¿Qué lleva a un ser humano a dejar familia, riquezas y una buena posición social por extender el Reino de DIOS en otras fronteras? ¿Qué lleva a un ser humano que determina rendirle su vida a CRISTO y convertirlo en Su SEÑOR y DIOS?
Lo describo con una sola palabra “pasión”. ¿Qué es pasión? El diccionario de sinónimos e ideas afines de Julio de la Canal, señala como términos afines: “ardor, calor y entusiasmo, entre muchos otros. Todo estamos de acuerdo el apóstol Pablo era un hombre apasionado por JESÚS. Su motivación interna lo llenaba de fuego y urgencia para extender el Reino de DIOS, especialmente entre nosotros los gentiles. En esa misma idea uno puede tener motivación; pero le produce un estímulo la vocación y Pablo lo encontró al pensar que JESÚS Resucitado vendría en sus días y quería ofrecerle su vida como una libación una ofrenda líquida derramada para bendición de otros! ¡Usted y yo somos frutos de esa motivación, ese estímulo y esa pasión!
Desde luego que cuando llegué al SEÑOR, les confieso que las Sagradas Escrituras que cuenta la Historia de DIOS, eran mi bebida y mi comida. Pero también de postre en la librería que tenia la inolvidable hermana Felipa de Lávinz en nuestro local, yo le compraba las historias de los grandes misioneros del cristianismo. ¡Y con las historias de esos hombres y mujeres yo los acompañaba y quería tener esa pasión contagiosa como ellos para llevar el Evangelio a otras personas! He aquí una de mis favoritas:
En 1904, William Borden se graduó de la escuela secundaria en Chicago Illinois, Estados Unidos. William, nació siendo heredero de la hacienda de la Lechería Borden, él ya era un millonario. Como regalo de graduación, sus padres le dieron a William, de 16 años de edad, un viaje alrededor del mundo.
Mientras el joven viajaba por Asia, el Medio Oriente y Europa, sintió una carga creciente por la gente sufriendo en el mundo. Finalmente, William Borden escribió a casa para decir: “Voy a entregar mi vida para prepararme para el campo misionero.” Un amigo expresó sorpresa de que él “estuviera desperdiciando su vida como misionero.” En respuesta, William escribió dos palabras en la parte de atrás de su Biblia: “Sin reservas.”
Después de aquel viaje, William fue a la universidad y luego al seminario, cambiando las vidas de los estudiantes y de todos aquellos que entraban en contacto con él. Inició un pequeño grupo de oración que dio origen a un movimiento que se esparció a través del campus. Para el tiempo en que William Borden estaba en el último año, ¡mil de los 1,300 estudiantes atendían este grupo!
También el ministerio de alcance de Borden no estaba confinado al campus. Él se encargaba de cuidar a las viudas, los huérfanos y los lisiados. Él rescató a los borrachos de las calles y comenzó una misión. Mientras el grupo desarrollaba un plan sobre cómo evangelizar mejor, Borden siempre era el que tomaba “los casos evangelísticos difíciles” que más nadie quería. Pues bien, durante la universidad, su llamado misionero se concentró en un grupo humano de musulmanes en la China.
Una vez que se fijó esa meta, William Borden nunca titubeó. Además, inspiró a sus compañeros de clases para que consideraran el servicio misionero. Uno de ellos dijo: “William Borden ciertamente fue una de las personalidades más fuertes que jamás haya conocido, e imprimió carácter al resto de nosotros en la universidad. Siempre sentí que él estaba hecho del mismo material que los mártires.”Para el tiempo de la graduación, Borden rechazó algunas ofertas de trabajos altamente remunerados. En su Biblia, él escribió dos palabras más: “Sin retiradas.”
Finalmente, el sueño de William Borden se estaba haciendo realidad, mientras navegaba hacia la China. Debido a que esperaba trabajar con musulmanes, se detuvo primero en Egipto para estudiar árabe. Estando allí, contrajo meningitis vertebral. Al cabo de un mes, William Borden, de 25 años de edad, murió. Las noticias de su muerte provocaron una ola de tristeza alrededor del mundo. Cuando se leyó su testamento, se descubrió que había dejado toda su fortuna, más de un millón de dólares, a la causa de CRISTO.
Ahora bien, nos preguntamos: ¿Fue la muerte anticipada de Borden un desperdicio? No en el plan de DIOS. Antes de su muerte, William Borden había escrito dos palabras más en su Biblia. Debajo de las palabras “Sin reservas” y “Sin retiradas,” él había escrito: “Sin lamentaciones.”
Aunque usted lo puede deducir, lo diré de todos modos… la muerte de ese joven fue un estímulo que usó DIOS para que miles de misioneros en el siglo veinte, llevaran al Evangelio hasta la ultima frontera. El amor por otros para llevarles la Buena Noticia, como lo han hecho Pablo y William Borden, es una sola palabra: ¡Pasión!
¡Adelante, siempre adelante!
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