jueves, 6 de junio de 2019

“Hogar, mi dulce hogar.”

Francisco Aular
perlasdelalma@gmail.com        
Lectura devocional:  Proverbios 24:1-12
Con sabiduría se edificará la casa
Y con prudencia se afirmará;
Y con ciencia se llenarán las cámaras
De todo bien preciado y agradable.
Proverbios 24:3,4 (RV60)

Los valores eternos salen del hogar

El hogar es posiblemente el sitio en donde podemos hallar amistad, lealtad, recobrar el vigor, el ánimo del espíritu y la fuerza para continuar; allí podemos encontrar consuelo y en donde surgen los recuerdos que nos sostendrán el resto de nuestras vidas; allí percibimos el amor, el respeto y el perdón; en el hogar cristiano, se manifiesta la imagen misma de la divina Trinidad en miniatura: el padre imagen de Dios Padre, la madre imagen del calor del Espíritu Santo y el hijo imagen del Hijo de Dios; y sobre todo los afectos y valores, nuestra familia. Por tanto, el hogar es mucho más que las cuatro paredes de una casa. Es el lugar que merece nuestro compromiso y lealtad, por ello, no es raro que las lágrimas acompañen, el recuerdo hermoso del vocablo hogar.

La iglesia refuerza nuestros valores

Algo de estas verdades, estuvo en mi mente la primera vez que escuché, el famoso himno: Hogar, dulce hogar. Allí estaba mi hermano y pastor misionero estadounidense, mi padre espiritual Carlos B. Clark, era el domingo 10 de mayo de 1964. Esa inolvidable voz de tenor, se elevó al cielo. Todos estábamos en pie, y al mismo tiempo que lo oía y cantaba también mis recuerdos de mi propio hogar, me hacían coro en lo más profundo de mi alma. No pude más, y las lágrimas traicionaron mi compostura que yo intentaba mostrar de ser un joven sin ese tipo de sentimientos. ¡Me enamoré del himno! Y esa semana en las horas del descanso y el almuerzo, conjuntamente con mi compañero de trabajo y hermano en Cristo, Orestes Martín Ramos -un cubano residenciado en Venezuela-, sacó su instrumento típico, el tres cubano y empezamos a cantarlo para aprenderlo de memoria.

¿Cómo nació el himno “Hogar dulce hogar”

El autor del himno fue el estadounidense John Howard Payne (1791-1852). Payne fue muchas cosas en su vida: actor, dramaturgo, escritor, viajero incansable, poeta y estadista. En uno de sus múltiples viajes, en Milán, Italia, Payne, recibió la inspiración que se hizo poema y canción: Hogar, dulce hogar. “Hogar de mis recuerdo,/ a ti volver anhelo;/ no hay sitio bajo el cielo/mas dulce que el hogar.” Así lejos de su hogar, la nostalgia y su talento se unieron para dejarnos este poema tan hermoso. John Payne, nunca se casó. Es posible que las mujeres querían hogar mucho más firme que lo que él ofrecía. En 1842 el décimo presidente de Estados Unidos John Tyler Jr, nombra a John Payne el cónsul de Estados Unidos en Túnez. Allí muere el 10 de abril de 1852. En 1883, sus restos fueron traslados a Estados Unidos, y está enterrado en Washington DC. Su poema y su canción, fue homenajeada de muchas maneras en toda la nación. Desde,1970, John Payne, forma parte del Salón de la fama de compositores del país norteño.

El hogar no nace, se hace

Es muy posible que usted ahora esté al frente o integre un sitio que Dios le dio para vivir; por favor, ¡hágalo un hogar, dulce hogar! Como lo pensó el proverbista cuando escribió:

“Con sabiduría se edificará la casa
Y con prudencia se afirmará;
Y con ciencia se llenarán las cámaras
De todo bien preciado y agradable.”
Proverbios 24:3,4 (RV60).

“Hogar, mi dulce hogar.”

Todavía no sé a quien se le ocurrió incluir esa canción en El Nuevo Himnario Bautista de la CBP. Pero la verdad es que   esa canción popular venida a himno, se cantaba mucho en nuestras iglesias, sobre todo el Día de las Madres, en aquellos años de mi llegada a mi familia espiritual de la Misión Bautista Emanuel de Chacaíto, Caracas. Pero lo cierto también, es que me ha acompañado toda mi vida ministerial y aunque no cause el mismo efecto que en este campesino tuvo en aquella primera vez que lo escuchó -al recordar el humilde hogar y familia en donde nació-. Con todo, el poema es y será bendición para los que amamos al hogar y a la familia, aquí se los dejo:

Hogar, mi dulce hogar
1
Hogar de mis recuerdos, a ti volver anhelo;
no hay sitio bajo el cielo más dulce que el hogar.
Posara yo en palacios, corriendo el mundo entero,
a todos yo prefiero mi hogar, mi dulce hogar.
Coro:
¡Mi hogar, mi dulce hogar!
no hay sitio bajo el cielo
más dulce que el hogar.
2
¡Allí la luz del cielo desciende más serena,
de mil delicias llena la dicha del hogar!
Allí las horas corren más breves y gozosas,
allí todas las cosas recuerdan sin cesar.
3
Más quiero que placeres, gozar en tierra extraña,
volver a la cabaña de mi tranquilo hogar.
Allí mis pajarillos me alegran con sus cantos;
allí con mil encantos, está la luz de paz.
(ENHP #166,undécima edición 1975, CBP, el Paso, Texas)

Oración:
Padre eterno:
Antes de que el mundo fuese, escogiste mi hogar en donde vine a este mundo. Por tanto no soy un accidente en esta tierra ni en el universo. ¡Gracias SEÑOR por traerme a ti con tus lazos de amor! Pero no solamente a mí, sino a todo aquel que cree, se arrepiente y pone su fe, confianza, amor y esperanza en ti. Ayúdame a ser bendición para mi familia y los demás que me rodean. En el nombre de JESÚS. Amén.
Perla de hoy:
Ningún lugar puede superar a un hogar piadoso en las enseñanzas sobre Dios y Su Palabra.
Interacción:
¿Qué me dice Dios hoy por medio de su Palabra?
¿Existe alguna promesa a la cual pueda aferrarme?
¿Existe alguna lección por aprender?
¿Existe alguna bendición para disfrutar?
¿Existe algún mandamiento por obedecer?
¿Existe algún pecado por evitar?
¿Existe algún pensamiento para llevarlo conmigo?

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