Francisco
Aular
Lectura
devocional: Juan 3:1-8
Respondió Jesús y le dijo: De cierto, de cierto te digo, que el
que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios. Juan 3:3 (RV60)
La mayoría de las personas cree
que el cristianismo es una religión que se puede pasar de una generación a
otra, es decir, se nace cristiano; algunos enseñan que uno se hace cristiano al
bautizarse; otros afirman que uno es cristiano por medio de las buenas obras
que haga al cumplir con los mandamientos de su religión; para otros ser
cristiano significa una experiencia emocional y fanática que priva al ser
humano de todo gozo y diversión sanos. Sin embargo, la Biblia afirma que Dios
quiere que vivamos una vida hasta lo máximo que ella nos pueda dar, y JESÚS, la
llamó una vida suprema: “Yo he venido para que tengan vida y para que la tengan
en abundancia” (Juan 10:10b). Es más, el Señor afirma: “Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie
viene al Padre, sino por mí.” (Juan 14:6) ¿A quien le va a creer a las religiones humanas o
a la Biblia? El asunto no es creer en Dios, sino creerle a Dios. ¡Arriésgate a
creerle a Dios!
La Biblia afirma que Dios es santo
y el ser humano pecador, -debo aclararle- que los seres humanos nos somos
pecadores porque pecamos, sino pecamos porque somos pecadores: “Por cuantos
todos pecaron y están destituidos de la gloria de Dios” (Romanos 3:23)-. Entonces
como lograr que siendo pecadores podamos tener comunión y la salvación eterna
que nos lleva a la presencia de Dios, es por medio de la Vida que JESÚS vino a
darnos, mediante el nuevo nacimiento. Lo explico así: nosotros llegamos a este
mundo por medio de un nacimiento biológico “bíos”; pero es una vida temporal,
se nos da para que como seres humanos tengamos un nuevo nacimiento y pasemos a
la Vida “Zoé”, la vida que está en JESÚS quien nos compró un lugar en el cielo
por medio de Su muerte en la cruz.
Ahora
bien, es absolutamente necesario nacer de nuevo para poseer y disfrutar esta
vida eterna; no importa cuan bueno y perfecto usted se considere en comparación
con otros seres humanos, no lo es. El cielo no es un premio, es un regalo.
Permítame citarle lo que JESÚS le dijo a un hombre llamado Nicodemo que vino
para expresarle su admiración y respeto. Sin duda que aquel hombre tenía una
conducta moral y religiosa sin tacha; había nacido en un hogar muy religioso y
piadoso, y no hay manera de dudar que era un perfecto cumplidor de su religión,
que le había una gran reputación entre su pueblo Israel; sin embargo a este
buen ser humano JESÚS, le aconsejó: “De cierto, de cierto te digo, que el que
no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios” (Juan 3:3 RV60). Por las
palabras del Señor JESÚS una persona se convierte en cristiano verdadero por
medio del nacimiento espiritual el cual se inicia al creerle a Dios: “Para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida
eterna. Porque de tal manera
amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en
él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. (Juan 3:15,16 RV60). Humanamente
hablando por el nacimiento natural, por medio de sus padres, Dios lo puso en la
tierra. Pero, “lo que es nacido de la carne, carne es”. Por su gracia, Dios nos
invita a formar parte de Su reino, nuestra responsabilidad a esa invitación, es
creer en JESÚS. Porque como dice la Biblia, JESÚS es la vida eterna. En efecto,
por medio del nacimiento espiritual, Dios lo pone en el cielo, “lo que es
nacido del Espíritu, espíritu es”. Sin embargo, lo repito: Es necesario e
indispensable, nacer de nuevo. Todo cristiano nacido de nuevo, puede disfrutar,
en esta vida presente del maravilloso resultado de haber nacido dos veces. Si
se da el caso de que usted celebre su cumpleaño, aquí y en el ahora, puede
celebrar sus dos cumpleaños: El humano y el espiritual. ¿Ha nacido usted de
nuevo? ¿Cuántos cumpleaños celebra usted? La respuesta a esta pregunta, lo pone
en la ruta del nuevo nacimiento. Pues bien, ¡Arriésgate a creerle a Dios!
Oración:
Padre
eterno:
Has puesto
eternidad en el corazón de los seres humanos y nos invita a hacernos miembros
de tu familia. Padre, no me toca a mí saber el futuro pero tú lo sabes y estoy
en tus manos eso me basta, en el Nombre de JESÚS amén.,
Perla de hoy:
El verdadero propósito para
nuestra vida de llegar a ser hijos de Dios, comienza con nuestro nuevo
nacimiento.
Interacción:
¿Qué me
dice Dios hoy por medio de su Palabra?
¿Existe
alguna promesa a la cual pueda aferrarme?
¿Existe
alguna lección por aprender?
¿Existe
alguna bendición para disfrutar?
¿Existe
algún mandamiento por obedecer?
¿Existe
algún pecado por evitar?
¿Existe
algún pensamiento para llevarlo conmigo?
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