“Perdido”, el vocablo entre comillas nos sirve nada más de identificación para destacar. “Perdido” no ha sido un invento acuñado por los cristianos a través de la historia, ni tampoco de las iglesias. “Perdidos” en la expresión de JESÚS, se refiere a la condición espiritual de aquellos que no conocen a DIOS. Son las personas sin Su Vida Zoé, que es Él mismo, JESÚS dijo:
“—Yo soy el camino, la verdad y la vida. Sin mí, nadie puede llegar a Dios el Padre”. (Juan 14:6, TLA).
De manera que, las parábolas de JESÚS, están llenas del amor de DIOS por la situación agónicas precisamente de los “perdidos” como lo afirma el versículo más famoso de toda la Biblia: “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna”. (Juan 3:16,RV60).
Las tres parábolas, explicadas por JESÚS de Lucas 15, nos presentan la situación de los “perdidos” de manera que no debe quedarnos duda para esforzarnos en la gracia del Evangelio para alcanzarlos. Sin embargo, algunos seres humanos pasan por esta vida humana, como la oveja perdida: con la sensación del peligro que les acecha pero necesitan un pastor que las busque y las traiga al redil.
Otros como la moneda que se pierde del monedero de una mujer, son aquellos que son insensibles. Depende que, "alguien encienda la lámpara, y barra la casa, y busca con diligencia la moneda hasta encontrarla”. ¡DIOS nos pone en acción como Sus hijos para buscar al perdido y no descansar hasta encontrarlo!
El tercer ejemplo del “perdido” es el hijo ingrato o como se ha llamado el “el hijo pródigo”…No puedo oír, leer ni estudiar esta palabra con mis ojos secos. ¡Me veo en el retrato de aquel hijo ingrato al amor de DIOS, y que el padre lo recibe por medio de una fiesta, y estas palabras me hacen exclamar: ¡Gracias PADRE por darme tanto! ¡Quiero darte mi única vida humana y gastarme delante de Ti y de este gran Evangelio! ¡Quién viviera mil vidas o más para predicar este Evangelio o la Buena Noticia de salvación a todos los perdidos!
Finalmente, todas estas parábolas de Lucas 15, terminan: "Así os digo que hay gozo delante de los ángeles de Dios por un pecador que se arrepiente". (Lucas 15,7,10,32). ¡Hagamos que esa fiesta en el cielo por el rescate de los perdidos, no termine!
Por ahora, sigo con el relato iniciado en la Perla anterior: “Evangelizar: el mejor regalo para nosotros”. Sigo con el relato, yo era un joven pastor, recién egresado del Seminario. Entonces, el anhelo y la oración de mi corazón, era alcanzar a mi generación para CRISTO. Así que tomé la iniciativa de comenzar a compartir el Evangelio a los vecinos de nuestro templo de la Iglesia Bautista El Buen Pastor de Maracay. Llegué a casa de la familia Rodríguez Molero, y toda la familia vino a CRISTO. Sé que en los relatos del SEÑOR, hay gozo en el Cielo por los perdidos encontrados por Él…Aquella mañana, hubo una gran fiesta en mi corazón por fin, tenía a mis primeros discípulos en lo que posteriormente, llamaríamos la Marcha Evangelizadora. Allí vamos…
Acordé con la familia Rodríguez Molero, ir cada día de aquella primera semana de convertidos para discipularlos. El hermano Luís Rodríguez, el militar convertido y mi discípulo, me comunicó en uno de aquellos encuentros que toda la familia viajaría a Maracaibo, de donde era su esposa Cándida Molero. Yo sabía que esos días festivos estaban muy próximos y entonces dije algo que yo mismo me extrañé cuando me lo escuché, ¡los desafié a que se prepararán porque ellos iban a ese viaje como misioneros! Eso significaba que tendrían que evangelizar a sus familiares. Me aceptaron el reto.
Los entrené en el uso del folleto de las cuatro leyes espirituales; todavía recuerdo cuando nos despedimos en el hogar de ellos, me sentía como el padre que tiene que dejar a sus propios niños en manos extrañas, Mary y yo oramos mucho por ellos. Ni el compromiso de los servicios de Semana Santa, ni los bautismos que celebraría el domingo de resurrección, me impidieron olvidarme de mis amados discípulos.
Así llegó el lunes en que ellos retornarían del viaje; el martes en la mañana no habría ninguna cita para mí tan especial como aquella con la familia Rodríguez Molero. “¡Siéntese pastor para que no se caiga por lo que le vamos a contar!” Habló Cándida con ese acento tan característico de los zulianos.
Así lo hice y me dispuse a escuchar lo que me dirían. Con voz serena, el hermano Luís Rodríguez me contó su viaje, y de la manera como la familia los había recibido y de cómo ellos sin perder tiempo, les habían testificado a todos los que pudieron. Los resultados de esa evangelización: ¡trece personas recibieron al SEÑOR!
Perdóneme, hoy sale un poquito largo este devocional porque hace un tiempo, hablé con mi amado discípulo Luis Rodríguez. Sigue fiel en el SEÑOR y ha sido miembro de la Primera Iglesia Bautista de Maracaibo por más de tres décadas. Sus pastores me han dado muy buenas noticias de Luis Rodríguez. ¡Alabado sea el SEÑOR! Porque como Juan, escribió: “No tengo yo mayor gozo que este, el oír que mis hijos andan en la verdad”. (3 Juan 4,RV60). Por ello, evangelizar es el mejor regalo a nosotros.
En conclusión, tome la iniciativa y empiece a evangelizar porque usted será bendecido para siempre, porque: Evangelizar es el mejor regalo para nosotros.
¡Adelante, siempre adelante!
Oración:
Amantísimo PADRE Celestial:
¡Gracias por aquellos corazones productivos en donde la bendita Semilla del evangelio se convirtió en un frondoso árbol para tu Reino! ¡Ayúdame para seguir sembrando, cultivando y cosechando! En el nombre de JESÚS. Amén
Perla de hoy
DIOS nos ha bendecido con Su salvación para que bendigamos a otros al compartir el evangelio.
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