viernes, 11 de noviembre de 2022

MAYORDOMÍA DE LOS DONES

Francisco Aular
Lectura devocional: 1Pedro 4:1-11
Ponga cada uno al servicio de los demás el don que haya recibido, y sea un buen administrador de la gracia de Dios en sus diferentes manifestaciones. 
1 Pedro 4:10 (RVC) 

Se atrasó el vuelo y llegué al aeropuerto muy inquieto, se suponía que yo llegaría el día anterior para predicar en aquel aniversario de la iglesia que me había invitado. Pero había pasado varios horas en aeropuerto de mi salida. Obviamente estaba nervioso porque en una hora tendría que estar en el púlpito. ¿Cómo haría para llegar a tiempo? Pensaba, mientras esperaba mi maleta. ¿Quién me esperaría? Allí mismo a la salida, un hombre sonriente, sosteniendo un cartelón decía: “¡Bienvenido pastor Francisco!”… Enseguida corrió hacia mí, diciéndome: 
—Me presento soy el diácono Pedro García, vengo encargado por el pastor de nuestra iglesia… 
Ya dentro del vehículo, me dijo: 
—¡Todo lo tenemos listo porque hemos orado por esta campaña aniversario, casi todo el año!... 

Aquel amado, no dejaba de hablarme con entusiasmo mientras conducía. En aquellos años, todo contacto se hacía por cartas, y a veces, la comunicación no llegaba a tiempo. Allí me enteré de una cantidad de datos que además de la información, me tranquilizaban. Llegamos a tiempo y el pastor hizo una presentación de mi persona, sin olvidar ningún detalle. ¡Empezamos y terminamos muy bien! 

En resumen, aquella iglesia inolvidable y desde el pastor principal hasta el último de sus colaboradores, sabían que hacer, como hacerlo y lo hacían con gozo. Cada uno de esos amables y amados hermanos y hermanas, servían llenos de un entusiamo contagioso. Como resultado más de un centenar de personas llegaron a CRISTO, y tenían listo todo un equipo de mentores que empezaban a dar discipulado inicial para los nuevos creyente. 

La campaña evangelizadora fue unas de las mejores en las cuales he participado. Creo que esos amados no solamente tenían sus dones y talentos para el buen adelanto de la obra de DIOS, sino que también hacían con sus dones una buena mayordomía, vale decir, una excelente administración, acorde con las distintas formas y facetas en las cuales, haciendo las cosas “decentemente y con orden”, se manifiesta la gloria de DIOS en todo lo que somos y hacemos. 

¿Qué entendemos por la mayordomía de los dones o talentos? Esto tiene que ver con el “hacer” en nosotros. En sentido general, talento es la habilidad natural para hacer las cosas. 

Los dones son dados a la Iglesia del SEÑOR: “Él mismo constituyó a unos, apóstoles; a otros, profetas; a otros, evangelistas; y a otros, pastores y maestros. (Efesios 4:11, NVI). En efecto, una vez que nos convertimos, en nuestro ADN, espiritual el Espíritu Santo, otorga un don o dones, según Su gracia para que cada uno de Sus discípulos, haga bien los diversos trabajos que DIOS reparte en una iglesia, y que puede extenderse más allá en la carrera cristiana: “Porque los dones y el llamamiento de Dios son irrevocables”. (Romanos 11:29, RVC). 

Hago aquí, una aclaratoria necesaria: el objeto de que el poseedor de los dones, la vanidad y la arrogancia, no se les suba a la cabeza. El Espíritu Santo, produce Su fruto en nosotros, esto tiene que ver con nuestro “ser”, vale decir: nuestro carácter. Este fruto en singular, tiene nueve cualidades, a saber: “En cambio, el fruto del Espíritu es amor, alegría, paz, paciencia, amabilidad, bondad, fidelidad, humildad y dominio propio. No hay ley que condene estas cosas”. (Gálatas 5:22,23 NVI). 

¡No existen excusas para no poseer un carácter como el de nuestro SEÑOR, porque el fruto del Espíritu vive en nuestra vida, desde que creímos! 

¡Al final de la jornada, se nos pedirá cuenta del no uso o abuso de los dones que se nos dieron! Mientras estemos aquí en esta tierra, debemos ejercitar nuestros talentos y los dones para servir al SEÑOR con lealtad y regocijo. Algún día se nos pedirá: “Da cuenta de tu mayordomía”. (Lucas 16:2). 

Estábamos comenzando la Iglesia Bautista Emanuel de Manassas, en Virginia. No teníamos músicos. Mary, cada domingo hacía lo que mejor podía hacer para guiarnos en la adoración. Así pasamos todo un año. Llegó un viernes por la noche, yo había convocado a los hermanos a una vigilia de oración, en realidad pensaba tener un tiempo de oración desde las seis hasta las 11 de la noche… Una lluvia fría estaba cayendo y se formaba un poco de hielo en el piso. A lo lejos vi a un hombre con su bicicleta y una guitarra sobre su espalda. 

El hombre con su bicicleta, se dirigió hacia el establecimiento de nuestro templo, se bajó y caminó hacia nosotros. Yo salí para atenderlo. Aquel hombre venía para ayudarnos. Muy sonriente me dijo, con ese acento bien salvadoreño:¡Tanto gusto pastor, soy José Miguel Palacios! Vengo con mi guitarra. El amado hermano, vino y al menos por dos años más, antes de regresar al Salvador se dedicó al servicio del reino, con su talento, su hermosa voz, su carácter y su amor por nuestra iglesia. ¡Nunca lo podré olvidar! Suceden cosas maravillosas por medio de la mayordomía de nuestros dones. 

¡Adelante, siempre adelante! 

Oración: 
PADRE ETERNO: 
Como los copos de la nieve son distintos así tu pones en los seres humanos y cristianos nacidos de nuevo, talentos y dones para servirte en tu reino. Ayúdame para ofrendar mis talentos. y dones, e invitar a otros para que hagan lo mismo. En el nombre de JESÚS. Amén 
Perla de hoy: 
Comienza hoy a servirle al SEÑOR con tus talentos y dones, y Él, hará.

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