lunes, 15 de agosto de 2022

¡GRACIAS SEÑOR POR 45 AÑOS MARCHANDO!

Por tanto, vayan y hagan discípulos de todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, enseñándoles a obedecer todo lo que les he mandado a ustedes. Y les aseguro que estaré con ustedes siempre, hasta el fin del mundo.
Mateo 28:19,20 (NVI)
También debo esforzarme para que después de mi partida ustedes puedan tener siempre presentes todas estas cosas.
1 Pedro 1:15 (RVC).
Acuérdate de los tiempos pasados;
trae a la memoria los años ya idos.
Pregúntale a tu padre, y te lo dirá;
y a tus ancianos, y te contarán.
Deuteronomio 32:7 (RVC) 

¡GRACIAS SEÑOR POR 45 AÑOS MARCHANDO! Un abuelo tuvo que explicar a su nieto que la leche que estaba tomando, provenía de una vaca y no del supermercado. Los viejos estamos todavía aquí para ayudar, entre otras cosas a recordar los tiempos pasados. En mi caso, puedo decir que de los viejos tiempos, “los recuerdos son los únicos amigos que me quedan…” Por mi parte, me gusta recordar al pueblo de DIOS más joven: como nacimos, crecimos y llegamos aquí. Particularmente, lo he hecho para recordarnos que nuestro DIOS está marchando con nosotros: “Y les aseguro que estaré con ustedes siempre, hasta el fin del mundo”. 

¡GRACIAS SEÑOR POR 45 AÑOS MARCHANDO! Serían como las nueve de la noche del domingo 14 de agosto, cuando vimos que un taxi se estacionó a las puertas del templo, allí venía el hermano Pablo Jorgez desde Maracay, cargado de carpetas para los marchistas. Todos festejamos y alabamos al Señor porque, por lo menos, ¡Ya teníamos los materiales en la mano! 

Por fin llegó el 15 de agosto, nos levantamos antes que el sol. La mañana y la tarde del lunes 15 de agosto el hermano Bolívar, Pablo Jorgez y yo, la pasamos en oración. Entre otras cosas, orábamos porque el Señor nos utilizara para dirigir a aquellos amados que estaban llegando, y por las personas sin Cristo; pedíamos al Señor salvación para todos aquellos que iban a ser confrontados con el evangelio. Igualmente orábamos por Mary y su trabajo en encontrar a alguien que la acompañara a buscar hogares para los marchistas. En la tarde di algunas instrucciones para que los que estaban llegando, extendieran sus colchonetas e hicieran un lugar para dormir. En la promoción nacional yo les había prometido que el que no trajera para dormir, lo haría en el suelo. 

Varios de los jóvenes aparecieron solamente con sus maletas, la verdad, algunos de esos jóvenes ya habían pasado una semana en la ciudad, como consecuencia, habían gastado “todo" el dinero que poseían. Algunos de aquellos jóvenes no habían probado bocado en todo el día. Nosotros no teníamos ni comida, ni tampoco dinero para brindársela. Esa noche aprendimos la gran verdad de que “no solo de pan vivirá el hombre…”. 

Queríamos que cada marchista siempre estuviera ¡listo y disponible!, y que por ello, aprendiera dos cosas muy importantes, una, la obediencia al líder y la otra, a estar siempre listo para efectuar cualquier trabajo para el Señor. Sabíamos que sin obediencia, no hay avivamiento. Para la noche de la apertura designamos al joven César Leal como director del culto, y a Pablo Jorgez como predicador. Comenzamos la actividad como a las 7:30 de la noche, yo les leí el Salmo 126 y cantamos algunos himnos y cánticos. Enseguida les compartí el mensaje “¿Por qué estamos aquí?” 

Hice hincapié en las pruebas que nos esperaban; no les oculté nada; fui muy sincero. Entre las cosas que les dije estaba el hecho de no tener, sino cincuenta bolívares en mi cartera, que Mary estaba en la carretera buscando hogares para que los recibieran, que ellos llegarían a casas de inconversos, que sabía que muchos de ellos estaban acostumbrados a los campamentos, que aquí no jugaríamos, y que, además, a las casas que llegarían, tendrían que ayudar en los quehaceres domésticos. Después de esto, cerré mi intervención diciéndoles qué estábamos haciendo una actividad que haría historia, que era la primera Marcha Evangelizadora, pero de allí en adelante, la llevaríamos por el continente y el mundo. 
*Del libro Pasión por JESÚS en Marcha. 

¡GRACIAS SEÑOR POR 45 AÑOS MARCHANDO! A 45 años de aquella fecha, DIOS ha hecho grandes cosas entre nosotros. Los que han llegado a CRISTO años tras años, la plantación de nuevas, los que el SEÑOR ha llamado a Su Ministerio y fueron al Seminario y a los Institutos, las parejas que se conocieron y formaron matrimonios son varios; los marchistas que salieron a una diáspora y que cruzan las fronteras son un “chispazo” de DIOS para llevar la oración, la evangelización y el discipulado por donde van. 

En efecto, contamos más de 400 personas que llegaron al SEÑOR en aquella Primera Marcha de 1977. 45 años después, los hechos de la Marcha están allí…Por ello, la Convención Nacional Bautista de Venezuela, bajo cuya sombrilla nacimos, todavía sostiene a la Marcha Evangelizadora como su modelos de evangelización, local, regional, nacional y ¿por que no decirlo, sin faltar a la modestia? La Marcha es un modelo mundial. ¡Gloria y más gloria a DIOS! 

¡Feliz cuadragésimo quinto aniversario a todos los marchistas de ayer, de hoy y de siempre! 

¡Adelante, siempre adelante! 




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