Algunos piensan que la salvación es el resultado de sus esfuerzos humanos; otros piensan que la salvación es el esfuerzo de DIOS y del ser humano; otros, con la Biblia abierta, concluimos que la salvación es el don gratuito que DIOS da a las personas para que puedan alcanzar la gloria: “Porque por gracia ustedes han sido salvados mediante la fe; esto no procede de ustedes, sino que es el regalo de Dios, no por obras, para que nadie se jacte” (Efesios 2:8,9. NVI).
El precio que DIOS pagó para que la gracia fluyera hacia el ser humano pecador fue altísimo: Al Padre le costó su Hijo, y al Hijo le costó su Vida: “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna” (Juan 3:16. RV60).
De esta manera la salvación es gratis, pero no barata.
Para el mártir contemporáneo Dietrich Bonhoeffer -víctima del gobierno de Hitler-, la gracia barata es el enemigo mortal de la iglesia. La gracia barata es la salvación sin el resultado de las vidas cambiadas. Gracia barata es la salvación que se obtiene sin el compromiso de ser un discípulo dispuesto y disponible para JESÚS, todo el tiempo como SALVADOR y SEÑOR de la vida.
Gracia barata es la salvación sin la responsabilidad de una vida santa y apartada del mal. Gracia barata es la religión como doctrina, como principio o sistema humano; nos hace religiosos, pero no exige una vida centrada en DIOS; se queda nada más que en el cristianismo institucional, frío y sin vida; de ritos y rezos.
En otras palabras, la gracia barata es la proclamación del universalismo del perdón sin requerir arrepentimiento individual y el apartarse del mal; es la gracia sin la cruz del discípulo, sin las demandas de la santidad subsecuente: “Seguid la paz con todos, y la santidad, sin la cual nadie verá al Señor” (Hebreos 12:14. RV60).
En cambio, la gracia costosa es el tesoro escondido, la perla de gran precio por el cual el hombre va gozoso y vende todo lo que tiene. Es el llamado de JESÚS al discípulo para que abandone todo y le siga: “Si alguno de ustedes quiere ser mi discípulo, tendrá que amarme más que a su padre o a su madre, más que a su esposa o a sus hijos, y más que a sus hermanos o a sus hermanas. Ustedes no pueden seguirme, a menos que me amen más que a su propia vida” (Lucas 14:26. TLA). Así lo entendieron sus Apóstoles: “Pero de ninguna cosa hago caso, ni estimo preciosa mi vida para mí mismo, con tal que acabe mi carrera con gozo, y el ministerio que recibí del Señor Jesús, para dar testimonio del evangelio de la gracia de Dios” (Hechos 20:24 (RV60).
Las informaciones periodísticas, y también las organizaciones que se ocupan de los cristianos que están siendo perseguidos por su fe en todo el mundo, nos dicen que 250 millones de hombres y mujeres comprometidos con su fe cristiana están sufriendo por seguir a JESÚS. ¡Esto está ocurriendo delante de nosotros y mi silencio y el suyo son cómplices! Por lo menos, oremos.
En este día, y mientras hacemos este devocional juntos, miles están muriendo, ellos, como los mártires de todos los tiempos son emblemáticos del precio de la gracia.
Oración:
PADRE CELESTIAL:
Mi gratitud es eterna por haberme dado tu Salvación. No tuve que hacer nada por ello, sino aceptar tus hechos salvíficos a mi favor, planeados antes de la creación del mundo. Te pido que me ayudes a vivir agradecido por ello, y servirte al precio que sea, no para ser salvo sino porque soy salvo. En el nombre de JESÚS, amén.
Perla de hoy:
La gratitud a JESÚS por su Gracia costosa no debe ser un incidente ocasional sino una actitud continua para vivir una vida desafiante y santa.
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