Lectura devocional: Nehemías 1:1-10
¡Escucha mi oración!
Mírame y verás que oro día y noche por tu pueblo Israel. Confieso que hemos
pecado contra ti. ¡Es cierto, incluso mi propia familia y yo hemos pecado! Nehemías 1:6 (NTV)
Llamé a la
oración, desde mis días de estudiante del Seminario la bomba “O”. De hecho al
comienzo de nuestra carrera académica en aquel lugar, mi compañero de estudios
Jacobo García Miranda, otros compañeros y yo, resolvimos que la oración sería
tambien nuestra compañera de viaje en nuestras vidas, y comenzamos a buscar al
Señor de todo corazón, todas las mañanas. Entonces aprendí por experiencia que
podíamos orar como Nehemías delante de Dios y decirle: “¡Señor escucha mi
oración!”. Ir a clases despues a de nuestro tiempo de oración a estudiar la
Biblia era un deleite del espíritu. Así empezamos a activar la bomba “O” y la
lanzábamos desde nuestras rodillas y el Señor por Su gracia, hacía explotar sus bendiciones sobre nosotros y nuestra
nación. No exagero al decir desde esos años, la oración ha sido la que nos ha
dado constancia, disciplina, fervor y pasión para que el evangelio llegue a
cada persona sin Cristo. En eso andamos.
Justamente, la idea de buscar un
método evangelizador para involucrar a toda la obra tomó cuerpo y nació lo que
llamamos la Marcha Evangelizadora, fue aprobada como parte del Plan Nacional de
Evangelización en Asamblea Nacional de nuestra Convención Nacional Bautista de
Venezuela en enero de 1977. Resolvimos escoger una ciudad para ser nuestro
lanzamiento, y por muchos motivos, escogimos a la bella ciudad de Barquisimeto
a unas diez horas desde Caracas al occidente. Y nacimos, el 15 de agosto de
1977, con la asistencia de 25 jóvenes y cuatro adultos. Lo demás es historia.
De esta
manera, no llegamos a Barquisimeto sin antes haber utilizado y activado la
bomba “O” de la oración. Teníamos a nuestros guerreros de oración por todo el país,
principalmente, en los dos años anteriores, Mary y yo habíamos pedido a muchos
hermanos y hermanas que se comprometieran a orar por nosotros. Para ello, usaba
como medio, mis artículos en el Luminar
Bautista, mis cartas motivadoras, los talleres de preparación y las
vigilias de oración, todos esos recursos eran principalmente un llamado a la
oración. Como fruto de ese movimiento de oración, Dios me había enviado al
hermano Jesús Bolívar. Sin duda alguna, un hombre de oración, compañero de
oración y de mis primeros viajes por toda la nación venezolana. No puedo
señalar las innumerables veces que fui a buscarlo a las cinco de la mañana para
nuestros viajes, y cuando me abría la puerta estaba bañado en sudor y lágrimas,
por haber pasado dos horas de oración antes de cada viaje. Si tuviera que
describirlo tendría que decir que el hermano Bolívar era el hombre que oraba y
Dios, hacía.
Ahora bien, en la Marcha Evangelizadora hemos
aprendido a orar en todo tiempo, en cualquier lugar y de cualquier manera. Hemos
participado y patrocinado muchas actividades relacionadas con la oración. Allí
surgió la “Operación 6 3 9. Creo que una de las más preciosas ha sido, el
oratorio de las 24 horas, principalmente durante los adiestramientos. Todavía
recuerdo el Adiestramiento de la Cuarta Marcha Evangelizadora. Estuvimos en el
viejo Campamento de La Guásima, en un pueblito cercano a Valencia, en el estado
Carabobo, cuya capacidad era para doscientas cincuenta personas. ¡Nos llegaron
aproximadamente mil…! ¡Dios hizo el milagro y la realizamos sin mayores
contratiempos! Sin duda, mediante la oración, clamamos al Señor de la mies y Él
obró.
En efecto, nombramos al pastor Héctor Navarro para
dirigir el oratorio; dividimos la hora en cuatro períodos de quince minutos
cada uno, y se nombraron equipos de varios hermanos, con un jefe de grupo al
frente -teníamos una asistencia en ese encuentro de más de novecientas personas
; éramos mil cada noche porque los hermanos de alrededor venían a las
conferencias nocturnas-. Los equipos hicieron su labor y se cubrieron las 24
horas del día en oración. ¡Qué hermoso fue ver a tantos hermanos orando! Cada
quince minutos se renovaba la guardia; en las madrugadas, vi a los integrantes
de los grupos haciendo fila, esperando su turno para orar ¡Nunca había visto yo
semejante mover de Dios en aquellos días!
Me correspondió orar con el hermano James Crane, uno
de nuestros conferencistas
invitados, también tuvimos que hacer la fila para entrar al oratorio. El
hermano Crane me decía una y otra vez: “¡Francisco, la Marcha llegará muy lejos
por varias razones, entre ellas, porque es un movimiento de oración; es un
movimiento basado en la Palabra de Dios; es un movimiento de evangelización, y
enfatiza la conservación de cada nuevo creyente en la iglesia local!”.
Ciertamente, sucedes grandes cosas cuando activamos la bomba “O”.
Oración:
Padre
nuestro:
Perla de hoy:
La oración nos lleva de la mano delante de Dios para hablarles de los
seres humanos sin Él y después vamos a los seres humanos para hablarles de
Dios.
Interacción:
¿Qué me dice Dios hoy por medio de su Palabra?
¿Existe alguna promesa a la cual pueda aferrarme?
¿Existe alguna lección por aprender?
¿Existe alguna bendición para disfrutar?
¿Existe algún mandamiento por obedecer?
¿Existe algún pecado por evitar?
¿Existe algún pensamiento para llevarlo conmigo?
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