domingo, 1 de agosto de 2021

¡SOMOS FAMILIA!

 SALUTACIÓN
Francisco Aular
¡Feliz domingo con JESÚS para todos!
“Dios —para quien y por medio de quien todo fue hecho— eligió llevar a muchos hijos a la gloria. Convenía a Dios que, mediante el sufrimiento, hiciera a Jesús un líder perfecto, apto para llevarlos a la salvación.” (Hebreos 2:10 NTV)

Cuando DIOS planeó mi salvación -“incluso antes de haber hecho al mundo”- (Efesios 1:3), puso en mi ADN, la iglesia a la cual iba a pertenecer también. Como dijo, Albert Einstein “Dios no juega a los dados.” El azar no es Su método. No soy fruto de la casualidad, ni un accidente social en este mundo. Tampoco fue la casualidad que me trajo a la iglesia. 

Estoy convencido  que, cuando plantamos a una nueva congregación, es como fundar una nueva familia. Desde luego, la analogía entre la familia y la iglesia es paulina:

“Así que ahora ustedes, los gentiles, ya no son unos desconocidos ni extranjeros. Son ciudadanos junto con todo el pueblo santo de Dios. Son miembros de la familia de Dios.” (Efesios 2:19)

 En efecto, DIOS estableció la familia humana para que tuviera cuidado de Sus criaturas al nacer en este mundo; y necesita a la iglesia para cuidar a Sus hijos, al nacer en la familia de DIOS. Por ello, tanto la familia como la iglesia son de primera importancia para que conozcamos, desarrollemos y alcancemos la plenitud como seres humanos y seres espirituales. ¡Allí la importancia de ambas instituciones!

Así que nací en dos formas, la humana y la divina. La humana me puso en la familia, y la divina en la iglesia. La vida en mi familia es temporal, la vida en la iglesia es para siempre. ¡Viviremos en el cielo como la Iglesia del SEÑOR JESÚS! Es más, me atrevo a decir que ¡El cielo no es cielo sin la presencia de seres humanos glorificados y con cuerpos nuevos! 

Así, la familia humana me puso en la tierra, la familia divina me puso en el cielo. Muchas cosas que recibimos por medio de la familia humana, también lo recibimos de la iglesia a la cual pertenecemos. Esos distintivos me acompañaran en esta tierra, la familia me dio muchas bendiciones entre ellas, un nombre, el parentesco, privilegios, responsabilidades, formación de un carácter y de valores fundamentales. Exactamente, eso mismo ocurre en la familia espiritual, cuando DIOS nos hace Sus hijos (Juan 1:12).

Por ello, aquel 11 de abril de 1963, al nacer de nuevo. DIOS mismo puso un interés en mí para que buscara mi familia espiritual. ¿Cómo encontrarla? Salían a mi paso, muchas ofertas religiosas, tipos de congregaciones y sectas. Sin embargo, el SEÑOR tenía para mí, una familia espiritual esperándome. 

¡Cuánto alabo al SEÑOR por aquel grupo de españoles y de otras nacionalidades, que iniciaron al Este de Caracas, la Misión Bautista Emmanuel (con dos m) de Chacaíto, ¡en plena avenida Francisco de Miranda! Paso obligado para mí, cada domingo que iba a divertirme y a fotografiar artistas en el parque de diversiones llamado “Coney Island”. ¡DIOS había preparado mi familia espiritual, unos tres años anteriores a mi nuevo nacimiento! ¡Alabado sea el SEÑOR!

Allí llegué aquel 11 de agosto de 1963. Esos amados, -un grupito muy pequeño pero grandes en visión- me recibieron y me dieron el alimento espiritual inicial. Sería un ingrato, no decirlo, después del SEÑOR que me llevó allí, a aquellos amados, mi preciosa familia espiritual, les debo lo que soy. Porque la misma verdad biológica, es propio también de la vida “zoé”, la vida eterna, los primeros años son muy importantes para el futuro del recién nacido. 

¡Emocionado en esta hora me propongo honrar la memoria de quienes se invirtieron en mí, en esos años! ¡Precisamente en este agosto de 202, estoy cumpliendo mis primeros 58 años en la Iglesia del SEÑOR! Sé que esto es secundario, pero es muy importante para mí: ¡Todavía pertenezco a la misma familia espiritual y llevo su mismo apellido por medio siglo y lo será hasta el final! ¡Perdónenme! Casi no puedo ver el teclado y solo puedo exclamar ¡Gloria a DIOS, gloria a DIOS!

¿Es importante mi iglesia? La iglesia es el Mensajero que Dios tiene en este mundo para lanzar el Salvavidas de la salvación, ¡nuestro amado JESÚS!: “Dios —para quien y por medio de quien todo fue hecho— eligió llevar a muchos hijos a la gloria. Convenía a Dios que, mediante el sufrimiento, hiciera a Jesús un líder perfecto, apto para llevarlos a la salvación.” (Hebreos 2:10 NTV). 

Si ya tu amada iglesia puede reunirse presencialmente, en medio de esta pandemia, ya es otro milagro. ¡No te quedes en casa, ve a celebrar a JESÚS con tu amada familia! Si no es así…Reunámonos por alguna red social. ¡En dos mil años, la Iglesia ha pasado por muchas circunstancias adversas, ¡pero aquí estamos! Como dice Apocalipsis: 

“Después de esto vi una enorme multitud de todo pueblo y toda nación, tribu y lengua, que era tan numerosa que nadie podía contarla. Estaban de pie delante del trono y delante del Cordero. Vestían túnicas blancas y tenían en sus manos ramas de palmeras.” (Apocalipsis 7:14,NTV). 

¡Somos parte de esta “enorme multitud que nadie puede contar”! ¡SOMOS FAMILIA!

¡Adelante, siempre adelante!

¡Feliz domingo del SEÑOR!

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