1958 fue un año fabuloso en Venezuela. A principios del año, salió de la presidencia Marcos Pérez Jiménez, y con la pasión de mis doce años, y el poquísimo conocimiento de la política, me lancé a la calle y me uní a los vecinos gritando: “¡Viva Venezuela libre!” Después regresaron del exilio los políticos que habrían de dominar la escena política por unas cuatro décadas. Wolfang Larrazabal Ugueto con su uniforme de vicealmirante de la marina y con su físico de galán de Hollywood, asumió el poder de manera interina. El vicealmirante Larrazabal, causaba furor entre la mujeres venezolanas.
Ocurrieron cosas extraordinarias en aquel año de 1958. ¡Se respiraba libertad por todos lados! El gobierno provisional, decretó el Plan de Emergencia, dedicado a la construcción, principalmente en Caracas. Los barrios estrenaron sus pisos de cemento, las quebradas fueron canalizadas y los hombres y mujeres recobraron la dignidad del trabajo. Aquellos sueldos llegaron a manos de los miles de obreros y con ello el bienestar material a sus familias. La inmigración iniciada con Pérez Jiménez, mayormente proveniente desde Europa, se fortaleció. ¡Venezuela se puso de moda en el plano internacional!
Pero el hecho más notable de aquel año en lo personal, fue que en el mes de octubre, cumplí mis trece años. Yo estudiaba mi primaria de noche, así que en el día ayudaba de muchas maneras en mi hogar. Pero yo quería trabajar en la calle y en muchos lugares no me aceptaban por mi edad. Recuerdo muy bien que una prima que trabajaba en el Centro de Caracas, llegó con la gran noticia a la casa:
—“¡Fran te encontré un trabajo de limpieza de un estudio fotográfico, empiezas mañana viernes!”… ¡Esa noche no dormí! Aquel viernes, caminé hacia el autobús que me llevaría al Silencio, el lugar en donde mi primera adolescencia, se consumiría. En efecto, aquel viernes 28 de noviembre de 1958, empecé mi trabajo y mi amor por él. DIOS en Su gracia me dio aquella oportunidad y no la perdí –ahora lo sé con mayor propiedad-. ¡Gracias a ese trabajo empecé la escalera que le dio significado a mi vida y mucho de lo que soy se lo debo a mi primer jefe y mis compañeros de labores!
Ayer, cumplí 64 años que obtuve mi primer trabajo. Ese hecho cambió todas mis circunstancias y me trajo hasta aquí. Siempre uno debe recordar, lo que alguien dijo: “No hay porvenir en ningún trabajo. El porvenir está en el ser humano que desempeña el empleo.”
De hecho, el rey Salomón, describió la vida del ser humano con sus diversas actividades como “vanidad de vanidades” o “todo carece de sentido”. Pero valoró y mucho que en nuestro breve paso por la vida, aprendamos a esforzarnos con la fe en DIOS para dejar al menos alguna huella de nuestro peregrinaje: “Y todo lo que te venga a la mano, hazlo con todo empeño; porque en el sepulcro, adonde te diriges, no hay trabajo ni planes ni conocimiento ni sabiduría”. Eclesiastés 9:10 (NTV).
Ante todo, debo decir que a mis 17 años, vine al conocimiento del Evagelio y creí en Su promesa. Me arrepentí de mis pecados y mediante la oración puse en las manos de DIOS todo lo que soy y me entregué a JESÚS al aceptarlo por fe como mi SALVADOR y SEÑOR personal de mi vida. Desde entonces nunca las cosas fueron iguales para mí. JESÚS me transformó y todavía a 59 años de aquel evento sigue trabajando en mí. He aprendido que en esta vida que tengo, soy simplemente, un mayordomo, un administrador de lo que DIOS en Su gracia me ha dado: Mi vida, mis talentos, dones, el tiempo ¨cronos” que viviré y todo lo que Él me hado es de DIOS, nada es mío y hasta las fuerzas para realizar el trabajo provienen de Él. ¡Alabado sea mi DIOS Y DUEÑO!
¡Gracias SEÑOR por el amor que pones en nosotros para el trabajo que dignifica a quien lo realiza y le da un verdadero sentido a la vida!: “Y todo lo que hagan o digan, háganlo como representantes del Señor Jesús y den gracias a Dios Padre por medio de él.” (Colosenses 3:17,NTV).
¡Manos a la obra!
¡Adelante, siempre adelante!
Oración:
PADRE ETERNO:
Sé que delante de ti están todos las cosas que el ser humano piensa, habla y hace. Nuestros años pasan delante de ti como una nube que se disipa como un relámpago en la distancia. Ayúdame SEÑOR a poner empeño en todo trabajo que me des para llevar el alimento a mi casa el sustento de cada día y la fuerza y la salud para realizarlo. En el nombre de JESÚS. Amén.
Perla de hoy:
DIOS sonríe cuando ponemos entusiasmo en todo lo que hacemos para Su honra y gloria.
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