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Lectura devocional: Eclesiastés 9:1-10
40 días de oración con propósito
Día 3
¡Haz lo que puedas!
Todo lo que hagas, hazlo bien, pues cuando
vayas a la tumba no habrá trabajo ni proyectos
ni conocimiento ni sabiduría.
Eclesiastés 9:10 (NTV)
“Dulce oración, dulce oración,
aliento y gozo al alma das;
en este valle de aflicción
consuelo siempre me serás.
Tan sólo el día cuando esté
con Cristo en la celeste Sión,
entonces me despediré
feliz, de ti, dulce oración”.
(ENHP#138, CBP, el Paso)1955
Sobre la tumba de Annie Armstrong ((1850 – 1938) se lee: “Ella hizo todo lo que pudo.” En realidad, ella hizo mucho y lo hizo bien. En efecto, la fundadora de la Unión Femenil Bautista es considerada un eslabón fundamental en la obra bautista, y fue entre muchas cosas, una mujer de oración.
El rey Salomón, nos aconseja que, si queremos hacer algo, no esperemos mucho porque esta vida se nos va muy rápido, y la dilación es enemiga de la efectividad. ¡Nada puede ser más grande que orar! Orar nos pone en línea directa con el PADRE en Su plan de la extensión de Su reino, en este mundo. El ejemplo de hombre perfecto en la mayordomía es JESÚS; pero es ejemplo sobre todo en la oración.
En la última visita a mi país, en la casa de la Misión Bautista, leí esta frase: “Cuando el hombre, trabaja, el hombre trabaja; cuando el hombre ora, DIOS trabaja.” En nuestra denominación cristiana, le damos mucha importancia –como debe ser- a la Gran Comisión: “Por tanto, vayan y hagan discípulos de todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, enseñándoles a obedecer todo lo que les he mandado a ustedes. Y les aseguro que estaré con ustedes siempre, hasta el fin del mundo.” (Mateo 28:19,20, NVI).
Ahora bien, el Comandante en Jefe de los misioneros que vamos a cumplir Su orden, es el SEÑOR JESÚS, por eso nos dijo: “Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer”. (Juan 15:5, RV60).
Haz lo que puedas, pero no lo hagas solo, procura involucrar a otros en la vida de oración. Nuestro día ya se nos van, pasaremos. Sin embargo, nuestra comunión íntima con DIOS es única. En efecto, nuestra comunión con el SEÑOR por medio de la oración le dice a JESÚS: “Yo no puedo, pero tú y yo, venceremos.”
El sabio y rey Salomón nos habla de la vanidad de la vida, nos aconseja que mientras andemos aquí, tenemos que hacer las cosas que después no haremos. Una de esas actividades será la oración. El cielo no necesita nuestras oraciones, la tierra sí. Te invito a que oremos con la Operación 6*3*9.
A las 6 de la mañana por nuestros pastores, demás obreros de la iglesia y sus familias.
A las 3 de la tarde la hora de la muerte de JESÚS, Él murió por nosotros, nuestra patria y el mundo entero. Desde luego no es un evento automático. El ser humano necesita arrepentirse de sus pecados, creer que JESÚS es el Regalo de DIOS, entre nosotros. Luego depositar toda nuestra confianza en JESÚS. ¡JESÚS es la Vida Eterna! Por ello, dijo: “Yo soy el camino, y la verdad y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí”. (Juan 14:6).
El tercer momento de oración diario es a las 9 de la noche. Allí en nuestros hogares, celebramos el altar familiar. Oramos por la familia humana como salió de la mente y manos de DIOS, nunca como hoy tan necesaria salvar a la familia como la conocemos. También oramos por las familias de nuestra patria, desde los que dirigen y hasta las familias de condición social más humildes.
Este pensamiento final llévalo contigo, sea que seas cristianos bien consagrado al SEÑOR, o no lo seas, de todos modos, moriremos. Y, si de todos modos vamos a morir. Esforcémonos en Su gracia para ser y hacer hombres y mujeres de oración. Quiera DIOS que se diga de cada uno de nosotros: “Hizo todo lo que pudo”.
¡Adelante, siempre adelante!
Oración
PADRE ETERNO:
Hoy abrí los ojos y todavía estabas allí. ¡Gracias SEÑOR por este día! ¡Ayúdame a orar como si toda la salvación de los perdidos dependiera absolutamente de ello. Luego ayúdame para hablarles de ti, con tu gracia y poder. En el nombre de JESÚS. Amén.
Amén.
Perla de hoy:
Activemos el poder de DIOS a nuestras oraciones por la fe en el SEÑOR. Él nos escucha y actúa.
Interacción:
¿Qué me dice DIOS hoy por medio de su Palabra?
¿Existe alguna promesa a la cual pueda aferrarme?
¿Existe alguna lección por aprender?
¿Existe alguna bendición para disfrutar?
¿Existe algún mandamiento a obedecer?
¿Existe algún pecado a evitar?
¿Existe algún pensamiento para llevarlo conmigo?
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