A Ester
¡Y si perezco,
que perezca!»
Ester 4:16 (NVI)
Francisco Aular
Camina belleza, camina
impresionando al rey,
con tus ojos delicados
Ester, belleza y mujer
A ti te adorna el coraje
estrella del amanecer
que luchas por tu linaje.
Sin temor a perecer…
AL REPASAR LAS PÁGINAS DORADAS del más venerable de los libros, la Biblia, encontramos un relato que impresiona profundamente por su realismo y actualidad, el libro de Ester. En efecto, el libro de Ester nos presente una de las más emocionantes escenas de la historia sagrada, tanto para los judíos como para los cristianos. Ester es la más grande heroina que por su belleza y coraje, se ha ganado hasta hoy el corazón de judíos y cristianos. En este libro no se menciona el nombre de DIOS, pero la acción divina está reflejada desde el principio hasta el final. Porque entre otras cosas DIOS es SEÑOR de la historia.
El significado del nombre de Ester nos puede iluminar algunos rasgos de la personalidad de esta hermosa reina. En efecto, el verdadero nombre de Ester era Hadasa (2:7), cuyo significado es “mirto”, preciosa flor aromática que representa al amor puro. Así que los padres esperaban que aquella niña, al nacer allí en Persia, en un humilde hogar judío descendiente de Benjamín, ¡sería una mujer especial! Igualmente, al adoptar el nombre persa Ester, apuntaba al mismo símbolo exitoso, pues, significa “la estrella de esperanza”, “buena suerte”, “estrella del gozo”, “preeminencia.”
Exactamente, cuando su pueblo fue condenado al genocidio, Ester se derramó como un perfume y brilló como una estrella en la oscura noche de su amado pueblo.
¿Qué puede hacer un hijo de DIOS en medio de un gobierno que lo controla todo? ¿Qué puede hacer una reina de belleza cuando ve a su pueblo injusta e impíamente masacrado? Aunque algunos métodos han cambiado en los sistemas políticos humanos para intentar suavizar la tiranía de unos pocos sobre otros muchos, todavía, algunos sistemas humanos continúan igual o peor que los gobiernos que ellos suplantaron.
A veces, los tiranos piensan que ellos coparán la escena, que serán gobierno para siempre y por eso abusan del poder, cometen injusticias, hacen planes para destruir a sus enemigos, y ciertamente lo logran; se rodean de colaboradores corruptos, pero tarde o temprano, les llega su fin.
Repasemos la historia que nos atañe: Habiendo el rey Asuero (Jerjes) repudiando a la reina Vasti, la judía Ester vino a ser su esposa y reina de Persia. Ella, confiada en DIOS y sobreponiéndose a su debilidad, intercedió por su pueblo cuando el primer ministro Amán concibió el proyecto de exterminar a todos los judíos, comenzando por Mardoqueo, el tío y padre adoptivo de Ester.
Acto seguido, Ester se preparó espiritualmente con oración y ayuno, y tuvo un pensamiento que la acompañaba día y noche, interceder por su pueblo. Valientemente, dijo: “Y entonces, entraré a ver el rey, aunque no sea conforme a la ley; y si perezco que perezca” (4:16), y con esta convicción metida como fuego en su corazón, en un banquete, Ester descubrió al rey su nacionalidad hebrea y pidió protección para sí y para los suyos contra su perseguidor Amán. El rey concedió su pedido.
¡Qué ironía! Amán fue colgado en el mismo patíbulo que había preparado para Mardoqueo, y el pueblo judío fue autorizado a vengarse de sus enemigos, el mismo día en que según el edicto de Amán debía ser aniquilado en el reino de los persas. En memoria de este feliz acontecimiento los judíos instituyeron la fiesta de Purim (Fiesta de las Suertes) hasta el día de hoy.
Con Ester aprendemos a buscar a DIOS y Su dirección cuando la patria está en peligro; a observar que nadie es eterno aquí en la tierra, tarde o temprano tendremos un encuentro con nuestra realidad humana: la muerte que nos nivela a un mismo plano; con este pequeño y gran libro bíblico al mismo tiempo, nos enseña a “humillarnos a nosotros mismos” para ejercitarnos al servicio por el bien de los demás; Ester, no actuó sola sino que buscó la cooperación de los demás creyentes.
Toda mujer con un encanto femino especial, nunca debe olvidar que belleza y coraje deben marchar juntos: “Engañoso es el encanto y pasajera la belleza; la mujer que teme al Señor es digna de alabanza”.
(Proverbios 31:30.NVI).
¡Adelante, siempre adelante!
Oración:
PADRE JUSTO:
Aquí estoy clavado sobre mis rodillas delante de Ti. Pase lo que pase, yo Te creo SEÑOR, sé que Tu gracia nos acompaña en esta hora difícil que nos ha tocado vivir. ¡Cuántas lágrimas, cuánto dolor, cuánta injusticia, cuántas amenazas de los poderosos actuales! Lo que más necesito en esta hora SEÑOR es coraje cívico para no quedarme callado, y proclamar que, de las cenizas de este mundo en llamas, Tú harás un fabuloso mañana para todo Tu pueblo. Entonces celebraremos Tu glorioso Nombre para siempre en la compañía del Amado JESÚS. Amén.
Perla de hoy:
Somos libres, pero levantamos nuestra voz ante la injusticia: “¡Si perezco, que perezca!”.
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