Francisco Aular
faular@hotmail.com
Lectura devocional: Hechos 4:1-12
Entonces
Pedro, lleno del Espíritu Santo, les dijo… Hechos 4:8 (NTV)
Entre los primeros evangelizadores
que tuvimos en aquella Primera Marcha Evangelizadora, hubo un jovencito boliviano
llamado Johnny Barrientos, de unos 16 años; Dios lo usó grandemente en aquel
evento. Por supuesto, para la Segunda Marcha, Johnny fue uno de los primeros
que estuvo en Tía Juana, en la Costa Oriental del Lago de Maracaibo, en
Venezuela. Me enteré -por medio de otros evangelizadores que venían de la
Iglesia Bautista Emanuel de la Castellana en Caracas-, que ese año, Johnny
había finalizado sus estudios de la escuela secundaria, y que por haber sido
tan buen estudiante, sus padres lo habían premiado con un viaje a Disney
World, en Orlando. Me acerqué y le agradecí que estuviera con
nosotros, y él me respondió: “Mi lugar está aquí, y estoy feliz”. Demás está
decir que el sacrificio de aquel joven no fue en vano, Dios lo usó, no
solamente para evangelizar y discipular con efectividad, sino también para
impactar a otros, entre ellos, a un par de pastores que nos visitaron desde
Colombia, el doctor Carlos García y el Rev. Antonio Balanta. Sin duda, Johnny
había sido impulsado por el Espíritu Santo, y estaba allí para ser usado por
Él. ¡No sería el único! La historia de la evangelización de la nación
venezolana, y particularmente, entre mi denominación, la bautista, ha sido
impulsada por el Espíritu Santo, aquí no estamos hablando de teorías, sino de
vidas ordinarias haciendo cosas extraordinarias para la gloria de Dios.
En efecto, como Director del
Departamento de Evangelización de la Convención Nacional Bautista de Venezuela
en aquellos años, era mi privilegio dirigir la palabra a muchas personas en iglesias,
eventos, y también, persona a persona frecuentemente, por medio de ello, yo los
entusiasmaba, reclutaba, entrenaba y enviaba. La pasión evangelizadora nos
dominaba e impulsados por el Espíritu Santo, Dios hacía la obra. En uno de
aquellos eventos, llegó un hombre comerciante, cerca de los cincuenta años, él
vino a hablarme de su preocupación por la falta de fruto en la evangelización
personal, todavía me parece verlo allí en el inicio de aquel Adiestramiento
caminando hacia el estadio de beisbol, diciéndome: “¡Francisco, no sé qué pasa
conmigo, si Dios no me usa aquí, entenderé que la evangelización no es para
mí!”. Nos detuvimos y oramos, para que tanto a él como a mí, Dios nos llenara
con su Santo Espíritu. Anhelábamos que el Espíritu Santo nos impulsara, no para
tener sensaciones y emociones, sino para hacer la obra, para lo cual, todavía
estábamos en esta tierra: orar, evangelizar y discipular. Aquel hombre fue tan
útil trayendo personas al Señor, en aquel evento, que después de la Marcha
Evangelizadora de ese año, él y su
familia rindieron sus vidas al Señor, y llegó a ser un pastor muy usado por
Dios.
¿Has pensado alguna vez que la
vida cristiana es mucho más de lo que has experimentado? JESÚS dijo: “Yo he
venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia” (Juan 10:10b
RV60). ¡Esa vida abundante es el resultado de ser nacido de nuevo, y de ser
habitado e impulsado por el Espíritu Santo en todo tiempo!: ¿Cuál es el
propósito? El mismo Señor lo dijo: “…Venid en pos de mí, y os haré pescadores
de hombres” (Mateo 4:19 RV60). El verdadero gozo de la vida cristiana es ser
impulsados por el Espíritu Santo en búsqueda de hombres y mujeres sin el nuevo
nacimiento para llevarles el Mensaje: “Pero
recibirán poder cuando el Espíritu Santo descienda sobre ustedes; y serán mis
testigos, y le hablarán a la gente acerca de mí en todas partes: en Jerusalén,
por toda Judea, en Samaria y hasta los lugares más lejanos de la tierra”
(Hechos 1:8. NTV).
Oración:
Amado Padre
Celestial:
En esta hora
te doy las gracias por hacer utilizado a los amados que por más de treinta años
se han dado a ti primeramente y al Espíritu Santo, los has impulsado para
conducir personas a ti, abrir nuevas obras, atravesar fronteras y extender el Reino
sin mirar el precio. Bendito y alabado seas. En el nombre de JESÚS. Amén.
Perla
de hoy:
Si el lugar del deleite está en
hacer la obra evangelizadora, y tú estás evangelizando, también puedes decir: “Mi
lugar está aquí, y estoy feliz”.
Interacción:
¿Qué
me dice Dios hoy por medio de su Palabra?
¿Existe
alguna promesa a la cual pueda aferrarme?
¿Existe
alguna lección por aprender?
¿Existe
agluna bendición para disfrutar?
¿Existe
algún mandamiento a obedecer?
¿Existe
algún pecado a evitar?
¿Existe
algún pensamiento para llevarlo conmigo?
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