Francisco Aular
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MARTES, 25 de julio de 2023
Lectura devocional: Mateo 28:16-20
Por tanto, vayan y hagan discípulos de todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, enseñándoles a obedecer todo lo que les he mandado a ustedes. Y les aseguro que estaré con ustedes siempre, hasta el fin del mundo. Mateo 28:19,20 (NVI)
"Millones de personas muriendo allí, nunca han oído de JESÚS. Miilones de cristianos viviendo aquí, nunca se han preocupado". ¡Es ahora o nunca!
La urgencia de la tarea para nosotros los cristianos de hoy, es tan desafiante e inmensa como cuando JESÚS, nos dio la Gran Comisión, antes de subir al cielo. Afirmo que nosotros si podemos en la década 2023-2033, hacer un gran esfuerzo para llevar el Mensaje de Salvación desde la ciudad en que tenemos el templo hasta la última frontera de este mundo. ¿Qué podemos hacer con la urgencia de la tarea?
La urgencia de la tarea para llegar con el Mensaje de Vida Eterna se nos da porque el martes 15 de noviembre de 2022 -hace dos días-, la tierra llegó a 8 mil millones de habitantes. Los países y sus gobiernos se preocupan y empiezan a buscar la manera de atender a esa marea humana. Los sociólogos estudian las sociedades humanas y buscan la manera en que podrán acometer y solucionar, los distintos fenómenos sociales que el mundo tendrá que enfrentar. Así cada especialidad de los segmentos humanos empieza a moverse y los economistas, no tienen respuesta final sobre la pregunta: ¿Cómo alimentar a tantos seres humanos y con tantas desigualdades? ¿Qué haremos? Es la pregunta.
La urgencia de la tarea debe ser también el desafío de las iglesias cristianas y su defensa, de la fe, la esperanza y el amor. El mandato de la Gran Comisión dado por JESUCRISTO antes de irse al cielo está allí. Es necesario que el liderazgo cristiano se ocupe de lo que no harán otros entes humanos: La proclamación del Evangelio en medio de un mundo en crisis. En efecto, vivimos en el período más revolucionario de la historia del ser humano en esta tierra. Nunca ha vivido la humanidad una época de más urgencia, peligros y angustias como la actual.
La urgencia de la tarea, incluye saber de dónde venimos en dónde estamos y hacia donde vamos. Nací en medio de una montaña en 1945, apenas finalizaba la Segunda Guerra Mundial, crecí en un barrio muy tranquilo a mediados de los años cincuenta en la gran ciudad de Caracas, la Capital de Venezuela; estuve allí en esa era de tantos cambios como los fueron los años sesenta; en ese entonces, mis sueños más fantásticos, no incluían los adelantos y maravillas de la era de la velocidad y la urgencia de llevar el mensaje, como la actual.
La urgencia de la tarea tendrá que tomar en cuenta los adelantos científicos y tecnológicos; pero no depender de ellos. Todavía me asombro como a mediados de los ochenta, mi amado discípulo, Kechenor Alcindor, de la Iglesia Bautista Emanuel de la Castellana y que poseía un negocio de centro de copiado, me presentó, la máquina de enviar y recibir “fax”… ¡Qué maravilla! Kechenor, recibió un fax que le envió un familiar desde el exterior, me lo mostró, y yo estaba asombrado con aquella carta en mis manos, pensando que en fracciones de segundos había viajado muchas millas para estar allí delante de nuestros ojos. Por supuesto, aquello era apenas el principio de tantos avances que la ciencia y la tecnología ha puesto hoy, al alcance de todos.
La urgencia de la tarea, debe admitir sin embargo, que los descubrimientos de la ciencia y los inventos que cada minutos surgen de la mente del ser humano, no han hecho posible que el hombre y la mujer de hoy, sean más virtuosos que nuestros abuelos. Y, mucho menos, hacerlo más feliz. Al contrario muchos diques que la humanidad había puesto para evitar el desborde de nuestra naturaleza pecaminosa, se han desmoronado.
La urgencia de la tarea debe darse cuenta de que estaremos enfrentando ideologías que traen consigo una inmensa nube de corrupción, vicios y maldades, se han hecho presente en todos los órdenes de la vida. Estas ideologías que van de lo absurdo a lo ridículo, todo lo envuelven, todo lo penetran y lo deforman. Sí, aquellos días en que el profeta Isaías, lo predijo: “¡Ay de los que a lo malo dicen bueno, y a lo bueno malo; que hacen de la luz tinieblas, y de las tinieblas luz; que ponen lo amargo por dulce, y lo dulce por amargo!” (Isaías 5:20 RV60).
¡No hay tiempo que perder mis amados! La urgencia de la tarea nos exige que nos levantemos en oración, la evangelización y el discipulado. Cada vez que en la historia del Cristianismo los enemigos que se levantaron contra DIOS no prevalecieron, fue porque la Iglesia los enfrentó con esta verdad: “Si se humillare mi pueblo, sobre el cual mi nombre es invocado, y oraren, y buscaren mi rostro, y se convirtieren de sus malos caminos; entonces yo oiré desde los cielos, y perdonaré sus pecados, y sanaré su tierra”. (2 Crónicas 7:14, RV60). ¡Las multitudes sin CRISTO, nos esperan! ¡Es ahora o nunca!
¡Adelante, siempre adelante!
Oración:
AMADO PADRE CELESTIAL:
Hoy es el día de proclamarte como el amante DIOS y PADRE; ciertamente el enemigo trabaja bajo la oscuridad de un mundo perdido; la vida preciosa que nos has dado para estar en este mundo es breve; y los hombres y mujeres sin ti están “muertos en sus delitos y pecados”. Ayúdame ante todo a ser un testigo eficaz en conducta de fe, esperanza y amor para que la gente escuche tu voz a través de la mía. ¡Gracias SEÑOR por ponerme en marcha al lado de tu Iglesia¡ En el nombre de JESÚS! Amén.
Perla de hoy:
Cuando la Iglesia del SEÑOR se pone en marcha, comienza a despoblar al mismo infierno.
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