Francisco Aular
perlasdelalma@gmail.com
JUEVES, 17 de octubre de 2019
Lectura devocional: Efesios 2:1-10
Dios los salvó por su gracia cuando creyeron. Ustedes no tienen ningún
mérito en eso; es un regalo de Dios. La salvación no es un
premio por las cosas buenas que hayamos hecho, así que ninguno de nosotros
puede jactarse de ser salvo. Efesios 2:8,9 (NTV)
Gracia es quizás la palabra más admirable y hermosa que tenga
la Palabra de DIOS. Podemos definir la gracia como “la provisión amorosa y
misericordiosa de Dios para la necesidad del hombre perdido. El hombre, en su
estado natural es egoísta, egocéntrico y orgulloso; se halla esclavizado por
Satanás, y espiritualmente muerto en delitos y pecados. Debido a su naturaleza
pecaminosa, el hombre es incapaz de salvarse a sí mismo” (Fe y Mensaje
Bautistas). Con mucha razón el Apóstol de los gentiles dijo al despedirse de
sus discípulos en Mileto que tenía una sola pasión en la vida “dar
testimonio del evangelio de la gracia de Dios”. (Hechos 20:24).
De hecho: la
Biblia nos dice que el ser humano sin CRISTO está “muerto en sus delitos y
pecados” (Efesios 2:1,2). Yo que trabajé en una sala de autopsias de un
hospital por más de cinco años y vi tantos cadáveres, nunca escuché un “ay”… de
ninguno de ellos. ¿Ha visto usted a algún muerto hacer algo por él mismo? No.
Nunca lo verá. Esta es una gran verdad porque algunos que están muertos según
DIOS, no tienen la vida verdadera y eterna, “Zoé”, están vivos con la vida
humana, “bíos”, nada más. En realidad están muertos como bien lo dijera el
poeta Antonio Muñoz Feijoo:
No son los
muertos los que en dulce calma
la paz disfrutan de su tumba fría,
muertos son los que tienen muerta el alma
y viven todavía.
la paz disfrutan de su tumba fría,
muertos son los que tienen muerta el alma
y viven todavía.
Pues bien, un
muerto lo que necesita es vida, y JESÚS es la Vida: “Yo soy el camino, y la
verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí” (Juan 14:6, RV60). Igualmente, JESÚS afirmó: “Les digo la verdad, todos los que
escuchan mi mensaje y creen en Dios, quien me envió, tienen vida eterna. Nunca
serán condenados por sus pecados, pues ya han pasado de la muerte a la vida.” (Juan 5:24, NTV). “… yo
he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia”. (Juan
10:10b).
Por eso, pudo dar esperanza a los familiares y amigos de su discípulo
Lázaro al traerlo de nuevo a la vida “bíos”. Sin duda, Lázaro volvería a morir,
así que se refería a la Vida Espiritual, la vida que vino del cielo: ¡JESÚS
mismo!: “Yo soy la
resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá” (Juan
11:25, RV60).
¿Saben? Hubo un tiempo en que yo también estuve muerto. Mis
amigos me hablaban de JESÚS como la Vida, pero yo continuaba muerto; me
invitaban a sus reuniones, cantaban leían la Biblia y hasta me predicaban, y
yo, allí insensible, yerto en un mármol frío. Hasta fui a escuchar al gran evangelista
estadounidense Billy Graham (yo pensaba que él era un cantante de rock and roll…) y nada ocurrió porque como muerto yo pensaba con la mente de un muerto en
relación con DIOS, y el bendito sonido del Evangelio sólo me olía a religión, y
decía: “Yo tengo una religión, yo hago buenas obras, yo soy bueno y no le hago
mal a nadie”, pero seguía muerto. ¡Hasta que un bendito día, el chispazo de la
gracia divina abrió mis ojos!, y me vi a mí mismo camino a la perdición eterna
y lejos de DIOS; se abrieron mis oídos y pude escuchar las palabras más
hermosas que jamás había oído: “Porque de tal
manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel
que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna” (Juan 3:16).
En efecto, como un dedo venido desde el cielo tocó mi
corazón, mi mente; se cayeron las vendas de mis ojos, y miré a JESÚS con los ojos de mi
espíritu, y ese toque de la gracia, de Su bendita gracia, me despertó de la
muerte y me dio Vida. Ahora puedo decir como el Apóstol: “Con Cristo estoy
juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y lo que ahora
vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se
entregó a sí mismo por mí” (Gálatas 2:20, RV60).
Ahora bien, esto
no quiere decir, que no sufra, no tenga problemas como los que andan todavía
“muertos en sus delitos y pecados”, todavía no soy perfecto, pero en medio de
las circunstancias de la vida, me aferro a mi nueva Vida, y soy más que
vencedor. El Apóstol Pablo, antes de dar su vida por la fe, también sufrió, oró
a Dios y esta fue la respuesta: “Y me ha dicho:
Bástate mi gracia; porque mi poder se perfecciona en la debilidad. Por tanto,
de buena gana me gloriaré más bien en mis debilidades, para que repose sobre mí
el poder de Cristo” (2 Corintios 12:19, RV60). Así es el despertar de la gracia
y su acción en nosotros al dejarla actuar.
Oración:
Amado Padre Celestial:
Gracias Señor porque un día viste que yo no tenía en
mi mismo ningún mérito para llegarme a ti; pero por tu gracia me diste el nuevo
nacimiento y la nueva vida por medio tu amado Hijo, lleno de meritos, “lleno de
gracia y verdad”. Ayúdame a decir a los demás que hay Vida de en JESÚS. Amén.
Perla
de hoy:
La fe es
el chispazo de DIOS que activa en nosotros la salvación por gracia.
Interacción:
¿Qué me
dice Dios hoy por medio de su Palabra?
¿Existe
alguna promesa a la cual pueda aferrarme?
¿Existe
alguna lección por aprender?
¿Existe
alguna bendición para disfrutar?
¿Existe
algún mandamiento para obedecer?
¿Existe
algún pecado para evitar?
¿Existe
algún pensamiento para llevarlo conmigo?
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