Francisco
Aular
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Lectura
devocional: Génesis 50:15-26
Ustedes
se propusieron hacerme mal, pero Dios dispuso todo para bien. Él me puso en
este cargo para que yo pudiera salvar la vida de muchas personas. No, no tengan
miedo. Yo seguiré cuidando de ustedes y de sus hijos. Así que hablándoles con
ternura y bondad, los reconfortó. Génesis 50:20,21 (NTV)
La Biblia tiene muchas historias que me han conmovido a través de los
años que la llevo oyendo, leyendo, estudiándola, memorizándola y practicándola.
Dos de esas historias bíblicas son mis favoritas, la historia de José en
Génesis y la despedida del Apóstol Pablo en los Hechos. ¡Esos dos hombres
tienen la facultad, desde luego entre muchos otros personajes bíblicos, de
convertir los sufrimientos en perlas! Es muy posible que todo esto estuviera en
mi mente aquel día 16 de octubre de 2007,cuando empecé a escribir el primer
devocional para enviarlo desde el mismo corazón de mi tarea pastoral. Perlas
del Alma, se inició para superar un problema que tuve que hacerle frente.
En efecto, comencé a escribir Perlas del Alma el 16 de octubre del año
2007, era un proyecto de un año, ¡estamos a punto de cumplir doce años! Al
pensar en mi declaración de intenciones inicial, tenía en mi mente el hecho de
que la vida es una sucesión de dificultades que a veces vienen en fila,
terminamos una y viene la otra. Sin embargo, el cristiano nacido de nuevo no
tiene necesidad de vivir afligido por ello. ¡Dios nunca prometió librarnos de
los problemas a que son sometido los demás seres humanos!, pero nos promete:
“Sean vuestras costumbres sin avaricia, contentos con lo que tenéis ahora;
porque él dijo: No te desampararé, ni te dejaré.” (Hebreos 13:5 NTV) La Biblia
nos habla de muchos hombres y mujeres de DIOS sufrientes, pero tomaré la vida
ejemplar de José, el hijo de Jacob y Raquel. Este hombre hizo todo bien, sin
embargo, tuvo que soportar una vida de sufrimientos, pero él mantuvo su bondad,
ternura y optimismo hasta vencer al final de su larga vida. En la cadena de
males sobrevenidos, llevaba el recuerdo el hecho de que sus propios hermanos,
lo habían vendido. Cuando el tuvo la primera oportunidad de vengarse de ellos,
les dijo: “Ustedes
se propusieron hacerme mal, pero Dios dispuso todo para bien”. Además de todo esto,
este hombre de DIOS, tuvo dos hijos y a los dos les puso nombres interesantes
por el significado que revelan su carácter: “José llamó a su hijo
mayor Manasés, porque dijo: “Dios me hizo olvidar todas mis angustias y a todos
los de la familia de mi padre”. José llamó a su segundo
hijo Efraín, porque dijo: “Dios me hizo fructífero en esta tierra de mi aflicción”.
(Génesis 41:51,52 NTV). Fíjese en esta actitud vencedora: “Dios dispuso todo
para bien”, “Dios me hizo olvidar todos mis problemas”, “Dios me hizo
fructífero en esta tierra de aflicción.” ¡Cómo José, no guardemos rencor y
convirtamos los sufrimientos en perlas!
Por otro lado en este devocional, al igual que José lo hizo, en cada
problema que me ocurre veo una puerta, una salida, es decir una perla, como lo
señala Juan al describir la Nueva Jerusalén: “Las doce puertas
estaban hechas de perlas, ¡cada puerta hecha de una sola perla! Y la calle
principal era de oro puro y tan cristalino como el vidrio.” (Apocalipsis 21:21 NTV). Por utópico que parezca a los incrédulos,
¡hay un fabuloso futuro para los cristianos nacidos de nuevo, pero ahora
tenemos que lidiar con problemas y con pruebas! Por lo tanto, debemos hacer de
cada problema en nuestro pasado o el presente una perla.
¿Qué es una perla, cómo se forma? En el fondo del océano habita la
ostra, un marisco muy apreciado en la buena mesa. Algunas veces, se forma una
tormenta de arena que tira a la ostra de un lado a otro, entonces, un grano de
arena entra en el molusco, en realidad esto es una herida y le causa
sufrimiento. El organismo de la ostra entra en acción para sanarla. Segrega
entonces una sustancia –el nácar- que poco a poco cubre el grano de arena.
Cuando se sana, posee una perla preciosa en su interior. Esa ostra no será
solamente parte de una buena comida, sino también, se lucirá de muchas maneras
como una joya preciosa de mucho valor. De esta manera, ¡toda perla natural es
un proceso para sanar una herida! ¡Sin sufrimiento no hay perla!
Ahora bien, ¿cómo podemos transformar nuestros problemas en perlas?
Eso depende de nuestra actitud frente al desafío que nos presenta una crisis en
nuestras vidas. Cuando estemos pasando por aflicciones debemos saber que DIOS esta
formando una perla del alma, que afectará tu espíritu, tu mente, tu voluntad y
tus emociones. ¡JESÚS transformó la cruz de maldición en bendición, en la
preciosa perla de salvación que hoy disfrutamos!
Pues bien, por más de once años, he mantenido este devocional con una
relación muy estrecha con todos mis perlistas; algunos me reportan otros no,
sin embargo, los hechos y las personas que expresan que han pasado a otro nivel
espiritual por medio de estas meditaciones, hacen que me sienta muy agradecido
a mi SEÑOR y SALVADOR JESÚS; es mi oración al PADRE Celestial, que esas más de
seiscientas perlas que me ha permitido escribir, Él, las utilice para Su honra
y gloria; sin duda, estos devocionales seguirán llevando su mensaje sobre como
convertir nuestros sufrimientos en perlas del alma. ¡Feliz aniversario a todo
ustedes que aman a este ministerio tanto como yo! ¡Adelante, siempre adelante!
Oración:
Padre Celestial:
¡Gracias por la salvación que me has dado por tu gracia! ¡Gracias por
llamarme para escribir sobre ti, en todos estos años! ¡Yo sé que tu amado Hijo
volverá a buscarnos para llevarnos con Él para siempre! ¡Vivimos entre su hasta
luego y la esperanza de volverlo a ver¡ Mi mano sostén SEÑOR hasta que llegue
ese momento o me llames a tu presencia. En el nombre de JESÚS. Amén
Perla de hoy:
A medida que este mundo nos prueba, va surgiendo una perla del alma que
exclama. ¡Ven SEÑOR JESÚS para brillar contigo para siempre!
Interacción:
¿Qué me dice Dios hoy por medio de su
Palabra?
¿Existe alguna promesa a la cual pueda
aferrarme?
¿Existe alguna lección por aprender?
¿Existe alguna bendición para disfrutar?
¿Existe algún mandamiento a obedecer?
¿Existe algún pecado a evitar?
¿Existe algún pensamiento para llevarlo
conmigo?
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