viernes, 5 de febrero de 2016

La oración: Cuarto de guerra

Francisco Aular
Lectura devocional: Mateo 6:5-15
Pero tú, cuando ores, entra en tu cuarto, cierra la puerta y ora a tu Padre en secreto. Y tu Padre, que ve lo que haces en secreto, te dará tu premio. Mateo 6:6 (DHH)

¿Sabía usted que se ha estrenado en las salas de cines en el mundo una película cuya actriz principal es la oración? Sí, se trata de la película “War Room” (Cuarto de guerra) con el despliegue de una gran reparto de actores, técnicos y más de 80 iglesias cristianas participando para llevar a cabo el quinto proyecto de los hermanos Alex Kendrick (director) y Stephen Kendrick (productor), pastores asociados de la Iglesia Bautista Sherwood de Albany, Georgia.
Si usted ha visto sus anteriores películas: “Lección de honestidad” (2003), “Enfrentando a los gigantes” (2006) “A prueba de fuego” (2008), “Reto de valientes” (2011) y la que ahora se exhibe, “Cuarto de guerra” se dará cuenta que han sido películas con temas que tocan muchos aspectos de la vida cristiana, pero lo que más inquieta a Hollywood -la meca del cine- son los más de cien millones de dólares en taquilla que han ganado esas películas. Los hermanos Kendrick no dudan en darle todo el crédito a Dios y al respaldo de muchos hermanos en la oración, la cual considero la actriz principal del reparto. ¡Gracias al Señor!
Como cristiano nacido de nuevo uno debería preguntarse después de ver una obra de arte, ya sea teatro, cine, música o pintura, entre otras manifestaciones, ¿qué me dejó el haberla visto? El mensaje que nos deja “Cuarto de guerra” es la gran verdad bíblica que la oración es un arma poderosa, Dios quiere que nos pongamos la armadura espiritual y salgamos a batallar contra nuestro verdadero enemigo. La victoria final del cristiano nacido de nuevo ya está ganada por nuestro amado Señor JESÚS, sin embargo, las batallas de esta vida tenemos que ganarlas nosotros por el poder de Dios a quien dirigimos nuestras oraciones: “Pues no luchamos contra enemigos de carne y hueso, sino contra gobernadores malignos y autoridades del mundo invisible, contra fuerzas poderosas de este mundo tenebroso y contra espíritus malignos de los lugares celestiales. Por lo tanto, pónganse todas las piezas de la armadura de Dios para poder resistir al enemigo en el tiempo del mal. Así, después de la batalla, todavía seguirán de pie, firmes.” (Efesios 6:12-13, NTV).
También es verdad que en la oración tenemos que luchar,  es decir, “guerrear” contra nosotros mismos y contra nuestra tibieza espiritual, la falta de amor y respeto por lo demás, especialmente, nuestra pareja y familia; contra la falta de humildad y no reconocer que otros tienen la razón; oramos contra el excesivo amor por las cosas materiales, las diversas tentaciones que nos amenazan pero que no debemos dejar que se conviertan en pecado, las circunstancias y demandas de la vida y de una sociedad alejada de Dios, los cabos sueltos en los problemas y de las enemistades que nos alejan de nuestra pareja y de la familia, de los hermanos de la iglesia y como consecuencia de Dios: “Si alguien dice: «Amo a Dios», pero odia a otro creyente, esa persona es mentirosa pues, si no amamos a quienes podemos ver, ¿cómo vamos a amar a Dios, a quien no podemos ver?” (1 Juan 4:20, NTV).
Es necesario tener un lugar y un espacio secreto para nuestro encuentro con Dios diariamente, porque el triunfo sobre las batallas espirituales comienza al tener comunión con Dios en un tiempo secreto con Él: “Entonces el rey llamó al hombre al que había perdonado y le dijo: “¡Siervo malvado! Te perdoné esa tremenda deuda porque me lo rogaste.  ¿No deberías haber tenido compasión de tu compañero así como yo tuve compasión de ti?”. “Entonces el rey, enojado, envió al hombre a la prisión para que lo torturaran hasta que pagara toda la deuda. »Eso es lo que les hará mi Padre celestial a ustedes si se niegan a perdonar de corazón a sus hermanos” (Mateo 18:32-35, NTV).
El cuarto de guerra secreto nos hace poderosos en Dios para ser más que vencedores delante de los adversarios de nuestro caminar con Dios, especialmente nosotros mismos. El secreto de la oración es hacerla en secreto, porque como dijo el Señor: “Pero tú, cuando ores, entra en tu cuarto, cierra la puerta y ora a tu Padre en secreto. Y tu Padre, que ve lo que haces en secreto, te dará tu premio” (Mateo 6:6, DHH). Como lo llama la anciana Clara, personaje principal en la película: “Frente a la oración, no podemos ser tibios; o somos fríos o calientes.”  Esa temperatura en la oración, la medimos en el cuarto secreto.
Oración:
Amantísimo Padre Celestial:
¡Cuán hermosos son tu gracia, amor y perdón! Padre, que mi corazón se humille hoy delante de ti, y que tú me lleves a ser más comprensivo con los que me rodean. Ayúdame a ser como tú, “manso y humilde de corazón”, que mi andar de hoy sea contigo por dondequiera que vaya. En el nombre de JESÚS. Amén.
Perla de hoy:
El secreto de la oración es la oración en secreto.
Interacción:
¿Qué me dice Dios hoy por medio de su Palabra?
¿Existe alguna promesa a la cual pueda aferrarme?
¿Existe alguna lección por aprender?
¿Existe alguna bendición para disfrutar?
¿Existe algún mandamiento por obedecer?
¿Existe algún pecado por evitar?
¿Existe algún pensamiento para llevarlo conmigo? 

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