jueves, 14 de noviembre de 2024

“SIN RESERVAS, SIN RETIRADAS, SIN LAMENTACIONES”

SELECCIONES
Perlas del Alma
Francisco Aular
faular@hotmail.com
VIERNES, 15 de noviembre de 2024
Lectura devocional: Hebreos 10:14-25 
Mantengamos firme la esperanza que profesamos, porque fiel es el que hizo la promesa. Hebreos 10: 23 (NVI)

¡MI NACIMIENTO BIOLÓGICO Y EL ESPIRITUAL, mis dos nacimientos, no son un accidente! ¡Soy parte del plan eterno de DIOS! Por tanto, aunque, la “esperanza que profesamos” sea pequeña o grande, mi profesión de fe en JESÚS es firme. Su llamado me lo hizo Él, yo solamente respondí.  ¡JESUCRISTO me llevará fiel hasta el final como lo ha prometido! 

 

Teniendo como base la guía de la Biblia y la ayuda eficaz del ESPÍRITU SANTO, DIOS fortalecerá cada día, la salvación que me ha dado, la seguridad de esa salvación, y la perfección de mi salvación hasta el día final, no solo de mis días en esta tierra, sino hasta mi morada final en la Nueva Jerusalén. Pues, “es Cristo en vosotros la esperanza de gloria” (Colosenses 1:27b). 

 

Como lo he dicho y escrito en otras partes,  desde recién convertido además de los héroes bíblicos, también he estudiado la vida y obra de los grandes hombres y mujeres de nuestra fe cristiana a través de los siglos. 

 

Entre mis admirados está el joven William Borden (1887-1913). Aquí les repito nuevamente su historia. En 1904, William Borden se graduó de la escuela secundaria. William Bordien, como heredero de de la compañía lactuaria de la Lechería Bo rden, él ya era un millonario. 

 

Como regalo de graduación, sus padres le dieron al Borden, de 16 años de edad, un viaje alrededor del mundo. Mientras el joven hombre viajaba por Asia, el Medio Oriente y Europa, sintió una carga creciente por la gente sufriendo en el mundo. 

 

Finalmente, William Borden escribió a casa para decir: “Voy a entregar mi vida para prepararme para el campo misionero.” Un amigo expresó sorpresa de que él “estuviera desperdiciando su vida como misionero.” En respuesta, William escribió dos palabras en la parte de atrás de su Biblia: “Sin reservas.” 

 

Borden fue a la universidad y luego al seminario, cambiando las vidas de los estudiantes y de todos aquellos que entraban en contacto con él. Inició un pequeño grupo de oración que dio origen a un movimiento que se esparció a través del campus universitario. Para el tiempo en que William Borden estaba en el último año, ¡mil de los 1,300 estudiantes atendían este grupo! 

 

El ministerio de alcance de Borden no estaba confinado al campus. El se encargaba de cuidar a las viudas, los huérfanos y los lisiados. Él rescató a los borrachos de las calles y comenzó una misión. Mientras el grupo desarrollaba un plan sobre cómo evangelizar mejor, Borden siempre era el que tomaba “los casos evangelísticos difíciles” que más nadie quería. 

 

De igual forma, William Borden,  durante sus años en la universidad, su llamado misionero se concentró en un grupo humano de musulmanes en la China. Una vez que se fijó esa meta, Borden nunca titubeó. Además, inspiró a sus compañeros de clases para que consideraran el servicio misionero. Uno de ellos dijo: “El ciertamente fue una de las personalidades más fuertes que jamás haya conocido, e imprimió carácter al resto de nosotros en la universidad. Siempre sentí que él estaba hecho del mismo material que los mártires.”


En esa misma línea, para el tiempo de la graduación, Borden rechazó algunas ofertas de trabajos altamente remunerados. En su Biblia, él escribió dos palabras más: “Sin retiradas.” 

 

Finalmente, el sueño de William Borden se estaba haciendo realidad, mientras navegaba hacia China. Debido a que esperaba trabajar con musulmanes, se detuvo primero en Egipto para estudiar árabe. Estando allí, contrajo meningitis vertebral. Al cabo de un mes, William Borden, de 25 años de edad, murió. 

 

Las noticias de su muerte provocaron una ola de tristeza alrededor del mundo. Cuando se leyó su testamento, se descubrió que había dejado toda su fortuna, más de un millón de dólares, a la causa de CRISTO. 

 

Por consiguiente, podemos preguntarnos: ¿Fue la muerte anticipada de Borden un desperdicio? No, en el plan de DIOS. Sintiendo que su muerte ya estaba cerca, Borden escribió dos palabras más en su Biblia. Debajo de las palabras “Sin reservas” y “Sin retiradas,” él escribió: “Sin lamentaciones.”

 

Al final, el testimonio de William Borden movió las fibras misioneras de miles de jóvenes estadounidenses y de otras partes del mundo para llevar el Mensaje hasta la última frontera. En lo personal, con el testimonio del amado William Borden,  DIOS me ha inspirado y calentado el corazón en los momentos difíciles del ministerio. ¡DIOS en él, pudo! ¡DIOS en mí, puede! 

 

Esta es la clase de determinación y la esperanza que nos mantiene y sostiene desde el principio hasta el final de nuestra jornada terrenal y celestial: “sin reservas, sin retiradas, sin lamentaciones”.


¡Adelante, siempre adelante!

 

Oración:

¡Gracias, PADRE, ¡porque por amor me fijaste el propósito eterno de llegar a ser tu hijo! Por fe aceptar estas verdades y por fe camino cada día, sin reservas, sin retiradas y sin lamentaciones. En el nombre de JESÚS, amén.

Perla de hoy:

La carrera del cristiano nacido de nuevo no es una competencia olímpica, sino una carrera de perseverancia, resistencia y gratitud.

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