sábado, 23 de septiembre de 2023

¿QUÉ PUEDE HACER TU IGLESIA POR TI? (2-5)

SALUTACIÓN
Por Francisco Aular
faular @hotmail.com
DOMINGO, 24 septiembre de 2023
¡Feliz domingo del SEÑOR para todos en todas partes!
¿Cómo puede el joven limpiar su camino?
¡Obedeciendo tu palabra!
10 Yo te he buscado de todo corazón;
¡no dejes que me aparte de tus mandamientos!
11 En mi corazón he atesorado tus palabras,
para no pecar contra ti.
—Samos 119:9-11 (RVC)

Me correspondió hacer un largo viaje para llegar a la Palabra de DIOS. Es decir, todo un peregrinaje desde la primera vez que escuché el evangelio en la calle de La Trilla de Marancito, un pueblito en el estado Yaracuy, Venezuela, cerca del caserío donde nací. Ocurrió en los primeros años de la década de los cincuenta cuando se abrió una obra nueva. 

Los misioneros iban desde Barquisimeto, algunos de ellos eran estudiantes del Instituto Bíblico de las Asambleas de Dios. Una camioneta con un parlante pasó anunciando que el SEÑOR JESÚS venía otra vez y preguntaba: “¿Estás preparado para recibirlo?” Me encontraba jugando con otros niños en la calle principal, y corrí a donde estaba mi madre y le pregunté: —“¿Mamá, estamos preparados para recibir a JESÚS?”… 

Muchos años después, mi mamá me narraba este acontecimiento, y decía que yo fui corriendo a donde ella estaba, y le pregunté: “¿Mamá estamos preparados para recibir a Jesús si Él viniera hoy?” Como pudo, me contó que ciertamente ella había escuchado de unos misioneros canadienses, el relato que algunas personas estarían del lado derecho, y otras del lado izquierdo en el Juicio Final. Los que estuvieran a la derecha serían salvos y lo que estuvieran a la izquierda se perderían: ¨y entonces el Rey dirá a los de su derecha: “Vengan, benditos de mi Padre, y hereden el reino preparado para ustedes desde la fundación del mundo. (Mateo 25:34). Al recordar la escena después de tantos años, mi mamá me decía, “tú estabas en la edad de hacer muchas preguntas, así que preguntaste todo angustiado: “¡Mamá! ¿Nosotros de qué lado estamos?” 

Recuerdo muy bien que nos arreglamos y nos fuimos al lugar en donde se celebraría aquel memorable servicio inaugural de la obra en Marincito, cuando llegamos nos recibieron muy bien, especialmente los dos misioneros. Nos ofrecieron los bancos de madera nuevos, y otros trabajan encendiendo las lámparas de gasolina que iluminarían el lugar. 

El pastor tocaba el violín y su esposa el acordeón. Las notas de cánticos e himnos salieron al aire; sí puedo recordar que no había gente de mi pueblo aquella noche, solo mi mamá y yo; predicaron unas palabras de la Biblia e hicieron el llamado para aquellos que querían arrepentirse de sus pecados y aceptar a JESUCRISTO como SEÑOR y SALVADOR; mi mamá conmovida lloraba durante todo el mensaje, y al final los dos pasamos al frente haciendo nuestra decisión para recibir el regalo de la vida eterna. 

Mi mamá se reía porque desde aquella noche, no dejé de cantar y silbar un cántico que enseñaron, decía:

Tráelas, Señor a Ti
No las dejes jamás
Ellas andan alegres, pero
En sus almas no tienen paz
Ellas andan alegres, pero
En sus almas no tienen paz.

En verdad, nunca más pregunté de qué lado estaría cuando el SEÑOR regresara. Aquella obra, luego de un despertamiento inicial en que muchos de nuestros vecinos llegaron al SEÑOR, no siguió. Sin embargo, esa semilla sembrada en el corazón de un niño, por la gracia de DIOS, germinaría. 

No recuerdo los nombres de la pareja pastoral que se quedó como ministros para trabajar en la nueva obra; en vano he preguntado por ellos, pero, de todas maneras, nos hicieron sentir, a mi madre y a mí, desde aquella vez, miembros de la familia de DIOS. Tambien cuando yo tenía mis nueve años, unos familiares me llevaron a Caracas, y los queridos hermanos me regalaron tratados y porciones del evangelio que mi mamá colocó en mi maleta.

Algunos de ustedes saben, que esa Palabra de DIOS, vino a mí unos once años despues de aquel culto celebrado en mi pueblo. Yo tenía 17 años y el ESPÍRITU SANTO, me llevó al SEÑOR, a través de Su Palabra en Juan 17:20, aquel inolvidable 11 de abril de 1963 ¡Hace 60 años! 

Despues de recibir la Vida Zoé en CRISTO, llegué a la Misión Bautista Emanuel, la cual se encargó de mí hasta hoy, porque la atención de mi primera familia en CRISTO, es inolvidable y eterna. Pero yendo más lejos, estoy muy seguro de que una iglesia de Barquisimetro mandó a esos misioneros a mi pueblo a plantar aquella en que mi mamá y yo, oímos y empezamos a obedecer la Palabra de DIOS. ¡Gloria y mas gloria al SEÑOR!

¿Qué ha hecho la iglesia por mí? Lo mismo que puede hacer por ti, llevarte el Mensaje, y entrenarte para que seas un discípulo que hagas discípulos.

¡Adelante, siempre adelante!

¡FELIZ DOMINGO DEL SEÑOR!

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