jueves, 31 de mayo de 2018

¿Qué es un hogar?

Francisco Aular
Lectura devocional: Efesios 5:15-20  
Anímense unos a otros con salmos, himnos y canciones espirituales. Canten y alaben al Señor con el corazón. Efesios 5:19 (NVI)

Puesto que las palabras iglesia, familia u hogar se usan indistintamente en los escritos paulinos para describir  lugares y personas, como lugar, en donde los cristianos nacidos de nuevo pueden lograr el máximo de su potencialidad espiritual, emocional y física; y en cuanto a personas, por la interacción que se da entre esos cristianos nacidos de nuevo.  Me parece que el versículo de hoy, es muy útil para describir el ambiente que debe reinar en un hogar cristiano. Cuando digo hogar, quiero resaltar mil recuerdos preciosos que seguro vienen a nuestras mentes; posiblemente recordamos al padre y a la madre y a sus conductas piadosas, esos padres verdaderamente guiados por principios bíblicos, y que principalmente los domingos, hacían ajustes para llegar temprano a la reunión de la iglesia. Entonces, veíamos a papá prepararnos el desayuno para ayudar a mamá que nos vestía, porque, que luciéramos bien era para ella un deleite. Luego, compartíamos el desayuno, en donde el viejo mostraba siempre que la cocina no le era un lugar extraño. Al estar listos, orábamos antes de salir de casa, hacíamos todo por llegar de primeros, porque la puntualidad, era algo que no se discutía como valor, sino que se practicaba. Ese tiempo en la iglesia con los amiguitos, los maestros de la clase bíblica, los cantos de toda la congregación, y el mensaje de la Palabra de Dios, expuesta por el pastor con claridad y vehemencia, son inolvidables, ¡diéramos cualquier cosa por volver a la vieja capilla y disfrutarlos otra vez! Después del servicio, compartir con aquella gente especial que habíamos adoptado como nuestra propia familia. ¡Ir a la iglesia era algo tan hermoso que asistíamos por la mañana y por la noche!

Tal vez, al decir hogar, vienen a nuestra mente la música cristiana que resonaba en toda la casa; esos recuerdos de los viajes largos con papá y mamá cantando y nosotros haciendo coro en el asiento trasero. A lo mejor, también vienen a nuestra mente y corazón, el respeto que principalmente, nuestro padre mostraba hacia mamá y sus familiares, y a lo cual, mamá respondía igualmente con los familiares de papá.

Allí, en el hogar, la Biblia no era un libro para adorno y para llevarlo debajo del brazo a la iglesia, nada más. No. La Biblia se leía diariamente y papá, principalmente, dirigía la oración. Los valores sembrados por la Palabra de Dios y cultivados por nuestros padres, son todavía norma y guía. Niños al fin, a veces nos poníamos rebeldes, y peleábamos entre nosotros, pero la disciplina bien aplicada por nuestros padres, nos enseñaron a pedir perdón y a perdonar. Pues bien, así pasamos por diferentes etapas, pero allí estaba el dulce hogar, la casa, nuestra familia que era una “iglesia en miniatura”, y la iglesia “la familia grande”, ambas, siempre estaban listas para ayudarnos a ser hombres y mujeres de bien. De esta manera,  nuestros padres cumplieron; hoy es nuestra responsabilidad servir de puente y hacer que esta herencia pase a la próxima generación. En realidad, muchos años han pasado. Papá y mamá ya se fueron, pero al mirar esos días lejanos de nuestra niñez, adolescencia y juventud, damos gracias a Dios por la herencia cristiana que nos dejaron. ¡Eso es un hogar!

Oración:
Padre eterno:
Padre eterno ¡cuán breve es nuestro paso por esta vida! Ayúdame a ser una bendición en mi hogar, en mi familia y en mi iglesia, e influir positivamente en su ambiente. En el nombre de JESÚS, amén.
Perla de hoy:
Haz que tu hogar sea un castillo, y que la comida más simple, sea digna de reyes.
Interacción:
¿Qué me dice Dios hoy por medio de su Palabra?
¿Existe alguna promesa a la cual pueda aferrarme?
¿Existe alguna lección por aprender?
¿Existe alguna bendición para disfrutar?
¿Existe algún mandamiento por obedecer?
¿Existe algún pecado por evitar?
¿Existe algún pensamiento para llevarlo conmigo?

miércoles, 30 de mayo de 2018

El camino de la grandeza familiar

Francisco Aular
perlasdelalma@gmail.com
Lectura devocional: Salmo 127
Los hijos son un regalo del Señor; son una recompensa de su parte. Los hijos que le nacen a un hombre joven  son como flechas en manos de un guerrero. ¡Qué feliz es el hombre que tiene su aljaba llena de ellos! Salmo 127:3,4 (NTV)

Charles R. Swindoll en su libro Afirme sus valores, comparte una bella ilustración a través de una leyenda, de lo que en esencia marcaría la pauta del segundo momento o etapa de la familia: “Entre las leyendas hay una que habla de un superintendente y mirón medieval, que preguntó a tres albañiles de una obra que estaban haciendo. El primero contestó que ponía ladrillos; el segundo describió su tarea de cómo edificar un muro; pero aquel que demostró verdadera estima por su trabajo fue el tercero, cuando dijo: “Estoy construyendo una gran catedral”. Haga la misma pregunta a dos padres cualquiera en relación con su papel en la familia y probablemente obtendrá el mismo tipo de contraste. El primero, puede que diga: “Estoy manteniendo a una familia”; pero el segundo vea las cosas de un modo diferente, y exprese: “Estoy criando hijos”. Aquel considera que su trabajo es poner pan en la mesa; pero éste, ve las cosas desde la perspectiva de Dios: está participando en la formación de vidas humanas.

¡Qué precioso momento cuando llegan los hijos al hogar! “Los hijos son un regalo de Dios”. “Son como flechas en manos de un guerrero.” ¡Disparemos esas flechas hacia el blanco de la voluntad de Dios! Sin embargo, requerirá que nos concentremos en amarlos, guiarlos y educarlos para que sean hombres y mujeres de bendición tanto en la vida familiar, como en la eclesiástica, y en la sociedad. El hogar es el lugar apropiado para sembrar los valores que los harán seres útiles en medio de un mundo necesitado de lo puro y lo grande. En esta etapa tenemos muy poco tiempo para hacer de ese pequeñín, un monstruo o un  santo. De las instituciones que Dios ha creado para que los seres humanos puedan aprender sus deberes y derecho como: la familia, el estado, la escuela y la iglesia. ¡Nadie puede superar la familia en producir a hombres y mujeres de bien!
Pensando en esto de la responsabilidad de los padres en la buena crianza de sus hijos, está corriendo por la red del Internet, un escrito que editó el Departamento de Policía de Houston, Texas, cuyo título es “Como criar hijos delincuentes”, dice así:

1.   Déle a su hijo todo lo que pida. Pensará que tiene derecho a obtener todo lo que desea.
2.   Ríase cuando su hijo diga malas palabras. Crecerá pensando que el irrespeto es divertido.
3.   Jamás reprenda a su hijo por su mal comportamiento. Crecerá pensando que no existen reglas en la sociedad.
4.   Recoja todo lo que su hijo desordena. Crecerá creyendo que otros deben hacerse cargo de sus responsabilidades.
5.   Permítale ver cualquier programa de televisión. Crecerá creyendo que no hay diferencias entre ser niño y ser adulto.
6.   Dé a su hijo todo el dinero que pida. Crecerá pensando que obtener dinero es fácil y no dudará en robar para conseguirlo.
7.   Póngase siempre de parte de él, contra vecinos, maestros y policías. Creerá que lo que él hace siempre está bien y son los otros lo que están mal.
“Siguiendo estas instrucciones le garantizamos que su hijo será un delincuente y nosotros tendremos una celda lista para él.”

Si alguien le pregunta que está haciendo de importante en su vida, responda: Estoy levantando una familia para la gloria de Dios, porque la Biblia dice: Los hijos son un regalo del Señor; son una recompensa de su parte.  Los hijos que le nacen a un hombre joven son como flechas en manos de un guerrero. ¡Qué feliz es el hombre que tiene su aljaba llena de ellos!
    No pasará vergüenza cuando enfrente a sus acusadores en las puertas de la ciudad. Salmo 127:3-5 (NTV) Sí, este el camino de la grandeza familiar.
Oración:
Amado Padre Celestial:
Tú diseñaste el matrimonio y la familia para que el ser humano sea feliz. Gracias te doy por mi familia e invoco tu bendición sobre cada familia y hogar en cualquier lugar, ya sea una choza, una cabaña, en las granjas o en las ciudades; haz que en cada hogar se sienta tu presencia e influencia bienechora. En el nombre de JESÚS, amén.
Perla de hoy:
Tener flechas no te hace un buen arquero, ni tener hijos un buen padre.
Interacción:
¿Qué me dice Dios hoy por medio de su Palabra?
¿Existe alguna promesa a la cual pueda aferrarme?
¿Existe alguna lección por aprender?
¿Existe alguna bendición para disfrutar?
¿Existe algún mandamiento a obedecer?
¿Existe algún pecado a evitar?
¿Existe algún pensamiento para llevarlo conmigo? 

martes, 29 de mayo de 2018

Bendición generacional

Francisco Aular      
perlasdelalma@gmail.com
Lectura devocional: Salmo 102
Nuestros hijos y nuestros nietos estarán a tu servicio, como lo estamos nosotros, y vivirán contigo para siempre". Salmo 102:28 (LBLA)

Mi inolvidable maestro el Dr. Roy Lyon, nos decía a sus estudiantes: “Si una generación cristiana se calla, la próxima no será cristiana” Lo mismo podemos afirmar en cuanto a la familia. Si perdemos la familia de hoy perderemos la familia del futuro. Existen fortalezas ideológicas dirigidas por el enemigo de Dios que tienden a destrozar las verdades fundamentales de la fe cristiana en nuestros hijos. En efecto, hoy aún en los países que han disfrutado por generaciones de las bendiciones de familias con valores cristianos, y sobre ellos edificaron sus sociedades y países -el escepticismo filosófico de nuestra educación en general, los ha minado- han logrado sacar la Biblia y la oración de las escuelas públicas, y el resultado lo tenemos a la vista. Hoy la confusión religiosa, la violencia y hogares destruidos son distintivos de nuestra sociedad. ¡Hasta en las mismas iglesias el analfabetismo bíblico reina! La Escuela Dominical, con su influencia en toda la familia en la enseñanza de la Biblia a todas las edades, se ha dejado como un fósil del pasado. Hoy más que nunca, los padres cristianos, sea cual fuere la iglesia o denominación religiosa, necesitamos volver a la Palabra de Dios, incrementar la enseñanza viva del poderoso Evangelio dada a nuestros hijos, especialmente, desde el hogar.

En consecuencia, creo con todo mi corazón que hay promesa de una bendición generacional para nuestros hijos y nietos en la Palabra de Dios. Más aún,  la Biblia está llena de amonestaciones para que nos aseguremos la fe cristiana en nuestros hijos hoy, y, ellos se encargarán de la vida espiritual de nuestros nietos y demás generaciones en el futuro. Dios dijo a Moisés: “Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma y con todas tus fuerzas. Grábate en el corazón estas palabras que hoy te mando. Incúlcaselas continuamente a tus hijos. Háblales de ellas cuando estés en tu casa y cuando vayas por el camino, cuando te acuestes y cuando te levantes. Átalas a tus manos como un signo; llévalas en tu frente como una marca; escríbelas en los postes de tu casa y en los portones de tus ciudades.” (Deuteronomio 6:5-9 NVI). El apóstol Pablo dos mil años después del Sinaí, exclama: “Y ustedes, padres, no hagan enojar a sus hijos, sino críenlos según la disciplina e instrucción del Señor.” (Efesios 6:4 NVI). Igualmente en su carta a su hijo espiritual Timoteo, le recuerda: “Trayendo a la memoria la fe no fingida que hay en ti, la cual habitó primero en tu abuela Loida, y en tu madre Eunice, y estoy seguro que en ti también.” (2 Timoteo 1:5 RV60). Como vemos el deber y privilegio de educar a los hijos, según las Sagradas Escrituras, no recae principalmente sobre las iglesias, muchos menos sobre las escuelas, sino sobre los padres y madres. No puedo describir mi estado emocional de felicidad, cuando veo a una pareja que he casado que vienen a mí, trayendo a sus hijos para dedicarlos al Señor, después me anuncian que sus hijos han aceptado el regalo de la vida eterna en JESÚS, y luego, cuando son adolescentes, se me acercan, diciéndome: “¡pastor quiero bautizarme!” Sé que esa bendición comenzó en el hogar.

¿Serán cristianos nuestros hijos y nietos? Como los psicopedagogos nos afirman, los primeros años son importantísimos para la formación del carácter de nuestros niños. En la adolescencia, los años terribles del ser humano la enseñanza de la Palabra de Dios, obtenida en el hogar es un baluarte para sostenerlos, y conducirlos a la victoria. Por eso, ya la Biblia lo afirmó, miles de años antes, respondiendo la pregunta, con un rotundo sí. Pero es necesario que los padres asuman la enseñanza de sus hijos. Así, el sabio Salomón, aconsejó: “Instruye al niño en su camino y aun cuando fuere viejo, no se apartará de él”. (Proverbios 22:6 RV69). Entonces, Dios no da en este versículo, un mandato y una promesa. Obedezcámoslo sin dudar y veremos el cumplimiento de nuestro versículo hoy: “Nuestros hijos y nuestros nietos estarán a tu servicio, como lo estamos nosotros, y vivirán contigo para siempre". Salmo 102:28 (LBLA)

Como todo en la vida, los que llegamos primero saldremos primero de este mundo, pero nuestros nietos y bisnietos: ¡Levantarás sus voces y enseñarán a sus hijos a estar firmes y constantes en las enseñanzas eternas de la Palabra de Dios, cuando ya no estemos! Esa es la herencia y nuestro legado. Nosotros cumplimos ahora les toca a ustedes. Sea cual sea la situación difícil que enfrentes con tus hijos hoy, aférrate a la promesa de Dios sobre tus hijos, ora y confía en el Señor, no desmayes.  Sé en lo profundo de mi ser que nuestros hijos y nietos tendrán también: Bendición generacional.

Oración:
Amantísimo Padre Celestial:
Hoy vengo delante de Ti, porque Tú eres el Creador de la familia y sé que sabes mejor que yo, cómo debe funcionar. Ayúdame a ser fiel en la enseñanza verbal, y en mi carácter y firmeza en la Palabra de Dios, en el nombre de JESÚS, amén.
La Biblia es la brújula divina en nuestras manos que nos señala la dirección correcta.
Interacción:
¿Qué me dice Dios hoy por medio de su Palabra?
¿Existe alguna promesa a la cual pueda aferrarme?
¿Existe alguna lección por aprender?
¿Existe alguna bendición para disfrutar?
¿Existe algún mandamiento por obedecer?
¿Existe algún pecado por evitar?
¿Existe algún pensamiento para llevarlo conmigo? 

lunes, 28 de mayo de 2018

Cuando los viejos se van

perlasdelalma@gmail.com
Lectura devocional: Josué 24:14-31
 Después de  eso, Josué, hijo de Nun y siervo del Señor, murió a los ciento diez años de edad. Josué 24:29 (NTV)

La muerte espiritual tuvo su entrada desde el mismo momento en que Adán y Eva la experimentaron al ser expulsados del paraíso celestial, y al declararse ellos enemigos de Dios. Luego de esto vino la muerte física, la cual ha sido un verdadero y doloroso misterio para el ser humano. Los filósofos griegos que ahondaron en muchas cosas de la vida, escribieron: “Cada uno de nosotros deja la vida cuando llega su último instante con el sentimiento de que apenas acaba de nacer”; algunos han dicho que “se empieza a morir cuando se nace”. Muerte significa, ante todo, separación, por ello está rodeada de sufrimiento, dolor y llanto. Cuando nacemos de nuevo “pasamos de muerte a vida” (Efesios 2:1,2).

La muerte, como separación espiritual entre Dios y el ser humano ha sido eliminada al llegar a nosotros la vida Zoé, es decir, ¡JESUCRISTO!: Y este es el testimonio que Dios ha dado: él nos dio vida eterna, y esa vida está en su Hijo. El que tiene al Hijo tiene la vida; el que no tiene al Hijo de Dios no tiene la vida” (1 Juan 5:11,12. NTV). En el terreno espiritual de nuestra relación con Dios, ¡viviremos para siempre!, pero, todavía, como seres humanos, moriremos a esta vida humana que poseemos. Es innegable que la separación, como en toda despedida, habrá tristeza y lágrimas. ¡Pero tenemos todavía la esperanza viva de la resurrección, esta verdad nos sostiene! Especialmente, cuando los viejos se van: Y ahora, amados hermanos, queremos que sepan lo que sucederá con los creyentes que han muerto, para que no se entristezcan como los que no tienen esperanza. Pues, ya que creemos que Jesús murió y resucitó, también creemos que cuando Jesús vuelva, Dios traerá junto con él a los creyentes que hayan muerto” (1 Tesalonicenses 4:13,14. NTV).


Todo esto estaba en mi mente cuando nuestro amado viejo, don Enrique Dámaso Fernández (1919-2002), mi amado suegro y padre partió con el Señor, hace dieciséis años. A continuación lo que escribí en su memoria, el 18 de agosto de 2002: "Hace exactamente un mes, que nuestro amado padre Enrique Dámaso partió para estar con el Señor. No ha sido fácil desprenderse de nuestro viejo. Es algo que nos pega muy adentro saber que no nos estará esperando en el aeropuerto cuando retornemos a Venezuela. Ni  presidiendo la mesa en nuestras comidas. No escucharemos el serrucho cortando las tablas para los textos bíblicos que él y la abuela han     elaborado por más de treinta años y que son adornos en las paredes de hogares de muchos países. No escucharemos su bendición de los alimentos en su manera tan peculiar en que siempre lo hizo. No lo veremos señalando, en su galería de fotos  familiares, a sus cuatro hijos, sus dieciocho nietos y nueve bisnietos. No lo veremos trabajando en el jardín del templo, porque siempre pensó que el lugar en donde se adora a Dios debe ser el más hermoso de la comunidad. Nos quedan sus consejos, su vida ejemplar y esa disciplina que siempre lo mantuvo al frente de sus responsabilidades en su hogar, su trabajo y la iglesia.

Todo en la casa está lleno de él; con sus manos hizo cada pieza de ella y con su esposa Lola levantó el hogar por más de sesenta años. ¿Cómo olvidarlo? En hombros de sus amigos y familiares lo llevamos al panteón. Hubo mensaje de un hasta luego que me tocó pronunciar y que terminé recitándole el poema: “Cuando el viejo se nos va”. Mary lo despidió con las palabras que sólo una hija como ella puede pronunciar, llena de esa paz que el Señor nos da en momentos como esos y su hijo el pastor Enrique Dámaso, cerró la ceremonia con la oración de despedida. Sus restos descansan en una colina y bajo las sombras de un árbol. Desde allí uno puede ver parte de la ciudad de Caracas, la capital venezolana que le dio la bienvenida hace 40 años cuando llegó en el barco que lo trajo del puerto del Vigo, España. Venía lleno de entusiasmo, con mucha fe y con la disponibilidad  de surgir desde cero, como todo inmigrante. 

El hospital Ortopédico Infantil le abrió las puertas y nunca se las cerró, ni siquiera, después de su jubilación en 1985. Es imposible saber el número de los niños de ayer, hombres y mujeres de hoy que pasaron por sus manos para hacerlos andar e integrarse dignamente al campo laboral de la nación. No sabemos los tiempos de Dios, pero descansamos en la seguridad de que nos volveremos a encontrar, y cuando lleguemos nosotros al Puerto, don Enrique nos diga con su inconfundible voz con acento gallego: “¡Bienvenidos! Hace mucho tiempo que os esperaba”.

Cuando los viejos se van
Francisco Aular
Toronto, 18 de julio de 2012
Permíteme proclamar tu poder a esta nueva generación, tus milagros poderosos a todos los que vienen después de mí. (Salmo 71:18b. NTV)
              I
Cuando los viejos se van
se produce tal vacío
que no lo pueden llenar
ni el llanto ni los suspiros.
Cuando los viejos se van
es como cerrar un libro
que nos enseñó a ser sabios
y quedamos de él, cautivos.
Cuando los viejos se van
se va aquel soplo divino
que produjo la partícula
que selló nuestro destino.
Cuando los viejos se van
para siempre cierra el ciclo:
Enamoramiento y boda,
la llegada de los hijos…
El arribo de los nietos,
y aquel amor infinito.
Cuando los viejos se van
se queda cuanto le dimos:
Honra, amor y respeto
como sus nietos e hijos.
Cuando los viejos se van
siempre decimos lo mismo:
“Se marcharon lentamente
que casi no lo supimos,
solo cabe recordarlos,
como si estuvieran vivos.”
                 II
Cuando los viejos se van
se va un pedazo de patria,
una parte de nosotros,
se va una porción del alma,
la parte de nuestra historia
celosamente guardada.
Cuando los viejos se van
nos dejan siempre grabadas
esa imagen de sus sueños,
las alas de la esperanza.
Y la herencia incorruptible
que los abuelos hablaban:
La fe firme en Jesucristo,
la confianza en la Palabra.
Que la asistencia a la Iglesia
nunca fuera descuidada…
Cuando los viejos se van
seguiremos sus pisadas
en esta vida cristiana:
Obedecer al Señor, con amor,
sin reservas y sin  retiradas.
Cuando los viejos se van
se produce tal vacío
que no lo puede llenar
ni el llanto ni los suspiros. 

viernes, 25 de mayo de 2018

Cuando los hijos se van

Francisco Aular
perlasdelalma@gmail.com
Lectura devocional: Salmos 127-128
Que el Señor te bendiga continuamente desde Sión;
    que veas prosperar a Jerusalén durante toda tu vida. Que vivas para disfrutar de tus nietos. ¡Que Israel tenga paz! Salmo 128:5,6 (NTV)
En los Salmos 127 y 128, encontramos cuatro momentos o etapas principales por las que atraviesa una familia, estas son: La familia en su fundación, desde la boda a la llegada del primer hijo (Salmo 127:1,2); la familia y sus hijos emprendiendo juntos el camino de la grandeza familiar (Salmo 127:3-5); el tercer momento, la familia y el cumplimiento de su propósito, la Biblia es una escuela para padres (Salmo 128:1-3; y, finalmente la familia y el nido vacío (Salmo 128:4-6). Todos estos momentos son importantes dentro del poco espacio y tiempo en que estaremos en este mundo.
Cuando los hijos se van
Que vivas para disfrutar de tus nietos.”
Salmo 128:4 (NTV)
Francisco Aular
Toronto, 22 de junio de 2012
Cuando los hijos se van
se queda el nido vacío…
Y nos dejan los recuerdos
de los momentos vividos.
Cuando los hijos se van
se van como los tuvimos,
como el regalo de Dios
que iluminó el camino.
Como flechas disparadas
que dan en el blanco mismo,
cultivados en el hogar
como una planta de olivo.
Cuando los hijos se van
a cumplir con su destino
buscamos en todo lugar…
Sus travesuras, sus gritos…
Allí crecieron en la fe
que con fe les infundimos:
Confianza en las Escrituras
que es el Libro de los libros;
que el cielo es un regalo
que comprara Jesucristo.
Cuando los hijos se van
nos quedamos sorprendidos
ojeando aquel álbum viejo
ver que no somos los mismos,
que el tiempo pasó veloz
como el fluir de los ríos;
como el brillar de las estrellas
en negras noches de estío.
Se sienten lágrimas tibias
entre suspiro y suspiro…
Que cumplimos la tarea:
¡Darle crianza a nuestros hijos!
Cuando los hijos se van
se queda un rosal marchito
que solo vuelve a brotar
con los hijos de los hijos…
¡Esos alborotadores
que nos movieron el piso!
Con solo verlos venir
sin pedir nuestro permiso.
Galopando en nueva historia
al cerrar nuestro capítulo…
Cuando los hijos se van
se queda el nido vacío…
Y nos dejan los recuerdos
De los momentos vividos.
Oración:
SEÑOR gracias por compartir con el ser humano el privilegio y responsabilidad de ser padres por tu gracia. SEÑOR, hazme brillar para que mis hijos y nietos, vean y encuentren el verdadero propósito de la vida. Dame constancia, pasión por ti, amor, fe y valor para sentirte en nuestro hogar primero, y después con mi familia, compartir que contigo, sí se puede. En el nombre de JESÚS. Amén.
Perla de hoy:
La formación del carácter de tus hijos y tus nietos en el futuro, depende de lo que hagas con Dios, Su Palabra y Su Iglesia, hoy.
Interacción:
¿Qué me dice Dios hoy por medio de su Palabra?
¿Existe alguna promesa a la cual pueda aferrarme?
¿Existe alguna lección por aprender?
¿Existe alguna bendición para disfrutar?
¿Existe algún mandamiento por obedecer?
¿Existe algún pecado por evitar?
¿Existe algún pensamiento para llevarlo conmigo?

jueves, 24 de mayo de 2018

Escuela para padres

Francisco Aular
perlasdelalma@gmail.com
Lectura devocional: Salmo 128
Tu esposa será como una vid fructífera, floreciente en el hogar. Tus hijos serán como vigorosos retoños de olivo alrededor de tu mesa. Salmo 128:3 (NTV)

En nuestro calendario denominacional anual, encontramos que mayo es el Mes del Hogar y la Familia. Ciertamente, la familia es tan importante en el plan de Dios para forjar el reino que está en proceso para Su Hijo JESUCRISTO en la eternidad futura que la Segunda Persona de la Trinidad, vino a este mundo, en el seno de una familia. En efecto, la Biblia es un Manual para que la familia se forme, desarrolle y cumpla su propósito eterno que estuvo en la Mente de Dios antes de la formación del mundo. Por sobre todo, es una escuela para padres.

En efecto, toda la Biblia es una escuela que nos forma para la vida, “en quien están escondidos todos los tesoros de la sabiduría y el conocimiento” (Colosenses 2:3 RV60), sus verdades están abiertas delante de nosotros porque cada día que pasa, tú y yo, estamos escribiendo la historia de nuestras vidas con lo que somos y hacemos, y será de bendición cuando nuestros hijos estudien su pasado, dentro de algunos años,  y sepan que sus padres, muchas veces fueron al viejo Libro para que ellos fueran tratados “como vigorosos retoños de olivo alrededor de tu mesa”. Es decir, hijos amados en todo tiempo y en toda circunstancia, cultivados para dar lo mejor de sí en todo lo que hagan para la gloria de Dios.

En los Salmos 127 y 128, encontramos cuatro momentos o etapas principales por las que atraviesa una familia, estas son: La familia en su fundación, desde la boda a la llegada del primer hijo (Salmo 127:1,2); la familia y sus hijos emprendiendo juntos el camino de la grandeza familiar (Salmo 127:3-5); el tercer momento, la familia y el cumplimiento de su propósito, la Biblia es una escuela para padres (Salmo 128:1-3; y, finalmente la familia y el nido vacío (Salmo 128:4-6). Todos estos momentos son importantes dentro del poco espacio y tiempo en que estaremos en este mundo.

Las especialidades en consejería para la familia aumentan cada día, si va a una librería buscando textos que traten el tema de la familia, le quedarán muchos peldaños de libros que ni siquiera podrá hojear, hay muchísimos en el mercado; sin embargo, tendrá que tener cuidado porque muchos de esos libros han salido de laboratorios humanos que no contemplan, para nada, la opinión divina. Busque la opinión de comentaristas bíblicos, y usted mismo, bajo la orientación del Espíritu Santo, vaya a la escuela para padres que es la Biblia.

El tercer momento de la familia, es un tiempo agotador puede abarcar unos 20 años, es etapa para educar, corregir, modelar, edificar en amor y disciplina, y finalmente, los enamoramientos de los retoños, posterior casamiento, y quedar de nuevo con el nido vacío como al principio.

Es igualmente interesante notar que el salmista aconseja que todas las etapas de la familia  deben estar bajo la dirección de Dios para que la familia sea feliz: “¡Qué feliz es el que teme al Señor, todo el que sigue sus caminos! Gozarás del fruto de tu trabajo; ¡qué feliz y próspero serás!” (Salmo 128:1,2 NTV). Así que en esta escuela para padres que es la Biblia, debemos aprender a amar a Dios por sobre todas las cosas, y a buscarlo a Él como una acción de nuestra voluntad, mucho más allá de simple experiencia emocional: “Busquen el reino de Dios por encima de todo lo demás y lleven una vida justa, y él les dará todo lo que necesiten. Así que no se preocupen por el mañana, porque el día de mañana traerá sus propias preocupaciones. Los problemas del día de hoy son suficientes por hoy” (Mateo 8:33,34 NTV). Por supuesto, la iglesia en todas las etapas de la familia es un medio de gracia para ayudarnos al triunfo final, y debemos enseñar por medio del ejemplo a nuestros hijos, el compromiso innegociable con nuestra membresía responsable en una iglesia local.

Aunque pareciera que el hogar, el matrimonio y la familia como lo presenta la Biblia, sucumbieran a todos los ataques y por todos los frentes que por diversos enemigos les llega, yo soy optimista, y sé que Dios todavía está con nosotros; Él es nuestra única esperanza. Nuestra oración de hoy es el himno: Danos un bello hogar de B.B. McKinney. ¡Hazlo tuyo y vívelo!
I
Danos un bello hogar:
Donde la Biblia se pueda ver;
Donde tú amor bienestar nos dé;
Donde en ti todos tengan fe.
¡Danos un bello hogar¡
¡Danos un bello hogar¡
II
 Danos un bello hogar:
Donde el padre es fuerte y fiel;
Donde no haya el sabor a hiel,
Donde en su ambiente haya sólo miel.
¡Danos un bello hogar¡
¡Danos un bello hogar¡
III
Danos un bello hogar:
Donde la madre con devoción,
Sepa mostrarnos Tú compasión.
Donde tú habites con santa unción.
¡Danos un bello hogar¡
¡Danos un bello hogar¡
IV
Danos un bello hogar:
Donde los hijos podrán saber
Como Jesús los quiere ver
A su amparo y así vencer.
¡Danos un bello hogar¡
¡Danos un bello hogar¡
(Himnario de alabanza evangélica, número 405, EMH, 1978)
La primera lección de la Escuela para padres es amar a Dios y honrar a los padres. Y esto se aprende en todas las etapas de la familia.
Interacción:
¿Qué me dice Dios hoy por medio de su Palabra?
¿Existe alguna promesa a la cual pueda aferrarme?
¿Existe alguna lección por aprender?
¿Existe alguna bendición para disfrutar?
¿Existe algún mandamiento a obedecer?
¿Existe algún pecado a evitar?
¿Existe algún pensamiento para llevarlo conmigo?