lunes, 9 de noviembre de 2015

Más allá del umbral

Francisco Aular
faular @hotmail.com
Lectura devocional: 2 Timoteo 1:1-10
Nuestro Salvador Jesucristo, el cual quitó la muerte y sacó a luz la vida y la inmortalidad por el evangelio. 2 Timoteo 1.10 (RV60)

¡JESÚS destruyó la muerte y su poder, cuando Él, volvió a vivir! El evangelio es la buena noticia de que JESÚS es la vida eterna. Desde allí, sabemos que más allá del umbral, Él nos espera. A través de JESÚS, el más allá se introdujo en nuestro mundo para “buscar y salvar lo que se había perdido” Desde entonces, los hijos de Dios, nacidos de nuevo por la fe en JESÚS (Juan 1:12), sabemos que nuestra vida tiene un horizonte más amplio que el que vemos con nuestros ojos.
¡Toda la Biblia proclama que JESÚS es la vida eterna, y compró un lugar para nosotros en el cielo por su muerte en la cruz del Calvario! ¡Esa es la buena noticia del evangelio, hay esperanza para nosotros los pecadores!: ¡Hay vida en JESÚS! De echo, era necesario que JESÚS, viniera del más allá a este mundo en un cuerpo humano, que nos enseñara que encontraremos, después del umbral de esta vida como la conocemos. Era necesario que JESÚS nos comprara con Su propia muerte un lugar a donde podemos ir después de salir de este mundo (1 Corintios 6:19,20) JESÚS, lo hizo y nos dio esta promesa:En el hogar de mi Padre hay muchas viviendas; si no fuera así, ya se lo habría dicho a ustedes. Voy a prepararles un lugar. Y si me voy y se lo preparo, vendré para llevármelos conmigo. Así ustedes estarán donde yo esté” (Juan 14:2,3 RV60).
Como todos los seres humanos, el cristiano nacido de nuevo, no conoce el momento en que acabará su vida terrestre. Pero puede enfrentar su propia muerte sin temor, pues sabe que el juicio que le esperaba por sus pecados, ya fueron cancelados por JESÚS en el Calvario. Por esta razón, la muerte para el creyente perdió su carácter angustioso; ya no es un fin desconocido, sino el acceso definitivo a un maravilloso porvenir de paz y felicidad eternos. Ya no significa la tristeza de lo que dejó atrás, sino más bien tomar posesión de su herencia incorruptible que le espera.
Gracias a JESÚS, y el plan de Dios desde antes de la fundación del mundo, la muerte para el cristiano, nacido de nuevo, no es el fin de la vida, sino la continuación de la vida eterna que JESÚS, le dio por el nuevo nacimiento (Juan 3:3), así la muerte para el cristiano, nacido de nuevo, no es una desgracia, sino una ganancia; no es derrota, sino una victoria; no es un horrible salto a las tinieblas que nunca se acaban, sino un paso glorioso para ver a su Salvador y Señor, cara a cara; no es el contemplar a la nave salir de este puerto temporal, sino llegar y anclar en el verdadero; no es el canto triste de las gaviotas que presagian la proximidad de la noche, sino el alegre trinar de las aves que anuncian la aurora de un nuevo día; el morir es nuestro viaje al lugar donde no hay sufrimientos, dolores, fatigas ni lágrimas; morir es el cambio de vestidura mortal por una reluciente, inmaculada y eterna; morir es recibir de manos de JESÚS, las cosas que están guardadas que ojo humano no vio ni oído escuchó; morir es ir al lugar donde no hay templos porque JESÚS es el Templo; morir es ir al lugar a una ciudad eterna que no tiene necesidad de sol ni de luna, porque la gloria de Dios la ilumina; es ir a la ciudad en que las puertas de todas las mansiones están abiertas de día, porque allí no hay noche; morir es ir a lugar de la eterna primavera, y de la eterna juventud; morir es ir al lugar en donde reinaremos con JESÚS, por los siglos de los siglos. Esto y mucho más, nos espera más allá del umbral. No por nuestros méritos, sino por la gracia de Aquel “Nuestro Salvador Jesucristo, el cual quitó la muerte y sacó a luz la vida y la inmortalidad por el evangelio”. (2 Timoteo 1:10 RV60). Alabado sea nuestro amado JESÚS al colocarnos por Su sacrificio: Más allá del umbral.
Oración:
Amado Padre Celestial:
Mi corazón y mi alma Te alaban por tu río de gracia a nuestro favor. Porque nunca nos dejaste y abandonaste a nuestra propia suerte. Somos parte de tu plan eterno, y nos amas y cuidas como tus hijos que vamos de paso por este mundo para tomar posesión de tu herencia a nuestro favor. Ayúdame Señor, a cumplir con todas aquellas cosas que tú determinaste para mí, aún antes de nacer. Sé que un día, dejaré este mundo para ir hacia ti, llegaré al umbral, y allí, tú estarás como estuviste en el primer instante en que mis ojos vieron la luz ente mundo, veré tu sonrisa y me acogerás en tus brazos eternos. Tengo mi fe en ti y únicamente en ti, en el nombre de JESÚS. Amén.
Perla de hoy:
Si caminas con Dios cada día y compartes con Él, en una mañana te dirá, “hijo quédate conmigo” Ese será el umbral de un nuevo día para ti.
Interacción:
¿Qué me dice Dios hoy por medio de su Palabra?
¿Existe una promesa a la cual pueda aferrarme?
¿Existe una lección por aprender?
¿Existe una bendición para disfrutar?
¿Existe un mandamiento por obedecer?
¿Existe un pecado por evitar?
¿Existe un nuevo pensamiento para llevarlo conmigo?

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Déjanos tus comentarios