Francisco Aular
Lectura devocional: Mateo 6:5-15
Pero tú, cuando ores, entra en tu cuarto, cierra la puerta y ora a tu
Padre en secreto. Y tu Padre, que ve lo que haces en secreto, te dará tu premio. Mateo 6:6
(DHH)
¿Sabía
usted que se ha estrenado en las salas de cines en el mundo una película cuya
actriz principal es la oración? Sí, se trata de la película “War Room” (Cuarto
de guerra) con el despliegue de una gran reparto de actores, técnicos y más de
80 iglesias cristianas participando para llevar a cabo el quinto proyecto de
los hermanos Alex Kendrick (director) y Stephen Kendrick (productor), pastores
asociados de la Iglesia Bautista Sherwood de Albany, Georgia.
Si usted ha
visto sus anteriores películas: “Lección de honestidad” (2003), “Enfrentando a
los gigantes” (2006) “A prueba de fuego” (2008), “Reto de valientes” (2011) y
la que ahora se exhibe, “Cuarto de guerra” se dará cuenta que han sido
películas con temas que tocan muchos aspectos de la vida cristiana, pero lo que
más inquieta a Hollywood -la meca del cine- son los más de cien millones de
dólares en taquilla que han ganado esas películas. Los hermanos Kendrick no
dudan en darle todo el crédito a Dios y al respaldo de muchos hermanos en la
oración, la cual considero la actriz principal del reparto. ¡Gracias al Señor!
Como
cristiano nacido de nuevo uno debería preguntarse después de ver una obra de
arte, ya sea teatro, cine, música o pintura, entre otras manifestaciones, ¿qué
me dejó el haberla visto? El mensaje que nos deja “Cuarto de guerra” es la gran
verdad bíblica que la oración es un arma poderosa, Dios quiere que nos pongamos
la armadura espiritual y salgamos a batallar contra nuestro verdadero enemigo.
La victoria final del cristiano nacido de nuevo ya está ganada por nuestro
amado Señor JESÚS, sin embargo, las batallas de esta vida tenemos que ganarlas
nosotros por el poder de Dios a quien dirigimos nuestras oraciones: “Pues no
luchamos contra enemigos de carne y hueso, sino contra gobernadores malignos y
autoridades del mundo invisible, contra fuerzas poderosas de este mundo
tenebroso y contra espíritus malignos de los lugares celestiales. Por lo tanto,
pónganse todas las piezas de la armadura de Dios para poder resistir al enemigo
en el tiempo del mal. Así, después de la batalla, todavía seguirán de pie,
firmes.” (Efesios 6:12-13, NTV).
También es
verdad que en la oración tenemos que luchar, es decir, “guerrear” contra
nosotros mismos y contra nuestra tibieza espiritual, la falta de amor y respeto
por lo demás, especialmente, nuestra pareja y familia; contra la falta de
humildad y no reconocer que otros tienen la razón; oramos contra el excesivo
amor por las cosas materiales, las diversas tentaciones que nos amenazan pero
que no debemos dejar que se conviertan en pecado, las circunstancias y demandas
de la vida y de una sociedad alejada de Dios, los cabos sueltos en los
problemas y de las enemistades que nos alejan de nuestra pareja y de la
familia, de los hermanos de la iglesia y como consecuencia de Dios: “Si alguien
dice: «Amo a Dios», pero odia a otro creyente, esa persona es mentirosa pues,
si no amamos a quienes podemos ver, ¿cómo vamos a amar a Dios, a quien no
podemos ver?” (1 Juan 4:20, NTV).
Es
necesario tener un lugar y un espacio secreto para nuestro encuentro con Dios
diariamente, porque el triunfo sobre las batallas espirituales comienza al
tener comunión con Dios en un tiempo secreto con Él: “Entonces el rey llamó al
hombre al que había perdonado y le dijo: “¡Siervo malvado! Te perdoné esa
tremenda deuda porque me lo rogaste. ¿No deberías haber tenido compasión
de tu compañero así como yo tuve compasión de ti?”. “Entonces el rey, enojado,
envió al hombre a la prisión para que lo torturaran hasta que pagara toda la
deuda. »Eso es lo que les hará mi Padre celestial a ustedes si se niegan a
perdonar de corazón a sus hermanos” (Mateo 18:32-35, NTV).
El cuarto
de guerra secreto nos hace poderosos en Dios para ser más que vencedores
delante de los adversarios de nuestro caminar con Dios, especialmente nosotros
mismos. El secreto de la oración es hacerla en secreto, porque como dijo el
Señor: “Pero tú, cuando ores, entra en tu cuarto, cierra la puerta y ora a tu
Padre en secreto. Y tu Padre, que ve lo que haces en secreto, te dará tu
premio” (Mateo 6:6, DHH). Como lo llama la anciana Clara, personaje principal en
la película: “Frente a la oración, no podemos ser tibios; o somos fríos o
calientes.” Esa temperatura en la oración, la medimos en el cuarto
secreto.
Oración:
Amantísimo Padre Celestial:
¡Cuán hermosos son tu gracia, amor y perdón! Padre, que mi corazón se
humille hoy delante de ti, y que tú me lleves a ser más comprensivo con los que
me rodean. Ayúdame a ser como tú, “manso y humilde de corazón”, que mi andar de
hoy sea contigo por dondequiera que vaya. En el nombre de JESÚS. Amén.
Perla
de hoy:
El secreto de la oración es la oración
en secreto.
Interacción:
¿Qué me dice Dios hoy por medio de su
Palabra?
¿Existe alguna promesa a la cual pueda
aferrarme?
¿Existe alguna lección por aprender?
¿Existe alguna bendición para
disfrutar?
¿Existe algún mandamiento por
obedecer?
¿Existe algún pecado por evitar?
¿Existe algún pensamiento
para llevarlo conmigo?
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