Francisco Aular
perlasdelalma@gmail.com
Lectura devocional: Juan 19:17-30
“Y él, cargando su cruz, salió al lugar llamado de la Calavera, y en
hebreo, Gólgota; y allí le crucificaron, y con él a otros dos, uno a cada lado,
y Jesús en medio. Juan 19:17,18 (RV60)
Vamos al Calvario y contemplemos
a JESÚS
Hace dos mil años cuando JESÚS
subió la cuesta del Calvario, el Gólgota estaba afuera de la ciudad de
Jerusalén. Hoy existe allí un templo que la religión edificó desde los tiempos
de Constantino, pero todavía afuera del majestuoso edificio religioso, se puede
ver un lugar como lo describen los evangelios. Cuando hace 30 años visité al
lugar, todavía la roca del Monte del Calvario, tiene la forma de Calavera.
Había mucha gente a mi alrededor, pero mi mente y corazón estaban contemplando
a CRISTO crucificado, como lo definió un poeta anónimo del siglo de oro de la
poesía española.
No me mueve, mi Dios, para quererte
el cielo que me tienes prometido,
ni me mueve el infierno tan temido
para dejar por eso de ofenderte.
Tú me mueves, Señor, muéveme el verte
clavado en una cruz y escarnecido,
muéveme ver tu cuerpo tan herido,
muévenme tus afrentas y tu muerte.
Muéveme, en fin, tu amor, y en tal manera,
que aunque no hubiera cielo, yo te amara,
y aunque no hubiera infierno, te temiera.
No me tienes que dar porque te quiera,
pues aunque lo que espero no esperara,
lo mismo que te quiero
te quisiera.
¡Vamos al Calvario y
escuchemos las Siete Palabras de JESÚS!
Primera palabra, perdón total:
“Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen”(Lucas 23:34).
Segunda palabra, seguridad
total:
“De cierto te digo que hoy estarás conmigo en el paraíso” (Lucas 23:43).
Tercera Palabra, provisión
total:
“Mujer, he ahí tu hijo” Después dijo al discípulo: He ahí tu madre”.... (Juan 19:26,27).
Cuarta palabra, soledad
total:
“Eloi, eloi, ¿lama sabactani? Que traducido es: Dios mío, Dios
mío, ¿por qué me has desamparado?” (Marcos 15:34; Mateo 27:46).
Quinta palabra,
identificación total
“Tengo sed.” (Juan 19:28)
Sexta palabra, cumplimiento
total
“Consumado es” (Juan19:30)
Septima palabra: confianza total
“Padre en tus manos encomiendo mi espíritu” (Lucas 24:46)
¡Vamos al Calvario porque
JESÚS pagó el precio de nuestra salvación!
Todo lo que vale la pena en esta vida tiene un precio
para pagar y la salvación del ser humano es importante para nuestro amado Dios.
El gran apóstol Pablo, pensando en esto escribió: “El cuerpo
de ustedes es como un templo, y en ese templo vive el Espíritu Santo que Dios
les ha dado. Ustedes no son sus propios dueños. Cuando Dios los salvó, en
realidad los compró, y el precio que pagó por ustedes fue muy alto. Por eso
deben dedicar su cuerpo a honrar y agradar a Dios.” (1 Corintios 6:19,20 NTV). Esto
lo podemos ver mejor cuando usted consulta, ve o escucha cualquier pieza de
literatura, escultura o de música. ¡Existe porque alguien pagó el precio!
¿Usted habrá oído acerca de la gran obra musical
dedicada a JESÚS llamada “El Mesías” de G.F Handel (1685-1759). Este gran
músico alemán-inglés, ya era famoso cuando escribió su mundialmente conocido
oratorio. Fue un genio de la
música, en su juventud conquistó grande audiencias en diferentes países de
Europa. Pero luego pasó por diversos problemas que lo hundieron en profunda
depresión. Parecía que su brillante carrera había terminado. Obviamente su
salud empeoraba sin ningún remedio. Sin dinero y solitario , transitó por las
calles de Londres de acuerdo a su propio testimonio porque él era un creyente y
estudioso de la Biblia, se preguntaba: “Dios mío, Dios mío ¿por qué me has
desamparado?”
Después
de algunos de esos paseos con los hombros caídos y sin fuerzas, regreso a su
casa. Su fiel mayordomo lo esperaba con un paquete que el correo le había
traído donde un amigo literato le enviaba un manuscrito y esperaba que G.F.
Handel, le pusiera música. Con desgano abrió el correo y se sentó al piano y
empezó a componer, ¡sin detenerse
por 17 horas!... Cuando
terminó el coro del Aleluya, dijo a su asistente: "Creo que he visto el
cielo delante de mí, y también a Dios." Otros dicen que su mayordomo lo
encontró arrodillado, con lágrimas en sus ojos, mientras se levantaba exclamó:
“Yo ayudé a crucificar a mi SEÑOR, MESÍAS y REY…” Como lo sabemos, el oratorio
El Mesías fue estrenado el 13 abril de 1742. El rey Jorge II de Inglaterra,
asistió al estreno en Londres, se emocionó tanto que al llegar a la última
parte del coro Aleluya, se puso en pie con todos sus colaboradores. Desde entonces,
sea Navidad o en la llamada Semana Santa ¡Nadie escucha sentado a esta parte
del Oratorio El Mesías!
¡Vamos al Calvario! ¡No seas
indiferente al hecho más grande de la historia de la Salvación! ¡Busca al “SEÑOR
mientras pueda ser hallado”!
Oración:
¿Qué tengo yo que mi amistad procuras?
¿Qué interés se te sigue, JESÚS mío,
que a mi puerta, cubierto de rocío
pasas las noches del invierno oscuras?
!Oh, cuánto fueron mis entrañas duras,
pues no te abrí! !Qué extraño desvarío
si de ingratitud el hielo frío
seco las llagas de tus plantas puras!
!Cuántas veces el ángel me decía:
“Alma, asómate ahora a la ventana,
verás con cuánto amor llamar porfía”!
!Y cuántas, hermosura soberana,
“Mañana le abriremos”-respondía-
para lo mismo responder mañana.
Lope de Vega
Perla de hoy:
¿Seremos indiferentes al
precio que pagó en el Calvario nuestro amado JESÚS? La vida es breve, respóndele
al SEÑOR.
Interacción:
¿Qué me dice Dios hoy por medio de su Palabra?
¿Existe alguna promesa a la cual pueda aferrarme?
¿Existe alguna lección por aprender?
¿Existe alguna bendición para disfrutar?
¿Existe algún mandamiento a obedecer?
¿Existe algún pecado a evitar?
¿Existe algún pensamiento para llevarlo conmigo?
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