Francisco Aular
…Porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu
Santo que nos fue dado. Romanos 5:5b (RV60)
En los años sesenta
se puso muy de moda lo que se llamó la “revolución del amor”, no era raro encontrar en las camisetas que lucían
los jóvenes las palabras de San Agustín, padre de la Iglesia: “Ama y haz lo que quieras”, por supuesto que la
frase no era tomada como alusión al amor de Dios “ágape”,
base de la cita del hombre de Dios, sino al amor carnal “eros”.
El ágape es el amor
que se da incondicionalmente, tal y como el amor de Dios,
tan bien expresado por el apóstol Juan en su inmortal cita: “Porque de tal manera
amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en
él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna” (Juan 3:16).
El segundo tipo de amor, “eros” es el amor pasional, un amor para nutrir
nuestro ego y nuestros deseos; está en el corazón del
amor interesado en lo sexual en vez de en lo espiritual;
este es el tipo de amor que siempre quiere algo a cambio,
generalmente acaba tal y como comienza; fácilmente se puede convertir en odio
al final: “Luego la aborreció Amnón con tan gran aborrecimiento, que el odio
con que la aborreció fue mayor que el amor con que la había amado” ( 2 Samuel
13:15; RV60). Usted puede ver este tipo de amor en los
actores y actrices de Hollywood o en los artistas que el
mundo aplaude, ¡y que van de fracaso en fracaso sin
encontrar satisfacción!
¿Acaso hemos nacido
solamente para este tipo de amor meramente corporal, o
para mostrar el amor de Dios a través de
nosotros el cual nos es dado por el nuevo nacimiento? ¿Es posible que podamos
los cristianos nacidos de nuevo amar como Dios amó?
¡Claro que sí! Ahora bien, hace muchos años, un hombre de
Dios, el cual respeto mucho, me aconsejó: “Procura mantenerte lejos de la gente, no te encariñes con ellos, no te abras tanto,
mantén la distancia; no corras riesgos”… ¡a la verdad, les confieso, que he
hecho todo lo contrario! ¡Es imposible para mí servir al pueblo de
Dios sin correr el riesgo de amarlos hasta el fin! El
hecho es que cuando amamos con el amor de Dios, corremos
riesgos.
Las personas
fácilmente pueden herirnos, decepcionarnos, criticarnos y al final
abandonarnos, sin embargo, el amor de Dios en nosotros es
un perfume que queda cuando nos abandonan o nosotros, por amor, salimos. JESÚS
nos amó y corrió el riesgo de ser humillado, herido y
abandonado momentáneamente, por aquellos a los cuales amó, pero al final su
amor triunfó, triunfa y vencerá.
La Biblia nos
desafía a que corramos el riesgo y amemos a los demás de
manera incondicional, este es el tipo de amor que no se
da para obtener ganancia personal, sino por el contrario, para darse y sin
medida a los demás, así lo dijo Pablo: “todo lo sufre, todo lo cree, todo lo
espera, todo lo soporta” (1 Corintios 13:7; RV60).
¿Has sido herido
por amar así? Debes saber que el amor “ágape” en nosotros, va mucho más allá de las heridas de la vida o de los aparentes fracasos, porque a veces, pareciera, que
solamente los perdedores aman; si en verdad es el amor de
Dios en ti, el cuidado del Padre que es amor (1 Juan 4:8),
nunca te abandonará, y podrás decir como el Apóstol: “Y yo con el mayor placer
gastaré lo mío, y aun yo mismo me gastaré del todo por
amor de vuestras almas, aunque amándoos más, sea amado
menos” (2 Corintios 12:15). Así que: ¡Arriésgate
a amar como Dios ama!
Oración:
“Si fuera tinta
todo el mar,
Y todo el cielo un
gran papel
Y cada hombre un
escritor,
Y cada hoja un
pincel.
Nunca podría
describir
El gran amor de Dios.
Que al hombre pudo
redimir
De su pecado atroz. (Himnos de Fe y
Alanza, # 42, segunda estrofa)
Perla
de hoy:
Pase lo que pase,
el amor de Dios en ti nunca deja de
ser.
Interacción:
¿Qué
me dice Dios hoy por medio de su Palabra?
¿Existe
una promesa a la cual pueda aferrarme?
¿Existe
una lección por aprender?
¿Existe
una bendición para disfrutar?
¿Existe
un mandamiento a obedecer?
¿Existe
un pecado a evitar?
¿Existe
un nuevo pensamiento para llevarlo conmigo?
Wuauuu que palabra, de verdad ha sido de mucha bendición, y por supuesto es imposible servir y convivir con el pueblo de Dios, con la iglesia y no amar a las personas, y claro es inevitable que nos hieran pero creo que el propósito de todo esto es correr el riesgo de amar lo que Dios ama, y esperar los resultado, nuevamente agradezco esta palabra es de mucha ayuda y de mucha bendición gracias por compartirla que Dios bendiga su vida!!!
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