Francisco
Aular
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Lectura
devocional: Proverbios 4:1-10
Porque
yo también fui hijo de mi padre, Delicado y único delante de mi madre. Y él me
enseñaba, y me decía: Retenga tu corazón mis razones, Guarda mis mandamientos,
y vivirás. Proverbios 4:3,4 (RV60)
¡Tenemos un PADRE ejemplar!
Ningún hombre puede
decir que es un buen padre, hasta que sus hijos, también lo sean. También está
el hecho de nosotros mismos, quizás no tuvimos un buen ejemplo de padre. Sin
embargo, todos estamos invitados a ser hijos de Dios: “Mas a cuantos
lo recibieron, a los que creen en su nombre, les dio el derecho de ser hijos de
Dios”. (Juan 1.12) Por esta Palabra y promesa de
Dios, principalmente los padres que hemos recibido el regalo de la vida eterna
en JESUCRISTO: tenemos un PADRE que al mismo tiempo, es nuestro modelo de lo
que debe ser un padre. ¡No tenemos excusas! Por ello, podemos utilizar
este verbo en presente activo, quiero. Y decir con toda propiedad: El padre que
yo quiero ser.
El desafío de ser padre
Definitivamente, ser
padre es todo un desafío, además de la emoción que ello, conlleva. Me veo a mí
mismo hace mas de treinta años, en la sala de maternidad en un hospital de Caracas, tomar
delicadamente en mis brazos a mi primer hijo.
Ser padre, te cambia la
vida para siempre
Recuerdo vívidamente,
como si fuera hoy, como me temblaba el pulso y se me aceleraba el corazón; los
pensamientos y sentimientos se mezclaron con mi admiración de la belleza de la
maternidad, al mirar el rostro de Daniel, nuestro primogénito. Estaba envuelto
en un trajecito azul y blanco tan pequeñito y tierno como él. Le miré y conté
los deditos de sus manos y pies, por si le faltara alguno. Allí estaba nuestro
Danny tan completo y normal como
lo son todos los niños sanos. Como si comprendiera el momento esbozó una
sonrisita que nos hizo reír a todos también, especialmente a su mamá y a su
abuelita. Queriendo transmitirle a ese pequeñín aunque fuera una ínfima parte
de toda la emoción que su orgulloso papá sentía, lo apreté suavemente contra mi
corazón e hice una oración de acción de gracias por él. No lo puedo negar, las
lágrimas de gozo y de gratitud a Dios, surgieron sin ningún esfuerzo. Al
observarlo con tanta admiración y amor, otras emociones y pensamientos vinieron
sobre mi persona, entre ellas, una que ya conocía: el de sentirme que yo no
estaba lo suficientemente preparado para ser papá, ¿Quién puede decir que lo
estaba al nacer el primer hijo? Sin embargo, Dios ya sabía aun antes que yo
naciera, y por ello, volví mis ojos a la Biblia para guiarme por sus valores y
directrices. ¡Que bendición ha sido esta Palabra para mi vida personal, mi
hogar, la iglesia y la sociedad, las naciones y el mundo!
La Biblia es una escuela
para padres
En efecto, la Palabra de
Dios nos ha ayudado a Mary, mi amada esposa y a mí a levantar a nuestros cuatro
hijos, tres hombres y una mujer. Hoy podemos ver el fruto de haber seguido las
directrices bíblicas en los hogares de nuestros propios hijos, especialmente en
el trato que ellos tienen con nuestros nueve nietos. Verlos a ellos criar a sus
hijos siguiendo los preceptos de la Palabra de Dios, nos garantiza que en las
futuras generaciones de la familia, y cuando, físicamente mi esposa y yo, ya no estemos en esta vida humana, la
Palabra de Dios, seguirá brillando en sus propios hogares. ¡Esa es nuestra
herencia que les dejaremos!
Oración:
Amado Padre Celestial
Gracias por poner a mi lado a mi padre, no fue perfecto, pero
estaba allí al lado de mi madre, cuando yo desperté. Llevo conmigo su imagen y
una gran ola de buenos recuerdos y gracias por permitir honrarlo mientras
vivió. Ahora SEÑOR, te ruego por todos los padres que estamos al frente de
nuestros hogares en estos días tan difíciles para proveerles siempre a nuestros
hijos la figura de un hombre de DIOS. ¡Gracias SEÑOR por responderme en el nombre
de JESÚS! Amén.
Perla de hoy:
La herencia que
dejaremos al salir de aquí a nuestros hijos es incorruptible porque es el
tesoro de la fe en la Palabra de DIOS.
Interacción:
¿Qué me dice Dios hoy por
medio de su Palabra?
¿Existe alguna promesa a la
cual pueda aferrarme?
¿Existe alguna lección por
aprender?
¿Existe alguna bendición
para disfrutar?
¿Existe algún mandamiento
por obedecer?
¿Existe algún pecado por
evitar?
¿Existe algún pensamiento
para llevarlo conmigo?
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