Oración:
PADRE TODOPODEROSO:
¡Una vez más y no canso de hacerlo, alabo y me consagro a ti como uno de tus métodos actuales para llevar tu Mensaje, a toda persona, en todo lugar, a todas horas y a cualquier precio! ¡La vida es breve y me queda poco tiempo! Haz que sea una ayuda para tu Reino, en tiempos difíciles. En el nombre de JESÚS. Amén
Perla de hoy:
Una vez salvo, DIOS nos llama como Su método principal para alcanzar a otros…¿Qué haremos?
Interacción:
¿Qué me dice DIOS hoy por medio de su Palabra?
¿Existe alguna promesa a la cual pueda aferrarme?
¿Existe alguna lección por aprender?
¿Existe alguna bendición para disfrutar?
¿Existe algún mandamiento a obedecer?
¿Existe algún pecado a evitar?
¿Existe algún pensamiento para llevarlo conmigo?
viernes, 20 de agosto de 2021
PASIÓN EVANGELIZADORA: SU MÉTODO (1-2)
Francisco Aular
perlasdelalma@gmail.com
Lectura devocional: 2 Timoteo 2:1-13
Me has oído enseñar verdades, que han sido confirmadas por muchos testigos confiables. Ahora enseña estas verdades a otras personas dignas de confianza que estén capacitadas para transmitirlas a otros.
2 Timoteo 2:2 (NTV)
“Constantemente nos sentimos presionados, por no decir tensos, ante la necesidad de proporcionar nuevos métodos, nuevos planes, nuevas organizaciones que hagan avanzar a la iglesia y aseguren su crecimiento y eficiencia. Sin embargo, el método de DIOS, son los seres humanos. La iglesia anda en busca de métodos mejores; DIOS en busca de mejores hombres”.
E. M. Bounds “Poder a través de la oración”.
A finales de 1976, el amado hermano en la fe David Vera, ya con el SEÑOR, y yo, volamos a México, íbamos a Cuernavaca para participar en una reunión de pastores. En realidad aquella inolvidable reunión pude vivir, tres movimientos que me iluminaron y todavía sigo allí: La oración, la evangelización y el discipulado. Lo que me impactó en esa reunión eran los hombres y mujeres que DIOS estaba utilizando en Su Reino. Con los años he contado muchas experiencias que allí en SEÑOR, me enseñó.
En una reunión como aquella más de 150 personas reunidas de varias denominaciones y David y yo, los únicos extranjeros, conocí a muchos amados; pero había un anciano que me llamó la atención, por su andar entre nosotros toda la semana. No sabía entonces, que aquel hombre cerraría la reunión contando una experiencia que había tenido muchos años atrás, creo que en una ciudad de Baja California. El hombre fue anunciado, mencionaron su nombre el cual no anoté. Allí detrás del púlpito, nos dijo:
—Hace muchos años, ingresé al Seminario Católico, me gradué, y fui ordenado sacerdote y terminé mi doctorado en Roma. Me asignaron, el retorno a Mexico para ser secretario de un obispo muy destacado. En aquellos años, yo sentía una gran sed de conocer mejor las Sagradas Escrituras, y yo, rezaba por ello. Una mañana, después de dar la misa. Salí a dar un pequeño paseo por la plaza principal. Entonces un niño limpiabotas, me preguntó:
—¿Padrecito, le limpio sus zapatos? ¡Usted no se puede imaginar cómo le quedarán! Entonces -añadió el sacerdote-¡Está bien, me has convencido!
Yo tenía un periódico en mis manos y me sentí en la silla que el niño tenía. Estaba leyendo, cuando el niño. Me preguntó:
—Padrecito ¿ha oído usted las cuatro leyes espirituales? Me pareció interesante que un niño como aquel, me hiciera una pregunta como esa. El niño me regaló un pequeño folleto, que él conocía de memoria. Paso a paso me las explicó. Yo estaba admirado al ver y escuchar a ese niño como de unos doce años. Al final, me invitó a que hiciera una oración con él. Oramos. Le pagué. Me regresé a la oficina, y repasé aquel folleto, revisando los versículos, uno por uno. Al final de aquella tarde, yo había nacido de nuevo.
—El hermano, continúo exponiendo: En mi búsqueda de conocer más de mi nueva fe, conocí a iglesias y pastores los cuales se asombraban al oír mi testimonio. Uno de aquellos pastores comenzó a discipularme. Por muchas razones me vi en la necesidad de renunciar a mi posición eclesiástica.
—¿Qué se hizo aquel niño, puede ser la pregunta de ustedes? Pasé tiempo buscando a ese niño por las plazas de la ciudad, y no lo encontré. En honor a mi DIOS y en memoria de aquel niño que me condujo a Él, fundé una organización que involucra a los niños de la calle. La llamamos la Iglesia de los Niños. Algunos de aquellos niños, se hicieron miembros de las iglesias. ¡Algunos de ellos son pastores y están aquí! Al menos unos cuatro hombres, se pusieron en pie entre los aplausos de nosotros.
¡Todos los que estábamos en aquella reunión teníamos lágrima de gratitud a DIOS, por ser parte de Su Reino! Entonces, vinieron a mi mente: Las palabras paulinas y de E. M Bouds. Ambos dijeron lo mismo: La iglesia anda en busca de métodos mejores; DIOS en busca de mejores hombres”.
¡Personas dispuesta y disponibles a convertirse en el método de DIOS para alcanzar al mundo perdido! El mismo JESÚS, nos desafía:
“Jesús los llamó: “Vengan, síganme, ¡y yo les enseñaré cómo pescar personas!”. (Mateo 4:19,NTV)
¡Adelante, siempre adelante!
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