martes, 19 de septiembre de 2023

GLORIA Y GRANDEZA DE DIOS

Francisco Aular
JUEVES, 20 de septiembre de 2023
Lectura devocional: Salmos 8
Oh SEÑOR, Señor nuestro, ¡tu majestuoso nombre llena la tierra! Tu gloria es más alta que los cielos. Salmos 8:1 (NTV)

 

“¡Por favor quitémonos los zapatos porque vamos a entrar en tierra santa!”, nos decía el doctor Roy Lyon, nuestro amado profesor de hebreo y Antiguo Testamento en mis días de seminarista, cuando entrábamos a considerar un pasaje bíblico como éste que tenemos delante de nosotros. 

 

Pues bien, en este Salmo 8 uno no puede sino admirarse de cómo David, un humilde pastor de ovejas, puede recoger tanta belleza en este poema y en otros, tal vez, mientras fue un jefe militar defendiendo la patria, o quizás, en una noche paseando bajo las estrellas, levantó su mirada a los cielos y esa belleza del momento la recrea  en este Salmo. 

 

Este precioso Salmo, es un poema en el cual la gloria y grandeza de DIOS brillan a través de su Creación. En un momento de su caminar, el salmista se detiene extasiado y  se pregunta: “¿Qué son los simples mortales para que pienses en ellos, los seres humanos para que de ellos te ocupes?” (v.4). El recogimiento espiritual del momento lo hace ver a DIOS en su grandeza y verse a sí mismo como ser humano. 

 

De este mismo sentir fue el profeta Isaías cuando tuvo una visión similar, y exclamó: “Entonces dije: « ¡Todo se ha acabado para mí! Estoy condenado, porque soy un pecador. Tengo labios impuros, y vivo en medio de un pueblo de labios impuros; sin embargo, he visto al Rey, el SEÑOR de los Ejércitos Celestiales”. (Isaías 6:6 NTV). Él responde a la pregunta de David y a la de él mismo, de una manera que no deja duda de lo que somos los seres humanos: “Una voz dijo: « ¡Grita!». Y yo pregunté: « ¿Qué debo gritar?». «Grita que los seres humanos son como la hierba. Su belleza se desvanece tan rápido como las flores en un campo. La hierba se seca y las flores se marchitan bajo el aliento del SEÑOR. Y así sucede también con los seres humanos” (Isaías 40:6,7 NTV). 

 

David sabía todas estas cosas, por eso dice:”Sin embargo, los hiciste un poco menor que Dios y los coronaste de gloria y honor. Los pusiste a cargo de todo lo que creaste, y sometiste todas las cosas bajo su autoridad”. (Salmos 8:5,6). En realidad, desde antes de que el mundo fuera creado, Dios tuvo en mente coronar a JESÚS como Rey de reyes y SEÑOR de señores, y creó dos tipos de seres para hacerlos miembros de la familia de DIOS: A los ángeles y a los seres humanos. Ambos tipos son menores que DIOS, y como tales, deben sujetarse a su autoridad; pero tanto los ángeles como los seres humanos le hemos fallado a DIOS. 

 

Sin embargo, el plan original de DIOS sigue en marcha hasta el final de la historia, y por eso fue necesario emprender el rescate del ser humano pecador y desobediente. Al mismo tiempo, JESÚS vino a buscarnos, y a llevarnos de nuevo a la obediencia a DIOS: “Por uno solo que desobedeció a Dios, muchos pasaron a ser pecadores; pero por uno solo que obedeció a Dios, muchos serán declarados justos” (Romanos 5:19 NTV). 

 

Pero volviendo a la pregunta que el salmista hace en el versículo 4, en medio del éxtasis de un universo infinito, tanto la pregunta como la respuesta  de David e Isaías, nos llevan al vértice de una decisión, y también preguntamos: Oh DIOS, ¿puede alcanzar Tu salvación, una criatura tan despreciable como yo, a los ojos de Tu Santidad, Tu gracia y Tu misericordia? La respuesta de DIOS es un Sí rotundo, porque por eso vino JESÚS a buscarnos y a salvarnos, sin embargo, nuestra naturaleza humana, pecadora y alejada de DIOS, nos dice que los seres humanos no necesitamos de Él y que podemos arreglarnos por nosotros mismos: “Pero los que no son espirituales no pueden recibir esas verdades de parte del Espíritu de Dios. Todo les suena ridículo y no pueden entenderlo, porque sólo los que son espirituales pueden entender lo que el Espíritu quiere decir” (1 Corintios 2:14 NTV).

 

Por su parte, el salmista David sentía un respeto reverencial por la naturaleza, pero alabó al Diseñador, al Creador: “Los cielos proclaman la gloria de Dios y el firmamento despliega la destreza de sus manos” (Salmos 19:1 NTV). Por supuesto, hoy sabemos muchísimo más del universo que el rey David, por ello, la maravilla que sentimos al contemplarlo debería servirnos en el conocimiento de Aquel que lo creo: ¡JESÚS!, en efecto, las Escrituras nos dicen: “Dios creó todas las cosas por medio de él,  y nada fue creado sin él” (Juan 1:3 NTV).

 

Es posible que en esta hora tú te encuentres luchando entre creer o no creer. ¡Arriésgate a creerle a DIOS! Mira las estrellas y el universo esta noche y verás que esa creación está firmada por los pinceles de DIOS. Verás la gloria y la grandeza de DIOS. Entonces dirás como David: “Oh SEÑOR, Señor nuestro, ¡tu majestuoso nombre llena la tierra! Tu gloria es más alta que los cielos”. ¡La gloria y la grandeza de DIOS la proclamo por donde vaya!

 

¡Adelante, siempre adelante!

 

Oración:

PADRE ETERNO:

Estoy maravillado que el mismo DIOS que creó el universo infinito, vino a buscarme y salvarme. Ayúdame a alabarte y a proclamar tu gloria y tu grandeza. En el nombre de JESÚS. Amén

Perla de hoy:

Mira las estrellas y el universo esta noche y verás que esa creación está firmada por los pinceles de DIOS.

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