jueves, 28 de noviembre de 2019

¡Feliz disfrute de Dios!

Francisco Aular
faular@hotmail.com
Lectura devocional: Salmo 34:8-11
Prueben, y vean que el Señor es bueno.
¡Feliz el hombre que en él confía!
Salmo 34:8 (DHH)

Durante mi primer pastorado desafié a la iglesia a colocar una carpa para realizar una campaña evangelizadora en un barrio de la ciudad muy conocido por su peligrosidad. Hicimos todas las diligencias pertinentes, levantamos la carpa e hicimos la campaña evangelizadora; como resultado medio de centenar de personas hicieron decisión por CRISTO, entre ellos, algunos que habían sido delincuentes. Prepararé a un buen grupo para cumplir con la ordenanza del bautismo y los presenté a la iglesia; yo les había enseñado que al dar su testimonio personal no contaran los detalles de los pecados de su vida pasada delante de los demás, tal vez por el nerviosismo, a algunos se les olvidó y exhibieron sus pecados pasados como si fueran hazañas, pero el hombre que nos conmovió a todos fue Alberto, había hecho muchas cosas contrarias a las normas divinas y sociales, “perdónenme” -dijo entre sus lágrimas-, ¡Estoy disfrutando a DIOS! No soy digno de estar aquí, pero cuando escuché el mensaje del amor de DIOS, según Juan 3:16 “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna”., me arrepentí de mis pecados, y hoy me siento un hombre nuevo como producto de la bondad de DIOS, sólo me queda invitarlos a todos ustedes que sigamos gustando y disfrutando el amor de DIOS…”. No hubo ojos secos en ninguno de los que allí estábamos.

El rey Saúl, por celo de liderazgo y sed de poder, emprendió una persecución contra David con ventajismo, ingratitud y engaño. David huyó y se mantuvo lejos de Saúl por muchos años. Sin embargo, no hubo amargura en el corazón de David porque él llenó su corazón de DIOS.  En el Salmo 34, un poema de David, escrito en aquellas circunstancias de la persecución y de su exilio en un pueblo enemigo, aquel hombre de Dios no se magnifica a sí mismo contando todos sus sufrimientos, sino que se concentra en la bondad y protección de DIOS: “En mi desesperación oré, y el SEÑOR me escuchó; me salvó de todas mis dificultades”. (Salmo 34:6, NTV).

A veces cuando nos sentamos a comer, lo hacemos tan rápido que no gustamos nuestros alimentos, ni damos las gracias a quien los preparó. Mediante nuestros sentidos físicos podemos “gustar y ver cuán bueno es JEHOVÁ”, y como lo espera el salmista, de esta manera, ayudar al alma y al espíritu a dar gloria y gratitud a nuestro amado Dios, y así, vivir felices: “Dichoso el hombre que confía en él”. Cuando decidas pasar un tiempo a solas con el SEÑOR: ¡Feliz disfrute de DIOS como lo relata la poesía hímnica de Austin Miles y la brillante traducción del mexicano Vicente Mendoza, del precioso himno: A solas al huerto yo voy, amado himno con el que muchas veces disfruto de DIOS:
 (# 223.HAE,EMH,1978).
I
A solas al huerto yo voy,
Cuando duerme aún la floresta,
Y en quietud y paz con Jesús estoy
Oyendo absorto allí su voz.

Coro:
Él conmigo está, puedo oír su voz,

Y que suyo, dice, seré,

Y el encanto que hallo en Él allí,

II
Con nadie tener podré
Tan dulce es la voz del Señor,
Que las aves guardan silencio,
Y tan sólo se oye su voz de amor,
Que inmensa paz al alma da
III
Con Él encantado yo estoy,
Aunque en torno llegue la noche,
Más me ordena ir, y a escuchar yo voy,
Su voz doquier la pena esté.
 (HAE,# 223.EMH,1978).
Oración:
PADRE JUSTO:
En esta hora de quietud delante de tu presencia quiero disfrutar tu compañía y amistad conmigo. La verdad es que delante de ti, las horas pasan como brisas de la eternidad presente y me das vislumbre de mi eternidad futura contigo cara a cara y para siempre. ¡Gracias por estar conmigo y gozar de tu amor, poder y gracia! En el nombre de JESÚS. Amén.
Perla de hoy:
El disfrute de nuestro DIOS se hace por medio de la oración y el canto.
Interacción:
¿Qué me dice DIOS hoy por medio de su Palabra?
¿Existe alguna promesa a la cual pueda aferrarme?
¿Existe alguna lección por aprender?
¿Existe alguna bendición para disfrutar?
¿Existe algún mandamiento por obedecer?
¿Existe algún pecado por evitar?
¿Existe algún pensamiento para llevarlo conmigo?

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