Francisco
Aular
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Lectura
devocional: 1 Pedro 1:13-25
Mas la palabra del Señor permanece para siempre. Y esta es
la palabra que por el evangelio os ha sido anunciada. I Pedro 1:25 (RV60)
¿Por qué me arriesgo a creerle a la Biblia?
Tengo muchas razones, pero seré breve: La Biblia es divina en su
origen; es un libro que está vivo y activo, como ningún otro en el día de hoy;
la Palabra de Dios es indestructible, ha vencido a todos sus perseguidores del
pasado que hoy la proclaman como la verdadera Palabra de Dios; la Palabra de
Dios, convence porque juzga los pensamientos y actitudes del corazón; la Biblia
es clara en su mensaje, porque nos habla de la eternidad pasada, nos sostiene
en la eternidad presente, y nos proyecta a una eternidad futura; la Biblia le
da un verdadero sentido a la vida humana, nos explica por qué estamos en la
tierra, que no somos un accidente en el mundo, la vida humana desde la
perspectiva de Dios y aprendemos cómo obtener el nuevo nacimiento y desde allí
la vida eterna, la vida que nos viene desde el cielo; es en las páginas de la
Biblia que entendemos que fuimos creados para agradar a Dios, y al mismo tiempo
como agradarlo a Él, como servirle, como vivir y como morir; es por la Biblia
que entendemos la existencia de una familia espiritual en donde podemos crecer
en la madurez espiritual, llamada: la iglesia; y desde la iglesia y por medio
de la de la Biblia, entender que fuimos creados para ser como Cristo y estamos
llamados a ser como Él es; igualmente, es por la Biblia que entendemos que el
propósito final de nuestro breve andar en este mundo, es llegar a conocer a
Dios y la salvación que Él ha dispuesto en JESÚS; es por el conocimiento
bíblico que entendemos que a los nacidos de nuevo, fuimos escogidos “desde
antes de la fundación del mundo” (Efesios 1:4), tenemos una misión en el mundo
la cual el apóstol Pablo, la definió así: “Sin embargo, considero que mi vida carece de valor para mí mismo,
con tal de que termine mi carrera y lleve a cabo el servicio que me ha
encomendado el Señor Jesús, que es el de dar testimonio del evangelio de la
gracia de Dios” (Hechos 20:24 NVI)
Cuando tomé la Biblia en mis manos por primera vez y abrí sus
páginas, descubrí que es un libro que está vivo y vibra en cada uno de sus
preceptos; es apasionante leerlo desde cualquier punto de vista que usted
quiera; en efecto, en las páginas de la Biblia, se nos presenta a los seres
humanos, tales y como somos; allí encontramos héroes y villanos; de lo que
somos capaces de hacer cuando llegamos al poder, un joven bueno y amado se
convierte en rey y de allí a un malvado sin control que Dios mismo le quita la
vida; vemos como amar, como hacer la guerra y como hacer la paz; la Biblia no
encubre a los hombres y mujeres buenos que hacen cosas malas, pero vemos a los
malos arrepentirse y encontrar aceptación y perdón de Dios; en simples
palabras; allí en la Biblia encontramos la vida y la muerte en acción; el
buscar a Dios o rechazarle; en ser útiles en la obra de Dios, o ser piedra de
tropiezo para otros; nos da la razón para ser santos y apartados del mal y
empinarnos a vida virtuosa, que es el amor de Dios en acción (Juan 3:16), ¿Cómo
podemos fallarle a Dios y no vivir como JESÚS vivió? (1 Juan 2:6)
No obstante, la Biblia es algo más que la lectura que nos atrae,
historias cortas con sus enseñanzas eternas; consejos a tiempo para apartarnos
del mal y acercarnos a Dios; allí está contemplado la caída del ser humano y su
expulsión del Paraíso; pero también la manera de volverse a Dios y recuperar lo
perdido. Al investigar y escudriñar la Biblia, podemos aprender más de Dios de
ella misma que los grandes libros de los teólogos, las especulaciones
filosóficas y enseñanzas de todas las religiones juntas.
Pues bien, no hay nada que hacer por más de 50 años desde la
primera vez que este libro cayó en mis manos y Dios me habló por medio de ella,
¡la he probado y funciona! Por ello, puedo lleno de fe, esperanza y amor por la
Biblia, puedo decir con toda la fuerza y el gozo de que soy capaz: ¡Arriésgate
a creerle a la Biblia!
Oración:
Padre
eterno:
¡Gracias por
dejarnos el Libro que nos guía hacia Ti! Ayúdame a leerlo, estudiarlo,
memorizarlo, meditarlo y aplicarlo a mi vida hasta el último latido de mi
corazón y de mi última actividad cerebral, en el nombre de JESÚS, amén.
Perla de hoy:
Un acercamiento sincero y sin
prejuicios a la Biblia, te llevará al corazón de ella: JESÚS.
Interacción:
¿Qué me
dice Dios hoy por medio de su Palabra?
¿Existe
alguna promesa a la cual pueda aferrarme?
¿Existe
alguna lección por aprender?
¿Existe
alguna bendición para disfrutar?
¿Existe
algún mandamiento por obedecer?
¿Existe
algún pecado por evitar?
¿Existe
algún pensamiento para llevarlo conmigo?
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