Francisco Aular
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"Porque también Cristo padeció una sola vez por los pecados, el justo por los injustos, para llevarnos a Dios." 1 Pedro 3:18 RV60)
"Abuelita: ¿Por qué murió JESUS?" Fue la pregunta que nuestra nieta Rebeca, cuando tenía cuatro años, le hizo a mi esposa mientras jugaba con ella. Aún yo escucho claramente la pregunta, y me veo diciendo dentro de mí, “le está haciendo la pregunta a la persona correcta”. Mary se ha enfrentado con éxito a esa misma pregunta, y muchas otras que nuestros hijos le hacían cuando eran niños, y además, ella ha sido una eficiente maestra de niños en la Escuela Dominical. Evoco el momento en que escucho - una vez más-, en pocos minutos y con palabras muy sencillas, la historia de la redención. A Rebeca le entristece, como a todos nosotros, la crucifixión, pero sus ojitos se alegran, y hasta la escucho decir, "¡aleluya!", en la resurrección. A Rebeca le encanta la historia, así que no pasa mucho tiempo sin que la vuelva a decir: "Abuelita, ¿Por qué murió JESÚS?", lo que Rebeca quiere decir es "abuelita, repíteme otra vez la historia de JESÚS".
¿Por qué murió JESÚS? Pedro, el apóstol que anduvo personalmente con JESÚS, nos da dos razones: Primero, todo pecado trae sufrimiento, "padecimiento". Eso lo aprendimos nosotros desde muy niñitos, mi abuelita, en los días de lo que llamamos la Semana Santa, preparaba los "buñuelos" -¡ah, cómo olían!-, los metía al horno, luego, los sacaba cuando estaban listos y lo ponía a enfriar en una mesa que yo podía alcanzar sin hacer mayores esfuerzos. ¡Sí, has acertado, allí estaba yo, apoderándome de uno y corriendo para disfrutarlo a escondidas!, pero esa noche, tenía que cenar de pie, porque si me sentaba, sentía el "padecimiento"… Sí, el pecado trae como resultado sufrimiento y muerte. Esta verdad de que tendremos que pagar las consecuencias de nuestras faltas, está en todas las culturas, sean que hayan leído la Biblia o no. Porque el ser humano, en su nivel mas bajo de responsabilidad moral se maneja por el premio que recibe por sus buenas acciones, o el castigo que recibe por las malas.
La Palabra de Dios no deja dudas al respecto, cuando nos dice: "El alma que pecare esa morirá". La Biblia también dice: "Porque no hay diferencia por cuantos todos pecaron y están destituidos de la gloria de Dios"; "el SEÑOR miró desde los cielos sobre los hijos de los hombres, para haber si había algún entendido que buscara a Dios"; "todos nosotros nos descarriamos como ovejas, cada cual se apartó por su camino"; ¡el ser humano sin Dios está perdido!, JESÚS mismo dijo: "Yo he venido a buscar y a salvar lo que se había perdido". Añade la Biblia, que la salvación no es algo automático, nosotros los pecadores debemos arrepentirnos de nuestros pecados, confesarlos a Dios y apartarnos del mal: "No, antes si no os arrepentís todos pereceréis igualmente". JESÚS es la única esperanza de la salvación, por eso, pronunció estas palabras: "Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí" (Juan 14:6).
Sí en efecto, la Biblia plantea con toda claridad que el ser humano no puede salvarse por sus propios esfuerzos. Por eso, frente a la tragedia del pecado en el ser humano, "abundó la gracia" divina. ¡JESÚS es el Remedio para el pecado en el ser humano! ¡JESÚS es el Regalo de Dios para nosotros los pecadores! ¡JESÚS es la puerta de la esperanza en medio del valle de la muerte! Pedro nos da la segunda razón en respuesta a la pregunta: ¿Por qué murió JESÚS? "El justo por los injustos, para llevarnos a Dios"; igualmente Pablo nos recalca: "Porque la paga del pecado es muerte, más la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro" (Romanos 6:23). ¿Qué vas a hacer con el Regalo de la salvación? Caben solamente dos acciones, rechazarlo o aceptarlo. ¡No tienes necesidad de mandarte a clavar en una cruz por tus pecados para tu salvación! ¡JESÚS estuvo allí por ti y por mí! ¡Ese es el EVANGELIO!
Oración:
SEÑOR, ¡qué terrible paradoja, cuán misteriosa! Verte clavado en esa cruz por mí es algo repulsivo que no miro fácilmente; sin embargo al saber que moriste allí por mis pecados y los de todo ser humano, veo la hermosura de Tu santidad, porque me habla de un Dios que me ama, un Dios sufriente, mi problema es Tu problema, mi lucha es Tu lucha ¡Gracias por morir por nuestras culpas y darnos el beneficio de Tu salvación! Amén.
Perla de hoy:
En la cruz contemplamos dos verdades, el desenmascaramiento de la maldad del ser humano, y la revelación de la gracia, el amor y la misericordia de Dios. ¡Volvamos a contar esta historia, su historia, porque es la nuestra!
Interacción:
¿Qué te dice Dios hoy por medio de su Palabra?
Y en respuesta a ello…
¿Qué le dices tú a Él?
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