tiene una respuesta: ¡JESÚS! Él es nuestra única esperanza. Él es una razón para vivir.


Oración:
Amado Padre Celestial:
Dios mío, enséñame de tal modo a valorar mis días sobre la tierra que se llene mi corazón de sabiduría. Ayúdame ahora a formular propósitos santos y  firmes basados en la única razón por la cual estoy todavía aquí, en armonía total con tu voluntad. Asísteme Señor, impúlsame con tu Santo Espíritu para vivir y morir para tu honra y gloria. En el nombre de JESÚS, amén.


Perla de hoy:
El nombre de JESÚS es precioso para lo que vivimos para su honra y gloria, porque Él es nuestra única razón para vivir y morir.


Interacción:
¿Qué te dice Dios hoy por medio de su Palabra?
Y en respuesta a ello…
¿Qué le dices tú a Él?

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