Francisco Aular
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Lectura devocional: Filipenses 4:1-23
¡Vivan con alegría su vida cristiana! Lo he dicho y lo
repito: ¡Vivan con alegría su vida cristiana! Filipenses
4:4 (La Biblia en lenguaje actual)
¡Hoy viviré con gozo!
Porque que Dios puso gozo, puso alegría en mí, el día en que nací de nuevo; sí
el gozo o la alegría del cristiano nacido de nuevo es inseparable de la obra
del Espíritu Santo: “Porque el reino de
Dios no es cuestión de comidas o bebidas sino de justicia, paz y alegría en el
Espíritu Santo” (Romanos 14:17 NVI) Una de las nueve cualidades que
componen el fruto del Espíritu, es la alegría en el cristiano “con gozo del
Espíritu Santo” (1 Tesalonicenses 1:6 RV60) La Biblia me dice que una de las
características de los primeros cristianos era la alegría contagiosa que
poseían: “Y los discípulos estaban llenos de gozo y del Espíritu Santo” (Hechos
13:52 RV60)
¡Hoy viviré con gozo! Y
mostraré a los que me rodean que no es el propósito de Dios que el ser humano
viva una vida negativa, derrotada y miserable. Sé que algunos piensan que ser
cristiano es vivir siempre con la cara larga, triste, retraído y que solo
espera morirse para ser feliz en el más allá. Contrario a esto, la Biblia
afirma que Dios quiere que vivamos con alegría, una vida hasta lo máximo, hasta
la plenitud, JESÚS dijo: “Yo he venido para que tengan vida, y la tengan en
abundancia” (Juan 10:10b NVI)
¡Hoy viviré con
gozo!, la cual hace un efecto contagioso para
todos los que me rodean porque la alegría que ven en mí es la fuerza del amor
de Dios en todo mi ser. Es un gozo que también está unido al hecho de que JESÚS
es mi SEÑOR Y SALVADOR. ¡Qué hermoso es vivir para JESÚS! Y tener plena
confianza en Sus promesas: “Les he dicho esto para que tengan mi alegría y así su alegría sea completa”
(Juan 15:11 NVI) Por otro lado, la alegría
del mundo es pasajera porque su propósito es distraerme, divertirme y muy a
menudo es producto de los placeres pecaminosos del mundo, el demonio y la
naturaleza pecaminosa en todo ser humano.
¡Hoy viviré con gozo! Me empino
sobre mis pies y extiendo mis brazos hacia el cielo en señal de gratitud a mi
Dios eterno quien tuvo misericordia de mí. No merecía su salvación hace 51
años, cuando vine a Él. Todavía esa salvación no la merezco, ni la mereceré.
Por eso, es un regalo que el Padre nos ha dado en JESÚS. Mucho menos merecía el
hecho de que el Espíritu me diera dones y pusiera en mí, cualidades
desconocidas, como Su amor en mí a través del fruto del Espíritu Santo.
Cualquiera que sea mi situación que me toque vivir en medio de un mundo que no
tiene arreglo, a pesar de los problemas y tempestades de la vida, no pierdo de
vista lo que el SEÑOR, me prometió: “En
el último día, el más solemne de la fiesta, Jesús se puso de pie y exclamó: —
¡Si alguno tiene sed, que venga a mí y beba! De
aquel que cree en mí, como dice la Escritura, brotarán ríos de agua
viva. (Juan 7:37-38 NVI)
¡Hoy viviré con gozo!
Porque le creo a JESÚS, y no confío en mis sentimientos que son traicioneros,
deposito mi fe en Sus promesas y tengo fuerzas para vivir en ellas. No se me
promete un riachuelo, ni un goteo; sino: “aquel
que cree en mí, como dice la Escritura, brotarán ríos de agua viva”…En
efecto, “ríos de agua viva” cuyas aguas al compararlas ni siquiera la
maravilla de las Cataratas de Niágara, se le aproximan. No, yo no estoy aquí
para andar quejándome por todo, y echándoles la culpa a otros por lo que me ha
sucedido. No dejaré que nadie, ni nada haga en mí una basura que tape esa
corriente de agua viva para otros.
¡Hoy viviré con gozo! Y
dejaré que esos ríos de aguas vivas circulen a través de mí para calmar la sed
de los demás seres humanos de mi generación. No lo haré en mis propias fuerzas;
sino con la alegría que es la fuerza del amor. Sí, pase lo que pase, seguiré
los consejos paulinos en todo ese precioso capítulo 4 de Filipenses, llamada
con propiedad la Epístola de la alegría: ¡Vivan con alegría su vida cristiana! Lo he dicho y lo
repito: ¡Vivan con alegría su vida cristiana! Filipenses 4:4 (La Biblia en lenguaje actual) Sí, ¡Hoy
viviré con gozo!
Invitación:
He dedicado
mi vida, desde el día en que tuve mi encuentro con la verdad de Dios, a
predicar este maravilloso descubrimiento: La salvación es el regalo del amor de
Dios por el pecador. Pero no se aplica al pecador en forma universalista o
automática: “No todo el que me dice:
Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad
de mi Padre que está en los cielos” (Mateo 7:21 RV60). Es necesario hacer
una decisión y una invitación para que el SEÑOR te perdone tus pecados, te
salve y more en ti para siempre. Si has comprendido lo que hemos estudiado hoy,
y nunca has hecho esta decisión, este es el preciso momento para aceptar este
amor de Dios en tu vida, ¿te gustaría aceptar el regalo de la vida eterna en
JESÚS, y confiar únicamente en Él para la salvación como dice Su Palabra? Si es
así, ora conmigo…
Oración:
“Señor JESÚS, gracias por amarme, vengo ahora delante de Ti sabiendo que
soy un(a) pecador(a) y que Tu moriste por mí. Ahora mismo me arrepiento de
todos mis pecados y recibo con todo gozo el regalo de Tu salvación, y te
confieso como mi Señor y Salvador. ¡Gracias JESÚS por esta salvación y ayúdame
a serte fiel! Amén.[i]
Perla de hoy:
La felicidad
es nuestra cuando permitimos que la alegría de JESÚS, sea nuestra por la fe.
[i] Si
has hecho esta oración con sinceridad y de corazón, eres salvo. ¡Bienvenido a
la familia de Dios! Esto es apenas el comienzo de la verdadera razón de por
qué, estás en la tierra. Si quieres unirte a mi grupo
discipular en internet, y estudiar conmigo un material de discipulado inicial,
escríbeme, ahora mismo. Gracias
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