Francisco
Aular
Aquél, respondiendo, dijo: Amarás al Señor tu Dios
con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con todas tus fuerzas, y con toda tu
mente; y a tu prójimo como a ti mismo. Lucas 10:27
(RV60)
En una campaña evangelizadora que celebramos en la
plaza de toros de Maracay, en donde tuve el privilegio de ser el predicador,
hubo muchas decisiones para seguir a JESÚS; yo era pastor de la iglesia
bautista de la ciudad, así que un matrimonio joven se empezó a congregar en
nuestra iglesia, él, con un gran talento musical y ella, una mujer llena de
simpatías con los demás, pero, de repente, dejaron de asistir; fuimos a
visitarlos. Nunca se me ha olvidado esa conversación, porque él hizo alusión a
lo que yo había predicado basado en el versículo de Lucas 10:27, y me dijo:
“¿Amar al prójimo como a uno mismo? Usted pastor debe estar equivocado. ¡Eso es
imposible!...”, sin embargo, este mandamiento estuvo desde el comienzo en el
corazón de Dios, muchos antes de JESÚS: “No te vengarás, ni guardarás rencor a
los hijos de tu pueblo, sino amarás a tu prójimo como a ti mismo” (Levítico
19:18; RV60).
En realidad, amar por nuestros propios esfuerzos es
imposible, porque, para el ser humano natural es más fácil odiar, vengarse y
guardar rencor, pero cuando venimos a JESÚS, verdaderamente, nos hacemos sus
discípulos, y Él viene a nuestro corazón, entonces, desde el momento de nuestra
conversión, ya no amamos con nuestro amor, sino con el amor de JESÚS viviendo
en nosotros, porque JESÚS vino del cielo para hacerse nuestro prójimo, y
enseñarnos a amar como Él ama. JESÚS dio su vida para que nosotros los
pecadores tuviéramos vida eterna (Juan 3:16).
En respuesta de gratitud al amor de Dios, nosotros
sí podemos amar a nuestro prójimo como Él nos ama. Si se nos hace imposible
amar como JESÚS, entonces, ¡Él no está en nosotros! Es más, Dios nunca nos va a
pedir que hagamos algo que Él mismo no nos haya facultado para hacerlo.
Cuando JESÚS llega a ser nuestro Señor y Salvador,
pone un sincero amor en nuestros corazones, un amor por Él y por todos los que
nos rodean. La Biblia llama a esto “el primer amor” (Apocalipsis 2:4), de allí
que un nuevo creyente en JESÚS se lanza a predicar y a anunciar esa nueva fe
que lo ha cambiado y transformado. ¡No hay un gozo más entusiasta y contagioso
que el que posee un nuevo convertido al evangelio! Todavía me acuerdo de la
psiquiatra que el Señor me permitió llevar a sus pies, quien, debido a su gozo
y amor por los demás, hasta el día de hoy es una de las evangelizadoras más
eficaces que conozco.
En efecto, JESÚS hace florecer aquello que no era
más que una tierra árida, inhóspita, llena de malezas, y la convierte en un
jardín. JESÚS en nosotros nos da el verdadero perdón, la verdadera paz y el
verdadero amor, y cuando el amor en nosotros llega a algún lugar, puede y debe
cambiar el ambiente lleno de odio y rencor, por uno en el cual reine el amor y
el perdón.
¿Cómo podemos amar? Primero: Asegúrese de que usted
es un cristiano nacido de nuevo, si es así, JESÚS vive en usted (Apocalipsis
3:20; Colosenses 1:27). Segundo: Vaya adonde el amor haga falta y muéstrelo
porque usted lo posee: “Y esta esperanza no nos defrauda, porque Dios ha
derramado su amor en nuestro corazón por el Espíritu Santo que nos ha dado”
(Romanos 5:5; NVI). Tercero: Recuerde, el amor de Dios morando en usted no se
agotará jamás, por lo tanto, ¡usted nunca se cansará de amar al prójimo!
Oración:
Amantísimo Padre Celestial:
¡Gracias por depositar tu amor en mí! Te ruego que
yo hoy pueda mostrarlo por donde vaya. En el nombre de JESÚS, amén.
Perla de hoy:
Evangelizar nos es simplemente lo que hablamos de
JESÚS, sino lo que Él hace en nosotros por nuestro prójimo.
Interacción:
¿Qué
me dice Dios hoy por medio de su Palabra?
¿Existe
una promesa a la cual pueda aferrarme?
¿Existe
una lección por aprender?
¿Existe
una bendición para disfrutar?
¿Existe
un mandamiento a obedecer?
¿Existe
un pecado a evitar?
¿Existe
un nuevo pensamiento para llevarlo conmigo?
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