Francisco Aular
faular@hotmail.com
Lectura devocional: Romanos
10:11-18
¿Cómo, pues, invocarán a aquel en el cual no han creído? ¿Y cómo creerán en
aquel de quien no han oído? ¿Y cómo oirán sin haber quien les predique? Romanos
10:14 (RV60)
¿Y cómo oirán? Los especialistas de las Naciones Unidas nos
informan que durante el mes de octubre del año 2011, nació el bebé número
¡siete mil millones!... ¿Qué significa esto? Eso depende del sector de la
sociedad mundial que usted represente, para los sociólogos significará estudiar
la condiciones de existencia y desarrollo de la sociedad humana para tan grande
grupo de seres humanos; para el economista tendrá que ocuparse de la creación,
desarrollo y administración de los recursos, bienes y servicios para satisfacer
las necesidades de tantos millones de personas; al médico le corresponderá
dirigir sus esfuerzos para tratar de prevenir y curar, las enfermedades de
todos esos seres humanos; para el político honesto y democrático, tendrá que
convocar a los mejores hombres y mujeres de una nación y con todo ellos, formar
un gobierno capaz de movilizar la patria por senderos de la justicia social, el
desarrollo de la educación y aprovechar al máximo la potencialidad del ser
humano en beneficio, tanto propio como del colectivo. Ante la visión de un
mundo poblado como este en donde vivimos, cada quien tendrá que dar lo mejor de
sí mismo, lleno de fe, optimismo y con esperanza.
En fin, no
importa cual sea su profesión o vocación, lo cierto es que estará siendo
sometido a una realidad: los seres humanos son importantes, y tenemos que
llegar a ellos para mejorar sus condiciones de vida, en su breve paso, por este
mundo.
No obstante,
para los que anunciamos el Evangelio, la Buena Noticia de Salvación, este es un
desafío, una tarea ineludible, como lo señaló el apóstol Pablo: “8
En realidad, dice: «El mensaje está muy cerca de ti, está en tus labios y en tu
corazón»Y ese mensaje es el mismo mensaje que nosotros predicamos acerca de la
fe: 9 Si confiesas con tu boca que Jesús es el Señor y crees en tu
corazón que Dios lo levantó de los muertos, serás salvo. 10 Pues es
por creer en tu corazón que eres declarado justo a los ojos de Dios y es por
confesarlo con tu boca que eres salvo. 11 Como nos dicen las
Escrituras: «Todo el que confíe en él jamás será deshonrado». 12
No hay diferencia entre los judíos y los gentiles en ese sentido. Ambos tienen
al mismo Señor, quien da con generosidad a todos los que lo invocan. 13
Pues «todo el que invoque el nombre del SEÑOR será salvo» 14
¿Pero cómo pueden ellos invocarlo para que los salve si no creen en él? ¿Y cómo
pueden creer en él si nunca han oído de él? ¿Y cómo pueden oír de él a menos
que alguien se lo diga? 15 ¿Y cómo irá alguien a contarles sin ser
enviado? Por eso, las Escrituras dicen: « ¡Qué hermosos son los pies de los
mensajeros que traen buenas noticias!». (Romanos 10:8-15 NTV)
¿Y cómo oirán? ¡Qué gran desafío tenemos delante de
nosotros! Llevarles el Evangelio, la Buena Noticia de la salvación a millones
de personas como nunca antes lo habíamos hecho. Sabemos como dice el apóstol
Pedro que, Dios tiene una razón por no haber terminado con la historia de la
humanidad como la conocemos, “sino que es paciente para con nosotros, no
queriendo que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento”. (2
Pedro 3:9 (RV60) ¡Dios nos da la oportunidad de ser misioneros de Su Palabra y
eso haremos!
¿Y cómo oirán? La respuesta es ¡nosotros!, sí, usted y yo,
tenemos el alto privilegio de llevarles el Mensaje “a tiempo y fuera de
tiempo”. En la economía divina, Dios no ha dejado a criterio personal de
nosotros, hacerlo o no hacerlo, Su orden es “Id, haced discípulos” (Mateo
28:19.20), tampoco dejó toda esa responsabilidad nada más a los líderes de la
obra; no piense que usted solo podrá llevar a cabo tan enorme tarea, hoy frente
a esos 7.000 Millones de seres humanos, Dios tiene a millones que han nacido de
nuevo, y con ellos, formamos el ejército del Señor JESÚS, movidos por la fe, la
esperanza y el amor. Nuestra meta es alcanzar “uno por uno, hasta que no quede
ninguno sin evangelizar y discipular” ¡Manos a la obra!
Oración:
Amado Padre Celestial:
El desafío que pones delante de nosotros es grande pero nunca será mas
grande que tú. Dame fuerzas para seguir anunciando la Buena Noticia de
Salvación. En el nombre de JESÚS. Amén
Perla de hoy:
Los que
siguen a JESÚS pueden ayudar a otros para que hagan lo mismo.
Interacción:
¿Qué me dice Dios hoy por medio de su Palabra?
¿Existe una promesa a la cual pueda aferrarme?
¿Existe una lección por aprender?
¿Existe una bendición para disfrutar?
¿Existe un mandamiento a obedecer?
¿Existe un pecado a evitar?
¿Existe un nuevo pensamiento para llevarlo conmigo?
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