Francisco Aular
faular@hotmail.com
Lectura devocional: 1 Corintios
9:16-27
Cuando estoy con los que son débiles, me hago
débil con ellos, porque deseo llevar a los débiles a Cristo. Sí, con todos
trato de encontrar algo que tengamos en común, y hago todo lo posible para
salvar a algunos. 1 Corintios 9:22 (NTV)
¿Cuándo vamos a evangelizar a toda la sociedad y el mundo? En realidad el
mandato final de JESÚS es: Por tanto, vayan y hagan discípulos de todas
las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu
Santo, enseñándoles a obedecer todo lo que les he mandado a
ustedes. Y les aseguro que estaré con ustedes siempre, hasta el fin del mundo. Mateo 28:19,20
(NVI). La idea de ir por el mundo a evangelizarlo es idea de Dios, por ello, el
cumplimiento de este mandato está en plena vigencia; solamente Dios en su
omnisciencia sabe cuándo será cumplido. Debemos entender esto por cuanto quien
nos mandó dijo que tenía “autoridad en el cielo y en la tierra”, y también
señaló que, “estaré con ustedes siempre”. Cada generación de cristianos nacidos
de nuevo debe alcanzar a su generación para JESÚS.
Sin embargo, debo añadir esto, uno de los peores errores
de nuestro tiempo consiste en pensar que el Evangelio tiene por misión cambiar
la sociedad, y en realidad, el Evangelio se ocupa de cambiar al individuo.
Nosotros estamos acostumbrándonos a ir a las multitudes para intentar
cambiarlos, nos parece que el éxito está en tener una evangelización en masa,
pero cuando vemos a JESÚS en su labor evangelizadora, lo vemos ir a los
individuos. La evangelización debe centrar sus esfuerzo en los individuos, así
como JESÚS lo hizo; debemos ocuparnos en alcanzar al religioso perdido, como el
caso de Nicodemo; a la mujer pecadora, como el caso de la samaritana; al
corrupto que está en el gobierno, como el caso de Zaqueo; al rico, como el
joven rico; al político, que cierra los ojos a la corrupción y se hace aliado
de su gobierno, como el caso de Pilato; Juan, Pedro, Pablo, Felipe, Febe y
Priscila fueron individuos que Dios usó y allí los tenemos, y mejor, no sigo
mencionando, pero son individuos a
quienes Dios usa, primero, en la evangelización que es la suma de individuos,
uno por uno, y, luego, en el discipulado de cada uno de ellos para que se
multipliquen.
Si usted como cristiano, nacido de nuevo invierte su
tiempo y su vida en cambiar a la sociedad, sufrirá un desengaño, usted verá que
la sociedad no mejora, sino que por el contrario se va por los caminos de los
hombres, lejos del camino de Dios; entonces usted podrá concluir que el
Evangelio falló, que no sirve para una sociedad como ésta, que va en busca de
lo que le conviene, del beneficio propio, hirviendo en divisiones, protestas y
conflictos sociales, que no cambia.
En efecto, el Evangelio no encuentra lugar en la sociedad;
es más, el Evangelio es rechazado por la sociedad porque es y debe ser como un
cuerpo extraño, como una basura en el ojo, como una piedra en el zapato, una
molestia. Se rechaza, se persigue, se molesta a sus partidarios, se les pone a
un lado; el ostracismo es usado por algunos gobiernos y por la sociedad para
quitarse de encima lo que le molesta. Pero en esas situaciones, y por raro que
parezca es cuando el Evangelio brilla, ¡porque el Evangelio, ayer y hoy brilla
en la persecución!
Nos podemos preguntar ¿por qué el Evangelio causa
molestias en la sociedad? Debe ser porque para algunos, su mensaje suena
acusador y paradójico: Cuando uno pierde la vida, entonces es cuando la gana;
cuando uno es rico es pobre (Lucas 12:15); nos manda a hacer del Evangelio la
prioridad, porque nos invita a “buscar primeramente el reino de Dios y su
justicia” (Mateo 6:33); nos ordena inclinarnos y servir (Juan 22:24-30); nos
dice que debemos amar y perdonar a nuestros enemigos (Mateo 5:38-48); también
el Evangelio habla del ser humano sin JESÚS como “muerto en sus delitos y
pecados”; perdido y sin esperanza en este mundo (Lucas 19:10; Efesios 2:12);
con la mente del diablo (2 Corintios 4:4); amarrado por Satanás (2 Timoteo
2:26), y bajo el poder del maligno (1 Juan 5:19); no debemos esperar nada bueno
del sistema de este mundo: “No améis al mundo, ni las cosas que están en el
mundo. Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él” (1 Juan 1:15).
¿Cómo va a gustarle un Evangelio así al sistema actual que vemos en el mundo?
Esta sociedad prefiere mirar hacia otro lado.
No obstante, Dios tiene individuos en la sociedad de
nuestra generación; Dios está trabajando con ellos, en ellos, por ellos y para
ellos. Debemos ir a buscarlos, y nuestro lema debe ser como el de Pablo, que
encabeza nuestro devocional hoy: ¡Tenemos que aprovechar todos los medios que
Dios nos ha dado para “salvar a algunos”¡ ¡Que gozo es vivir una vida para
proclamar este Evangelio y vivirlo!
Oración:
Amado Padre Celestial:
Este es el evangelio que
anunciamos uno por uno, hasta que
no quede ninguno sin que haya tenido la oportunidad de oírlo o rechazarlo.
Ayúdame Padre a ser tu testigo eficaz. En el nombre de JESÚS, amén.
Perla de hoy:
¡Quién pudiera vivir mil años para dedicarlo por entero a la
proclamación del Evangelio de JESÚS!
Interacción:
¿Qué me dice Dios hoy por medio de su
Palabra?
¿Existe una
promesa a la cual pueda aferrarme?
¿Existe una
lección por aprender?
¿Existe una
bendición para disfrutar?
¿Existe un
mandamiento a obedecer?
¿Existe un
pecado a evitar?
¿Existe un
nuevo pensamiento para llevarlo conmigo?
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