Francisco Aular
perlasdelalma@gmail.com
Lectura devocional: 1 Pedro 1:6-13
Ustedes,
aunque nunca han visto a Jesucristo, lo aman y creen en él, y tienen una
alegría tan grande y hermosa que no puede describirse con palabras. 1 Pedro 1:8
(LBLA)
El doctor Emeterio Gómez,
economista, filósofo y catedrático venezolano, convertido desde la fila del
ateísmo, escribió: “El Cristianismo es el salto formidable de una visión del
Hombre centrada en lo natural, la necesidad, la Razón, la exterioridad y el
mundo, a otra centrada en el Espíritu, la libertad individual, la interioridad,
el alma, la conciencia y la persona. Pero es, sobre todo, el salto espectacular
del pensamiento inerte a la calidez de los sentimientos y, más aún, ¡a la
dureza de los sufrimientos! De los conceptos y Esencias abstractas,
muertas y vacías, a la Existencia, a la vida concreta y fáctica,
"de carne y hueso.” (Emeterio
Gómez, El cristianismo: la gran esperanza, El Universal, Caracas, domingo 29 de marzo, 2009.)
En efecto, desde los primeros
siglos del Cristianismo hasta nuestros días, los discípulos de JESÚS han sido
un enigma y un desafío para aquellos que los contemplan desde lejos, pero que
no ha puesto su única confianza en Cristo Jesús para la salvación eterna. Los
historiadores paganos se maravillaban de que hombres, mujeres y hasta niños se
dejaran despedazar por las fieras, quemar en las hogueras, sufrieran en las
cárceles y, el ostracismo, pero ellos prefirieron padecer, antes que negar su
amor, su fe y su esperanza en JESÚS. El sufrimiento de los cristianos no se ha
detenido a través de los siglos, por ello, en la Edad Media con su terrible
Santa Inquisición, y hasta el día de hoy, hombres, mujeres y niños han continuado
padeciendo por JESÚS y dando sus vidas por Él. ¿Cómo podemos explicar esa
esperanza gloriosa de la vida cristiana, y este fenómeno de devoción tan
extraordinarios?...
Esto es posible porque la
esperanza del Cristianismo está fundamentada en una relación personal con
JESÚS; Pedro nos dice: “Ustedes, aunque nunca ha visto a JESÚS…”, debemos
señalar que, Pedro escribe 30 años después de la resurrección de JESÚS a un
grupo de creyentes perseguidos. Estos eran creyentes, que así como nosotros hoy
en día, habían tenido un encuentro con JESÚS aunque nunca lo habían visto. Dado
que la fe salvadora viene por oír la Palabra de Dios, por eso, no hace falta
demostraciones de fenómenos metafísicos para depositar nuestra fe únicamente en
JESÚS, como nuestro Señor y Salvador. Esta es una decisión individual; Dios
establece con sus hijos una relación personal por medio de JESÚS (Juan 1:12).
Definitivamente, la esperanza del
Cristianismo está en la eficacia indescriptible de nuestra fe viva en JESÚS,
que nos convierte a Él, y nos hace amarlo hasta el fin: Lo aman y creen en él, y tienen una alegría
tan grande y hermosa que no puede describirse con palabras. Deberíamos recordar que Pedro era un testigo de primera
mano de la obra, el carácter, la vida, la muerte y la resurrección de JESÚS.
Pedro había visto la resurrección de JESÚS, y por eso estaba admirado de la
fidelidad al Señor de todos aquellos
que no fueron testigos presenciales de la vida y obra del Señor –incluyéndonos
a nosotros- por el amor, la fe, el gozo y la esperanza que los acompañaba.
Pedro se acuerda, las palabras proféticas que JESÚS, resucitado dijo al
incrédulo Tomás: “… Porque me has visto, Tomás, creíste; bienaventurados los
que no vieron, y creyeron” (Juan 20:29). ¡Usted y yo somos bienaventurados por
la fe salvadora que Dios nos ha dado para creer, aceptar el regalo de salvación
y ser fieles hasta la muerte sin haberlo visto nunca físicamente!
La esperanza del
Cristianismo se apoya en la nueva persona que Dios forma, el “Hombre Nuevo”
(Juan 3:3), el cual no es fruto de nada externo, sino de la metamorfosis que
ocurre de adentro hacia afuera, por el poder del Espíritu Santo y su Palabra.
Así las cosas, el Evangelio no se propone cambiar la sociedad sino al
individuo, y esto lo hace Dios mismo, según Su voluntad. El encuentro
individual con JESÚS es como si uno volviera a nacer. Con esta idea Pablo lo
explica así: “Ahora que estamos unidos a Cristo, somos una nueva creación. Dios
ya no tiene en cuenta nuestra antigua manera de vivir, sino que nos ha hecho
comenzar una vida nueva. Y todo esto viene de Dios. Antes éramos sus enemigos,
pero ahora, por medio de Cristo, hemos llegado a ser sus amigos, y nos ha
encargado que anunciemos a todo el mundo esta buena noticia: Por medio de
Cristo, Dios perdona los pecados y hace las paces con todos” (2 Corintios
5:17-19 LBLA).
De allí que el Apóstol
de la gracia, también escriba a los perseguidos de la Iglesia en Roma: “Que el Dios de la esperanza los llene de toda alegría y paz a ustedes
que creen en él, para que rebosen de esperanza por el poder del Espíritu Santo.”
Romanos 15:13 (NVI). Sí, la fe viva en JESUCRISTO es la única esperanza del ser
humano, y es capaz de producir esperanza en cada discípulo para que rebose de
ella por dónde vaya. Así es la esperanza del Cristianismo.
Oración:
Amantísimo
Padre Celestial:
¡Gracias por
enviarnos a JESÚS a empequeñecerse como uno de nosotros para que fuésemos
engrandecidos! Ayúdame a anunciar por donde yo vaya, estas buenas noticias de
salvación. En el nombre de JESÚS. Amén.
Perla
de hoy:
El Hombre Nuevo es hechura divina
desde el principio hasta el final, para cumplir con el propósito eterno de
Dios.
Interacción:
¿Qué me
dice Dios hoy por medio de su Palabra?
¿Existe
alguna promesa a la cual pueda aferrarme?
¿Existe
alguna lección por aprender?
¿Existe
alguna bendición para disfrutar?
¿Existe
algún mandamiento por obedecer?
¿Existe
algún pecado por evitar?
¿Existe
algún pensamiento para llevarlo conmigo?
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Déjanos tus comentarios