Francisco Aular
faular @hotmail.com
Lectura devocional: Deuteronomio 6:5-9
Nuestros
hijos y nuestros nietos estarán a tu servicio, como lo estamos nosotros, y
vivirán contigo para siempre". Salmo 102:28 (LBLA)
Mi inolvidable maestro el Dr. Roy
Lyon, nos decía a sus estudiantes: “Si una generación cristiana se calla, la
próxima no será cristiana” Lo mismo podemos afirmar en cuanto a la familia. Si
perdemos la familia de hoy perderemos la familia del futuro. Existen fortalezas
ideológicas dirigidas por el enemigo de Dios que tienden a destrozar las
verdades fundamentales de la fe cristiana en nuestros hijos. En efecto, hoy aún
en los países que han disfrutado por generaciones de las bendiciones de
familias con valores cristianos, y sobre ellos edificaron sus sociedades y
países -el escepticismo filosófico de nuestra educación en general, los ha
minado- han logrado sacar la Biblia y la oración de las escuelas públicas, y el
resultado lo tenemos a la vista. Hoy la confusión religiosa, la violencia y
hogares destruidos son distintivos de nuestra sociedad. ¡Hasta en las mismas
iglesias el analfabetismo bíblico reina! La Escuela Dominical, con su
influencia en toda la familia en la enseñanza de la Biblia a todas las edades,
se ha dejado como un fósil del pasado. Hoy más que nunca, los padres
cristianos, sea cual fuere la iglesia o denominación religiosa, necesitamos
volver a la Palabra de Dios, incrementar la enseñanza viva del poderoso
Evangelio dada a nuestros hijos, especialmente, desde el hogar.
En consecuencia, creo con todo mi
corazón que hay promesa de una bendición generacional para nuestros hijos y
nietos en la Palabra de Dios. Más aún,
la Biblia está llena de amonestaciones para que nos aseguremos la fe cristiana
en nuestros hijos hoy, y, ellos se encargarán de la vida espiritual de nuestros
nietos y demás generaciones en el futuro. Dios dijo a Moisés: “Ama al Señor
tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma y con todas tus fuerzas. Grábate
en el corazón estas palabras que hoy te mando. Incúlcaselas
continuamente a tus hijos. Háblales de ellas cuando estés en tu casa y cuando
vayas por el camino, cuando te acuestes y cuando te levantes. Átalas
a tus manos como un signo; llévalas en tu frente como una marca; escríbelas en los
postes de tu casa y en los portones de tus ciudades.” (Deuteronomio 6:5-9 NVI). El apóstol Pablo dos mil años después
del Sinaí, exclama: “Y ustedes, padres, no hagan enojar a sus hijos, sino
críenlos según la disciplina e instrucción del Señor.” (Efesios 6:4 NVI).
Igualmente en su carta a su hijo espiritual Timoteo, le recuerda: “Trayendo a
la memoria la fe no fingida que hay en ti, la cual habitó primero en tu abuela
Loida, y en tu madre Eunice, y estoy seguro que en ti también.” (2
Timoteo 1:5 RV60). Como vemos el
deber y privilegio de educar a los hijos, según las Sagradas Escrituras, no
recae principalmente sobre las iglesias, sino sobre los padres, madres y también
a los abuelos. No puedo describir mi estado emocional de felicidad, cuando veo
a una pareja que he casado que vienen a mí, trayendo a sus hijos para
dedicarlos al Señor, después me anuncian que sus hijos han aceptado el regalo
de la vida eterna en JESÚS, y luego, cuando son adolescentes, se me acercan,
diciéndome: “¡pastor quiero bautizarme!” Sé que esa bendición comenzó en el
hogar.
¿Serán cristianos
nuestros hijos y nietos? Como los psicopedagogos nos afirman, los primeros años
son importantísimos para la formación del carácter de nuestros niños. En la
adolescencia, -los años terribles del ser humano- la enseñanza de la Palabra de
Dios, obtenida en el hogar es un baluarte para sostenerlos, y conducirlos a la
victoria. Por eso, la Biblia lo afirmó, miles de años antes, respondiendo la
pregunta, con un rotundo sí. Pero es necesario que los padres asuman la
enseñanza de sus hijos. Así, el sabio Salomón, aconsejó: “Instruye al niño en
su camino y aun cuando fuere viejo, no se apartará de él”. (Proverbios 22:6
RV60). Entonces, Dios no da en este versículo de hoy, un mandato y una promesa.
Obedezcámoslo sin dudar y veremos el cumplimiento de nuestro versículo hoy: “Nuestros hijos y
nuestros nietos estarán a tu servicio, como lo estamos nosotros, y vivirán
contigo para siempre". (Salmo 102:28, LBLA).
Como todo en la vida, los que llegamos
primero saldremos primero de este mundo, pero nuestros nietos y bisnietos:
¡Levantarás sus voces y enseñarán a sus hijos a estar firmes y constantes en
las enseñanzas eternas de la Palabra de Dios, cuando ya no estemos! Esa es la
herencia y nuestro legado. Nosotros cumplimos ahora les toca a ustedes. Sea
cual sea la situación difícil que enfrentes con tus hijos hoy, aférrate a la
promesa de Dios sobre tus hijos, ora y confía en el Señor, no desmayes. Sé en lo profundo de mi ser que
nuestros hijos y nietos tendrán también, una: Bendición generacional.
Oración:
Amantísimo Padre Celestial:
Hoy vengo delante de ti, porque tú
eres el Creador de la familia y sé que sabes mejor que yo, cómo debe funcionar.
Ayúdame a ser fiel en la enseñanza verbal, y en mi carácter y firmeza en la
Palabra de Dios, en el nombre de JESÚS, amén.
Perla
de hoy:
La Biblia es la brújula divina
en nuestras manos que nos señala la dirección correcta para guiarnos a nosotros
y nuestros descendientes.
Interacción:
¿Qué me dice Dios hoy por medio de su Palabra?
¿Existe una promesa a la cual pueda aferrarme?
¿Existe una lección por aprender?
¿Existe una bendición para disfrutar?
¿Existe un mandamiento por obedecer?
¿Existe un pecado por evitar?
¿Existe un nuevo pensamiento para llevarlo conmigo?
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